

En su última recorrida por La Plata, Ricardo Alfonsín detuvo un rato su agenda de varias reuniones para conversar un rato con La Tecla. El exembajador en España espera que su espacio, el Frente Amplio por la Democracia, forme parte de la nueva alianza que tiene como base a Unión por la Patria mientras recorre instituciones militando sus ideas. Asegura que la política atraviesa una crisis transversal en el mundo “de significado, de potencia, de margen de acción”, y lo atribuye a que “los Estados progresistas no pueden hacer por la economía lo que podían hacer en otros tiempos”. Aunque destaca que también “hay cosas que pueden hacer y no las han hecho”.
Autocrítico del rol de los dirigentes, lo que ha llevado a una pérdida de confianza por parte de la sociedad, el hijo del expresidente sostiene que “la política ha perdido poder” frente a los poderes fácticos, e invita a blanquear esa situación frente a la gente. “Díganle a la sociedad ‘no tenemos poder y tenemos que tomar decisiones que a ustedes los joden’. No la engañen”, apunta. Y desafía: “Hay que ponerse a pensar cómo hacemos nosotros para recuperar poder”, en un marco donde acepta que la verdadera batalla se juega en el plano internacional. “Hay que globalizar la solidaridad. El Fondo Monetario tiene que cambiar. Las Naciones Unidas tienen que cambiar. El Banco Mundial tiene que cambiar. Perón decía, ´la política verdadera es la política internacional’. Es así, muchachos. Y cada vez más es así”.
Respecto del radicalismo, Alfonsín sostuvo que "se cayó en una suerte de fetichización del partido.¿Qué es lo central en un partido político?, ¿la marcha, la bandera, la boina?. Son para nosotros símbolos a los que muy afectivamente estamos ligados, pero lo central es el conjunto de ideas, de principios y valores, que no es una abstracción, es la identidad del partido. Desde el año 2015 la Unión Cívica Radical, a sabiendas, ha venido defendiendo programas que nada tienen que ver con la Unión Cívica Radical, y hemos estado representando sectores que son muy respetables, pero no son los que nosotros nacimos para representar. Se sentía muy contenta con la Unión Cívica Radical y con algunos de sus dirigentes de la Sociedad Rural Argentina, o se sentían muy cómodas empresas de la Unión Industrial Argentina, que son muy respetables y muy necesarias, pero nosotros tenemos una visión distinta. ¿Por qué de golpe empezaron a tratarnos con tanta simpatía? Bueno, porque cambió el partido".
¿Los políticos se han alejado de la sociedad?
-Absolutamente. La misma crítica hacen en toda Europa. No es la política. De la misma manera que no es la democracia. Algunos dicen que la democracia tiene deuda, la democracia no tiene deuda, sencillamente porque la democracia no gobierna. No es la democracia la que sancionó el RIGI, ni la que ordena reprimir, ni la que baja los impuestos a los ricos. Eso lo hacen los políticos. La democracia no tiene deudas, la tenemos los políticos. Entre otras cosas, hemos sido incapaces de reunirnos frente a objetivos comunes. Eso también nos daría fuerza frente a esa debilidad que ha venido sufriendo el Estado en términos de organización de la economía, de la cual dependen muchísimo las condiciones de vida. No hemos sido capaces de organizarnos ni de hacer en América Latina un acuerdo entre todos los países más allá de las diferencias que tengamos. Esas dos cosas son deudas que tenemos que si las satisfacemos vamos a poder recuperar poder para hacer transformaciones a favor de los sectores populares.