Por: Redacción Semanario de Junín
La presencia de arsénico en los acuíferos de la Provincia tiene origen natural y proviene de la meteorización y disolución de minerales vinculados a las erupciones volcánicas ocurridos en la Cordillera de los Andes en los últimos 5 millones de años.
Dentro del territorio bonaerense se identifican varios niveles de acuíferos productores de agua para el consumo poblacional, con contenidos diferentes de arsénico producto de las características mineralógicas intrínsecas, o sea sedimentos que tienen características geoquímicas-mineralógicas distintivas. Uno de ellos es el mencionado acuífero multicapa que se aloja en los sedimentos pampeanos portadores de minerales que tienen en su composición esta sustancia.
De acuerdo al mapa de arsénico en el agua que presentó el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) en 2024, hay varios municipios donde el agua cuenta con más de 50 partes por billón (ppb) de arsénico por litro, es decir 0,05 miligramos por litro (mg/l). En dicha nómina están Tres Arroyos, Balcarce, Junín, Mar de Ajó, Santos Unzué (9 de Julio), Tres Algarrobos (C. Tejedor), Merced (Pergamino), Monte, Lobos, Navarro, Suipacha, General Las Heras, San Vicente y Cañuelas. En algunos de los pozos ubicados en estas regiones la presencia del arsénico es más que alarmante, con hasta 280 ppb por litro.
Es vital que no se use para consumo.
Mucho antes de esta presentación, y a solo dos semanas de asumir, el ex intendente Mario Meoni, –fallecido en un siniestro vial en abril de 2021- se propuso encontrar soluciones al arsénico en Junín, para lo cual inició una ronda de consultas con expertos, algunos de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Junín y Arenales presentan niveles elevados de arsénico en sus aguas subterráneas con concentraciones que superan los límites establecidos por la OMS
El apuro tenía una necesidad: El Municipio había sido intimado judicialmente en el año 2000 de parte de abogados de la ciudad, y la Justicia ordenó a la Municipalidad que redujera el contenido de arsénico en el agua potable a 0,01 mg/l en un plazo de 15 días, conforme a lo estipulado en el Código Alimentario Nacional en ese entonces.
Según lo manifestó el arquitecto Agustín Pinedo, responsable de Obras Públicas en la gestión de Meoni, en SEMANARIO “cuando Meoni asumió como intendente en 2004, decidió tomar acción inmediata. En coordinación con la UNLP, se firmó un convenio para realizar una investigación científica sobre la calidad del agua y se iniciaron estudios geológicos en los acuíferos de la región. Se analizaron perforaciones a diferentes profundidades, con resultados que demostraban niveles de arsénico inaceptablemente altos en los pozos más profundos”.
En dichas reuniones, los especialistas indicaron que no se registraban casos autóctonos de hidroarsenicismo en Junín, lo cual trajo alivio a la población y orientó hacia soluciones viables dentro de los recursos del municipio.
Con base en esos estudios, se implementó un plan para reducir el contenido de arsénico a 0,05 mg/l, nivel aceptable según la última modificación del Código Alimentario Nacional, mediante la mezcla de aguas de distintos pozos.
La Secretaria de Obras y Servicios Públicos instruyó a Obras Sanitarias Municipales para que realice perforaciones a menos profundidad, varias de ellas a unos 45 m. Entre 2004 y 2011, se realizaron más de 55 perforaciones, de las cuales 37 arrojaron niveles de arsénico que oscilaban entre 0,01 mg/l y 0,02 mg/l y con caudales del orden 20.000 l/h. Estos caudales servirían para mezclar con el de otras perforaciones de mayor caudal, pero con más arsénico, y así reducir el promedio. Durante este período, la administración de Meoni presentó informes mensuales a la justicia detallando el avance de las obras y las inversiones realizadas, lo que llevó a la Corte Suprema de Justicia de la Provincia a aceptar el plan propuesto y suspender la aplicación de multas.

