

Lejos de cumplir con la promesa de que el ajuste lo pagaría “la casta”, el gobierno de Javier Milei está ejecutando un recorte brutal que golpea con más fuerza a los trabajadores, jubilados, universidades y pequeñas empresas. Mientras los sectores más concentrados de la economía se benefician con la desregulación, la apertura de importaciones y las subas indiscriminadas en tarifas, el salario real se desploma y el empleo navega entre la incertidumbre y el retroceso.
El investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, Luis Campos, analizó los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y advirtió que, en el sector privado, el salario acumula cuatro meses consecutivos de caída. “Entre enero y mayo retrocedió un 5,5% y ya se ubica un 1,4% por debajo de noviembre de 2023”, señaló. Ese mes fue el último del gobierno de Alberto Fernández y desde entonces el poder adquisitivo no ha hecho más que deteriorarse.
A través de la red social X, Campos explicó que el salario medido por SIPA —que no distingue entre jornadas completas y parciales— se acerca peligrosamente al publicado por el INDEC, que sí tiene en cuenta esa variable. “La lectura es clara: el salario se estancó hace varios meses en niveles levemente inferiores a los de noviembre de 2023”, admitió.
En el caso del empleo privado, el investigador sostuvo que el mercado laboral ingresó en una etapa errática. Hubo un crecimiento leve en diciembre, caídas en enero y marzo, y alzas en febrero y abril. En total, se crearon 30.000 puestos de trabajo desde noviembre, un número que apenas logra acompañar el ritmo de crecimiento poblacional. “La estrella en el sector privado es el comercio. Contra noviembre de 2023 acumula un aumento de 24.295 trabajadores. La contracara es la industria con 32.455 trabajadores menos. Por su parte, el golpe inicial en la construcción fue más fuerte, pero viene recuperando”, indicó Campos.
En el sector público, la motosierra del Gobierno nacional mostró su filo con mayor crudeza. Si bien en abril se frenó parcialmente la caída, el retroceso acumulado sigue siendo alarmante: hay 55.706 trabajadores menos en el total nacional, con una pérdida particularmente fuerte en el Estado nacional. Allí, los salarios cayeron un 31,6% desde noviembre de 2023, un ajuste que supera ampliamente el promedio del sector público, que ronda el 15,5%.
Mientras tanto, el deterioro del poder adquisitivo no fue acompañado por ninguna mejora estructural ni política de ingresos. La recesión golpea con fuerza a la clase media, las pymes y los sectores populares, que ven cómo el salario real se desvanece frente al alza en alimentos, servicios básicos, salud y educación.
El resultado del “modelo libertario” aplicado con crudeza por Javier Milei y Federico Sturzenegger no ha sido el ajuste de privilegios, sino una poda feroz sobre los derechos y condiciones de vida de quienes trabajan, estudian o producen. El mercado laboral lo demuestra: más precarización, menos poder de compra y una promesa rota que pesa sobre los hombros de los de siempre.