martes 10 de junio de 2025

LOCALES | 8 jun. 2025

SEMANAGRO

Los agroquímicos son un problema también para los productores

Un trabajo de la Facultad de Agronomía (Fauba), demostró los daños generan los pesticidas en los polinizadores, motivo por el cual menos polinizadores menos producción. A eso deben sumarse otros factores contaminantes, incluso para la salud humana.


Por: Redacción Semanario de Junín

SECCIÓN SEMANAGRO PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA Y LA EDICIÓN DIGITAL Nº 465 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 7 AL 13 DE JUNIO DE 2025

Algunos dirigentes y empresas le bajan el precio al debate en torno a los agroquímicos porque seguramente hay mala información o un interesante negocio que a pesar de generar graves problemáticas no se quieren perder.

El problema es aún mayor cuando vemos que es poco el apoyo de la justicia en ese sentido y mucha la ignorancia en fiscales y jueces, sobre un tema en el que por lo general no quieren meterse, no sea cosa que terminen “pisando el callo” de algún poderoso.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que incluso para el productor resulta dañino para su patrimonio, este tipo de prácticas, ya que el deterioro que sufren los predios en cuanto a caída de la aptitud agrícola es impresionante, mientras que hay un daño moral que es el modo en que afectan el medio ambiente que es un ámbito compartido por todos.

Peor si en este escenario de producción, el agricultor vive en el campo con su familia, ya que están de algún modo consintiendo esta exposición a productos reconocidamente nocivos.

Todo ello es determinante a la hora de pensar que en realidad se están “pegando un tiro en el pie”, debido al daño que se están causando para ellos mismos.

En ese sentido cada vez aparecen más datos que son realmente preocupantes y se suman a lo que generan estos productos mal llamados “fitosanitarios” ya que no protegen a la población vegetal mayoritaria, sino que la acaban, tal como lo hacen con la fauna del lugar.

La polinización es fundamental para mantener los rindes agrícolas: el 33% de los cultivos depende de ella

POLINIZADORES EN JAQUE

La polinización es fundamental para mantener los rindes agrícolas: el 33% de los cultivos depende de ella.

Sin embargo, en los agrosistemas, los polinizadores enfrentan una exposición constante a agroquímicos.

¿Qué daños les producirán estos compuestos? Un estudio pionero de la FCEyN-UBA, la FAUBA y otras instituciones demostró que, en condiciones reales de campo, las aplicaciones provocaron en abejas melíferas fallas sensoriales, dificultades para aprender y comunicarse, y alteraciones en genes esenciales para su vida social.

Una presión invisible que compromete la sustentabilidad del agro.

“En los campos argentinos se usan agroquímicos masivamente. Cuando las abejas melíferas —Apis mellifera— polinizan los cultivos, entran en contacto con estos productos y los llevan a la colmena, donde los transmiten por contacto o por el alimento. El glifosato es especialmente riesgoso: como no las ahuyenta, los daños son potencialmente mayores”, dijo Jorge Zavala, docente de Zoología en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).

Zavala —quien también es investigador del CONICET— señaló que en investigaciones previas realizadas en el Laboratorio de Insectos Sociales (FCEyN) por el grupo que lidera Walter Farina se comprobó que los agroquímicos dañan las capacidades sensoriales de las abejas, necesarias para recolectar alimento. También modifican el funcionamiento de genes vinculados al cerebro, al sistema inmune y a proteínas detoxificadoras.

Para estudiar estos efectos en condiciones de campo, el equipo de investigación instaló colmenas en tres lotes con distintos cultivos en la Ea. San Claudio (FAUBA), al oeste de Buenos Aires.

Allí monitoreó a las abejas antes y después de la floración y de las aplicaciones de agroquímicos. “Usamos trampas de polen para identificar qué flora habían visitado —cultivos o plantas silvestres— y para detectar residuos químicos”, comentó.

Ivana Macri, profesional del INTA y primera autora del trabajo publicado en la revista científica One Earth, resaltó que el experimento detectó los mismos efectos que en laboratorio.

“Hallamos agroquímicos en el polen de las trampas y en las abejas recolectoras. Se trata de una exposición múltiple que debilita a toda la colonia”, sostuvo.

Los agroquímicos impactaron en las colmenas a varias escalas, desde la genética hasta el comportamiento.

“Comprobamos que todos los efectos se relacionan entre sí. Por ejemplo, cuando se altera un gen vinculado a funciones cerebrales, termina afectando el comportamiento individual y reduciendo la eficiencia de recolección de alimento”, puntualizó Ivana, quien también es investigadora en el instituto IFIBYNE (CONICET-UBA).

Macri aseguró que los contaminantes afectaron genes relacionados con la vida social de A. mellifera.

Para estudiar estos efectos en condiciones de campo, el equipo de investigación instaló colmenas en tres lotes con distintos cultivos en la Estancia San Claudio (FAUBA), al oeste de Buenos Aires

“Les complicó desde la higiene hasta la reproducción, poniendo en jaque la supervivencia de la colonia. También redujo su capacidad de aprender y de transmitir información a las compañeras”.

“Las abejas expuestas a los tóxicos fueron menos capaces de asociar los olores de las flores con recompensas en polen y néctar, y menos sensibles a los azúcares. Estos son problemas graves cuando la diversidad floral es baja —cuando florecen los cultivos— porque al final del día recolectan menos alimento, afectando la nutrición de la colonia”, explicó a Sobre la Tierra.

En este sentido, Ivana remarcó que también se registró una caída en la cantidad, la calidad y la diversidad de los recursos alimenticios después de la floración de los cultivos. Esto potenció aún más la reducción de las capacidades sensoriales y cognitivas de las abejas.

MENSAJES PELIGROSOS

Jorge Zavala, coautor del trabajo, se refirió a los mensajes que surgen del estudio. “Mi conclusión principal es que, al verse afectada la posibilidad de transmitir la información entre las recolectoras, de orientarse y todo lo que comenté antes, es inevitable que a largo plazo resulte comprometida la polinización en general y, en última instancia, la producción de los cultivos”, advirtió.

“Nuestro trabajo se destacó por abordar un sistema real muy complejo en el que, sin embargo, pudimos identificar un patrón consistente desde el nivel de cultivo hasta la expresión génica, pasando por la colmena, los individuos, el comportamiento y el alimento. Todas las escalas mostraron alteraciones relacionadas entre sí”, afirmó.

Macri, por su parte, adelantó nuevos aspectos a estudiar. “Queremos seguir trabajando a campo, donde se puede ver concretamente qué pasa. Por ejemplo, nos interesa profundizar en las respuestas de A. mellifera a los agroquímicos según las diferentes edades y tareas en la colmena. Y tratar de determinar en qué etapa del desarrollo son más vulnerables”.

“Otro desafío será entender cómo los agroquímicos alteran la flora intestinal de las abejas —esencial para su inmunidad y nutrición—, y descubrir los mecanismos moleculares detrás de los síntomas que observamos”.

“En este sistema complejo, las bacterias juegan un rol cada vez más importante y nos parece fundamental esclarecerlo”, concluyó la investigadora.

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