Hasta el final del mandato del intendente Meoni, se ejecutaron más de 40 perforaciones explotables y se comenzó a instalar cañerías para conducir el agua al tanque intermediario, ubicado al pie del tanque elevado en el establecimiento de calle Alberdi, con el objetivo de mezclar el agua de manera adecuada. Además, se proyectaron cisternas en distintos puntos estratégicos de la ciudad, ya que la inyección directa en las cañerías no garantiza una mezcla homogénea, algo que sí se logra con el uso de cisternas.
A lo largo del río Salado, se han documentado niveles preocupantes de arsénico, lo que afecta no solo a la salud de los habitantes, sino también a la agricultura local
LA SITUACIÓN ACTUAL
Ese plan implementado durante la gestión de Meoni fue abandonado por las administraciones posteriores. Se realizaron algunas perforaciones, pero, al no publicarse los resultados, se infiere que arrojaron niveles elevados de arsénico. Esta falta de transparencia genera incertidumbre sobre la verdadera calidad del agua.
No es un tema menor, impacta de lleno en la salud porque se trata de un recurso esencial para la vida. Y según un estudio publicado por la revista Water and Health, más de 17 millones de argentinos están expuestos al consumo de agua contaminada con arsénico. Este elemento químico, presente en los acuíferos pampeanos, varía su concentración dependiendo de la profundidad del pozo del que se extrae el agua.
Según los últimos registros, en nuestra ciudad, como en otras partes de la Provincia de Buenos Aires, los niveles de arsénico son alarmantes, alcanzando hasta 280 partes por billón (ppb) en algunos pozos.
De ahí la importancia de los datos que colecta el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), que desarrolla desde 2011 la confección de un mapa donde se monitorea cuáles son las zonas del país con mayor presencia del metaloide en las aguas.
En este relevamiento se destaca las áreas geográficas del país que tienen una concentración de arsénico superior a lo recomendado y que pueden generar patologías en el Interior de la Provincia de Buenos Aires. De acuerdo al informe del ITBA, el noroeste bonaerense cuenta con altos niveles de arsénico en agua. Hay varios municipios donde el agua cuenta con más de 50 partes por billón (ppb) de arsénico por litro, es decir 0,05 miligramos por litro (mg/l).
En esa nómina aparece Pergamino, además de Tres Arroyos, Balcarce, Junín, Mar de Ajó, 9 de Julio, Carlos Tejedor, Monte, Lobos, Navarro, Suipacha, General Las Heras, San Vicente y Cañuelas.
En algunos de los pozos ubicados en estas regiones la presencia del arsénico es más que alarmante, con hasta 280 ppb por litro, razón por la cual es vital que no se use para consumo. Hay otros pozos que se encuentran en el rango medio, donde la presencia de arsénico en el agua es entre 10 y 50 partes por billón (ppb), de 0,01 mg/l a 0,05 mg/l. En este caso, aparecen en alerta zonas de Villarino, Necochea, Mar del Plata, Coronel Suárez, Pehuajó, Olavarría, Azul, Tandil, Balcarce, Ayacucho, 25 de Mayo, La Plata, San Nicolás, Arrecifes, Zárate y varios municipios del Conurbano.
IMPACTO EN LA SALUD
La ingesta prolongada de agua contaminada puede derivar en enfermedades graves, como el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), así como otros problemas de salud como cáncer de pulmón y fibrosis pulmonar. Por eso, las autoridades sanitarias advierten sobre la importancia de no consumir agua contaminada ni utilizarla para cocinar. Esta situación lleva a que muchos habitantes de la zona sigan muy preocupados -como hace varios años- por la calidad del agua que consumen.
A pesar de que el Gobierno bonaerense reconoce este problema histórico, aún no hay una solución definitiva implementada desde el Municipio, que, por el contrario, no reconoce la realidad e inclusive niega cualquier estudio calificado a nivel mundial como los del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) o los de la Estación Experimental Agropecuaria Balcarce del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
¿UNA SOLUCIÓN EN CAMINO?

