

Por: Redacción Semanario de Junín
La semana pasada, numerosos vecinos de Junín encendieron las alarmas sanitarias, al reportar casos de gastroenterocolitis en distintos barrios de la ciudad. Analizados por el Municipio algunos pozos de toma de agua, los resultados dieron que el agua (que se sospechaba había causado la disparada de casos) dio que era ‘potable, y apta para el consumo’.
Desde SEMANARIO consignamos en una nota titulada ¿Se puede confiar en el Municipio? escribimos que el problema del agua es Junín no es nuevo y exige un abordaje sanitario diferente, porque va más allá de ser considerada ‘apta para el consumo’ nadie dice nada de las cuestiones relacionadas con el arsénico del que poco se habla, aunque nos envenena cada día.
Y como reza el dicho popular, ‘mal de muchos, consuelo de tontos’, en Junín pasa lo mismo que en numerosos municipios bonaerenses y otros puntos del país. Según un estudio publicado por la revista Water and Health, más de 17 millones de argentinos están expuestos al consumo de agua contaminada con arsénico. Este elemento químico, presente en los acuíferos pampeanos, varía su concentración dependiendo de la profundidad del pozo del que se extrae el agua.
No es usual que en el agua subterránea aparezca la presencia de agrotóxicos, pero en algunos análisis ya se está encontrando
En nuestra ciudad, como en otras partes de la Provincia de Buenos Aires, los niveles de arsénico son alarmantes, alcanzando hasta 280 partes por billón (ppb) en algunos pozos.
De acuerdo al Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), el noroeste bonaerense cuenta con altos niveles de arsénico en agua. Hay varios municipios donde el agua cuenta con más de 50 partes por billón (ppb) de arsénico por litro, es decir 0,05 miligramos por litro (mg/l).
En esa nómina aparecen Pergamino, Chivilcoy, Balcarce, Junín, Mar de Ajó, 9 de Julio, Carlos Tejedor, Monte, Lobos, Navarro, Suipacha, Dolores, General Las Heras, San Vicente y Cañuelas.
En algunos de los pozos ubicados en estas regiones la presencia del arsénico es más que alarmante, con hasta 280 ppb por litro, razón por la cual es vital que no se use para consumo
Para alertar sobre esta cuestión, la ‘Campaña por el Agua Limpia en las Escuelas’ (CALE) es una entidad a nivel provincial que trabaja desde hace 5 años, principalmente de las zonas rurales. Compuesta por personas preocupadas por la calidad del agua que se usa en los establecimientos educativos, demandan permanentemente que los consejos escolares realicen exámenes integrales de la calidad del agua, es decir, que se denuncie el recuento de arsénico, metales pesados, o agrotóxicos.
Leo Moreno, docente de la ciudad de Mercedes e integrante de la CALE, contó, en una entrevista de La Razón de Chivilcoy que “cuando hacemos foco en esos estudios nos encontramos no solo con altos niveles de arsénico, sino también agrotóxicos. Es algo difícil que el agua subterránea llegue a mostrarnos trazas de agrotóxicos, pero se está encontrando. A partir de ahí nos dedicamos a impulsar ese tipo de estudios, con la población organizada, universidades públicas y entes estatales como el INTA Balcarce. Desde allí se van haciendo distintos estudios que nos demuestra que tenemos el agua de las escuelas contaminada”.
Agregó que la situación es complicada, ya que en las escuelas se consumen alimentos con el agua de red o de pozo, pero no es analizada como correspondería.
En este punto, se mostró preocupado por el rol de los consejos escolares, que son los encargados de llevar adelante estos estudios, para ver si la calidad del agua se adecua al Código Alimentario Argentino. “Por un lado no se hacen estudios integrales del agua, es decir, no analizan arsénico, no analizan metales pesados, no analizan agrotóxicos, pero lo peor es que cuando hacemos los análisis por nuestra cuenta, con datos validados científicamente, tampoco actúan y dejan que nuestras niñeces y los trabajadores de la educación, docentes o auxiliares, estemos tomando o cocinando con el agua contaminada”.
Los colegios rurales, grandes damnificados por la contaminación de las napas de agua
Moreno añadió que en una serie de muestras en 34 instituciones educativas “damos cuenta que esto es a nivel provincia de Buenos Aires, una situación tremenda. No hace falta hacer estudio en cada una de las escuelas para darnos cuenta que esta contaminación afecta a la salud de distinta forma y ahí tenemos un gran problema porque los sistemas de salud público o privado no analizan integralmente nuestra salud”.
Moreno remarcó que no se genera el diagnóstico epidemiológico y desde el estado provincial puntualmente y el estado nacional, se aplica el “negacionismo ambiental” y se da por desconocido una situación que existe. “Se gambetea la situación en vez de hacer este análisis que da cuenta que vivimos en territorios donde las fuentes de contaminación son variadas. Por eso apelamos a que los equipos médicos trabajen con distintas fichas sanitarias que no solo analicen dolencia, sino también en qué territorios vivimos, cómo se produce la contaminación y de ahí avanzar en hacer diagnósticos epidemiológicos”.
DOLORES, UNA ESPERANZA
En un avance clave por el derecho humano al agua segura, la Justicia de Dolores dictó recientemente una sentencia cautelar que ordena medidas urgentes frente a la contaminación con arsénico en el agua de red en General Belgrano. La decisión judicial representa un triunfo de años de lucha de vecinos auto convocados y de la organización Convocatoria Ambiental Belgranense, que vienen denunciando esta grave problemática sanitaria y ambiental.
El juez Santiago Cremonte dictó medidas cautelares urgentes que ordenan a la empresa Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) a:
Además, el juez exigió que el Consejo Escolar Distrital actúe de inmediato, ya que el agua contaminada no solo no debe beberse, sino que tampoco puede utilizarse para cocinar en los comedores escolares, donde la salud de niñas, niños y adolescentes está en juego.
El arsénico está clasificado como sustancia cancerígena por la OMS
El arsénico está clasificado como sustancia cancerígena por la OMS. Su ingesta prolongada a través del agua puede generar el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una enfermedad que afecta gravemente la piel, órganos internos y aumenta el riesgo de distintos tipos de cáncer.
El impacto es aún mayor en poblaciones vulnerables como niños, niñas, embarazadas y adultos mayores. La exposición diaria, aunque sea en pequeñas dosis, acumula efectos devastadores a largo plazo.
NO ES UN CASO AISLADO
El problema del arsénico en el agua no es exclusivo de General Belgrano. Se estima que más de 4 millones de personas en Argentina consumen agua con niveles de arsénico superiores a los recomendados. Algunas de las regiones más afectadas son:
La situación se agrava en zonas rurales o semirrurales sin acceso a redes de agua tratada, donde las napas contaminadas son la única fuente disponible para las comunidades.
Este fallo sienta un precedente muy importante: el Estado y las empresas prestatarias deben garantizar agua segura, y si no lo hacen, deben responder. La salud no puede esperar. La sentencia judicial es, además, una señal de respaldo a las comunidades organizadas, que reclaman con firmeza lo que la ley y la ética ya les reconoce: el derecho a vivir sin veneno en el vaso.