

La apertura de importaciones de frutas y verduras decretada por el gobierno de Javier Milei golpea de lleno a uno de los polos productivos más importantes de la Argentina: el cordón frutihortícola que abarca La Plata, Berazategui y Florencio Varela.
Así lo planteó Néstor Villacorta, productor y presidente de la Federación de Trabajadores por la Economía Social Rural de esta región, quien advirtió que la medida del Gobierno nacional está desmantelando años de trabajo en agricultura familiar y dejando a los productores al borde del quebranto.
En diálogo con La Cielo 103.5, Villacorta fue tajante: la autorización para que ingrese “cualquier verdura de cualquier parte del mundo” está afectando directamente a la economía local. Los precios a los que llegan esos productos importados al mercado son tan bajos que resultan imposibles de igualar. En algunos casos, ni siquiera cubren el costo del embalaje o el cajón. “Hay productores que no cosechan porque es más caro que dejar perder la producción”, resumió.
La situación no se limita a una sola especie. Si bien el caso del tomate es el más visible, el dirigente señaló que también ingresan zapallito zucchini, zapallito redondo, zanahoria, batata, anco y frutas como banana provenientes de Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Bolivia y hasta Perú. “Nunca había entrado zapallito al país y hoy lo vemos en las góndolas, desplazando lo que producimos acá”, apuntó.
El Cinturón Frutihortícola Platense (CHP) es una extensa franja productiva periurbana ubicada mayormente en el partido de La Plata, con un 85 % de los invernáculos concentrados allí y el 15 % restante distribuido entre Florencio Varela y Berazategui. Es el mayor cinturón de producción hortícola del país: genera más de 72 tipos de frutas y hortalizas que abastecen a más de 14 millones de personas del conurbano bonaerense y otras zonas.
El problema no es sólo que la oferta importada presiona los precios a la baja. A eso se suma la fuerte retracción del consumo interno. Con más desempleo y salarios deteriorados, muchas familias compran apenas lo indispensable