Científicos de la UNLP desarrollaron un sistema de bajo costo para eliminar el arsénico del agua
Este desarrollo modular se centra en la remoción del arsénico a través de la corrosión controlada de hierro. Las pruebas se realizan en una planta instalada en la localidad de Pipinas.
La contaminación del agua con distintas proporciones de arsénico según la región es una problemática de larga data en varios distritos bonaerenses. El peligro que conlleva es que la exposición prolongada al arsénico representa un grave problema de salud pública, causando enfermedades como el hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE) y diversos tipos de cáncer.
Investigadores del INIFTA (Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas, Facultad de Ciencias Exactas, UNLP) y del Departamento de Hidráulica (Facultad de Ingeniería, UNLP), trabajan para hallar una respuesta desde la ciencia y el conocimiento a una cuestión que vulnera un derecho vital de la población: el acceso al agua potable.
En este escenario, los científicos lograron desarrollar e implementar una solución innovadora y de bajo costo para purificar agua contaminada con arsénico en distritos bonaerenses. Está basado en la técnica de hierro cero-valente (ZVI) y demostró ser eficiente en pruebas piloto. Actualmente, la planta de tratamiento se encuentra instalada en la localidad de Pipinas con una capacidad de tratamiento de hasta 15.000 litros diarios.
La tecnología para la eliminación de arsénico basada en el uso de ZVI puede implementarse con relativa facilidad, utilizando materiales simples y ampliamente disponibles. La planta desarrollada involucra tres módulos, con funciones específicas:
El primer módulo es un reactor tubular relleno de hierro cero-valente (en forma de lana de hierro comercial) que, en presencia del oxígeno disuelto presente en el agua a tratar, genera especies ferrosas y férricas.
La segunda etapa (oxidación, precipitación y contacto) ocurre en un tanque diseñado para oxidar al hierro (II) soluble e inducir los procesos de precipitación/coprecipitación y de adsorción que retienen al arsénico.
La tercera etapa consta de dos pasos de filtrado para eliminar las partículas precipitadas con el fin de obtener concentraciones de As y Fe dentro de los límites de potabilidad.
Fernando García Einschlag, a cargo del trabajo expresó que a Investiga que “este desarrollo modular se centra en la remoción del arsénico a través de la corrosión controlada de hierro, generando compuestos que coprecipitan y/o adsorben el contaminante. El proceso incluye etapas de oxidación y filtración para asegurar la obtención de agua potable que cumpla con los estándares de calidad”.
La construcción e instalación de la planta en Pipinas en el año 2022 fue posible gracias al financiamiento de diversas entidades, incluyendo la secretaría de Políticas Universitarias, el ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el Laboratorio de Hidromécánica de Facultad de Ingeniería (UNLP), la Universidad Nacional de La Plata y la cooperativa local.
El equipo de investigación y técnicos de la UNLP-CONICET trabajan en colaboración con la cooperativa de Pipinas para monitorear el funcionamiento de la planta, cuya producción es suficiente para abastecer las necesidades de agua segura para bebida y preparación de alimentos de la localidad.
CANILLA PÚBLICA
Actualmente se adoptó la metodología de canilla pública por ser la alternativa de menor inversión, pero se está evaluando esta estrategia si resulta adecuada para la comunidad y si el acceso resulta igualmente posible para todos los rangos etarios de la población. Además de la purificación, el proyecto contempla la capacitación del personal local para la operación y mantenimiento de las instalaciones, fortaleciendo así el vínculo con las comunidades afectadas.
En tanto, esta tecnología podría convertirse en una solución replicable en otras regiones de la llanura Chaco-Pampeana, incluyendo gran parte de la provincia de Buenos Aires como por ejemplo varias localidades tanto del noroeste y centro oeste como de zonas cercanas a la Bahía de Samborombón, que sufren de la presencia natural de arsénico en sus fuentes de agua subterránea.