

El dirigente fomentista, Osvaldo Giapor, falleció este domingo a los 88 años en nuestra ciudad, un lugar que lo vio caminar incesante y también reclamar a viva voz por las carencias de los barrios y particularmente el suyo.
Nació y vivió en el barrio “Las Morochas” y terminó siendo el símbolo unívoco del barrio Prado Español, lugar donde abrió su carpintería, un oficio al que abrazó con dedicación.
Al poco tiempo de haber encarado el emprendimiento, fue invitado a participar en reuniones fomentistas, pero luego contaría que fue la enfermedad de su madre y la atención prodigada por las vecinas, lo que lo llevó a devolver aquellas “gauchadas”.
Supo contar en notas periodísticas que “el barrio estaba muy olvidado”, con calles de tierra desmejoradas, ausencia de servicios básicos y muchas necesidades que conformaban la estructura del extenso sector. Llama la atención que 50 años después sigan existiendo sectores de Junín en las mismas condiciones de antaño.
“Había muy poca luz, y no había gas ni cloacas. El agua era por bomba y los baños eran con pozo ciego”, narraba.
En dicho sentido, entre consorcios vecinales, acuerdos, negociaciones, presupuestos, adquisición de materiales, habilitaciones y mano de obra, no fueron pocos los años que demandó a los fomentistas la adquisición de los servicios básicos, desde el agua hasta el asfalto e, incluso la sede de la sociedad de fomento.
La tarea le fue gustando y también los liderazgos, con un carácter particularmente personalista, no tuvo empachos en decir lo que creía correcto, aunque no lo fuera tanto. Así y todo, logró llegar a liderar la federación de fomentistas.
En los últimos años y siendo fiel al petrequismo, tuvo varias situaciones polémicas en la interna fomentista que terminaron provocando su desplazamiento, que resultó bastante traumático.
Sin embargo, antes de irse logró imponer a su hombre de confianza al frente de la federación, Julio Miguenz, yerno de Juan Fiorini, cuñado de Petrecca.
Despedida de la Federación de Sociedad de Fomento
Junín despide a un dirigente que más allá de sus formas, logró mejorar la calidad de vida de sus vecinos, aun sin formar parte de una agrupación política y tener una beca salarial asegurada.
Demasiado para estos tiempos de la política donde priman los intereses personales y el individualismo.