

Por: Escribe Andrés ‘Tato’ Rissolo, especial para Semanario
Pasó mucho más tiempo en la casona de calle Rivadavia que lo que el actual intendente municipal de la ciudad de Junín, Pablo Alexis Petrecca, hubiera preferido. En su empecinado y desesperado objetivo por avanzar a sus metas primarias, pretende ahora abandonar las ataduras locales en busca de mejores posiciones. Dos períodos hubiesen sido suficientes como para después apoltronarse en la en los reconfortantes sillones de la ciudad de las diagonales. Una distintiva que lo sindicaría como senador provincia de Buenos Aires.
A sus pies la nada desdeñable alfombra roja, símbolo intangible de una nueva vida, que lo aleja de las quejas y reproches de insoportables vecinos, de las quejas por agua corriente, cloacas, cordón cunetas, el paso a nivel cerrado, del aeroparque en decadencia, y por sobre, todo dejar de fingir esa ineficaz forma histriónica de hacer que una mentira sea aceptada como verdad. Por fin, llega el fin de calvario. Es el inicio de cosas mayores sin preguntas ni reproches.
Claro está que, ante de irse, en su mensaje de despedida, deberá agradecer a sus acólitos y adlátere, aquellos que, por su fidelidad o sonrisas, ahora se ponen serios de acuerdo a las circunstancias y que guardan con profunda esperanza seguir siendo parte del séquito que acompañe al futuro parlamentario. Por que así como aprendieron en estos últimos tiempos, de a poco, sin que nadie pierda su objetivo futuro se van acomodando las vanidades en el carro del triunfador.
Pero claro, puede alguien tirar la primera piedra, levantar el dedo y señalar que Senescal Petrecca es el único con el objetivo centrado cual mira telescópica sobre su evolución personal. No es el único. Su mensualidad, su casa, su estatus, los viajes (locales e internacionales) guardan una profusa relación con las actividades de una intendencia en la pampa húmeda, de la cual su mayor mascarón de proa ha sido la actividad gastronómica derivada de las hamburguesas.
No fue la autovía Buenos Aires-Junín, menos aún en descomedimiento de cortar la principal avenida Rivadavia de la ciudad para desarticular todo ascendente de evolución. Sin saber qué hacer con los galpones del Gral. San Martín, la organización de la ciudad le quedó inmenso para dimensión del maestresala Petrecca, que en primera instancia intentó con un Central Pack para luego terminar con Centro de Atención Primaria para la Salud, como para no levantar sospecha del inmenso negocio inmobiliario de las tierras de ese sector, en pleno centro de la ciudad. Por ahora los inmensos talleres se encuentran llenos de basura y de motos y autos extraídos a la gente de menores recursos que no tiene para trasladarse. Toda la sensibilidad del pretor Petrecca para favorecer a los grandes empresarios que hacen unidades nuevas y expoliar a los flacos bolsillos obreros.
Y en este intento por demostrar una faceta grácil al sector asalariado, el gran siniscalco ejecutó otra jugada maestra. Un emprendimiento que proyecta a Junín para que crezca en planes de vivienda, y que está ligada a comprar a una parte amigos privados una cierta cantidad de tierra que luego es ofrecida a través de la administración municipal, que serán ofrecidas como proyectar el futuro juninense. A pesar del trabajo de la inteligencia artificial, en los pueblos chicos donde todos se conocen los dueños originales de las propiedades están en la memoria de alguien y a veces no son precisamente municipales.
Para esas cuadras, como para las nuevas empresas de venta de hamburguesas, se ponen a disposición toda la parafernalia municipal, que no se fija en gastos de maquinarias, ni en horas de trabajo del obrero, que por ahí ronda el medio millardo verde. A esos lugares llegan el gas, la luz, las cloacas, los cordones cunetas, el asfalto, todo. En desigual medida se encuentran otros barrios y porque no decirlo, los productores agropecuarios, sempiternos productores de las mayores divisar del país, y que desde tiempo inmemoriales asisten al Palacio Municipal como en una verdadera peregrinación a San Cayetano para suplicarlo con rodillas sangrantes al mayoral Petrecca que arregle los caminos de la producción.
Miles de años han pasado que los chacareros han tenido para sacar las producciones en chatas altas, cruzar los charcos con animales para llegar a la feria, pero para la mente del caporal Petrecca se puede hacer por mil años más. El genocidio de la fauna ictícola con la seca de la laguna de Gómez, que durante su mandato como jefe de la cuenca del agua que no supo prevenir debería ser castigada pero los fueros y las laxas leyes le permiten su continuidad en el frente.
Y como hecha la ley hecha la trampa, una vez que un ministril accede al cargo de poder es imposible quitarlo de ese puesto, aun cuando lo que hace es contrario a lo que la población necesita o reclama. “El pueblo no gobierna ni delibera a través de sus representantes”. Cambiar este axioma debería mover la constitución donde ya hay gente especialmente preparada para crear algo contra a lo establecido. La gran consternación de la Argentina es que desde 1980 se sabe que la crisis institucional se debe a que “no habría una dirigencia que supiera guiar sus pasos”. La decadencia intelectual y moral, iba a va a estar dada en la crisis educativa que harían que sus habitantes sean leventes ilustrados en tecnologías, pero absolutamente ignorantes en matemáticas y filosofía.
Lo demás, todo lo demás, es una constante y continua repetición de una situación económica que la morralla, eficientemente engañada por los medios de comunicación y propagando global, caen repetidamente en la boca del averno. Y una vez que se traspasan ya no hay vuelta atrás. Tal es así que para cubrirlo en éstos últimos su cuñando Fiorini, una verdadera sombra de la irrealidad, se encargaría de los destinos de la ciudad, hasta tanto la edil De Miguel (en algunos sectores rebautizada como “Lady Di” por sus perfumes y vestidos caros) con sus efluvio florida y moldeados reales se perfile como la primer dama como en los tiempos en los que su abuelo era intendente. A estar preparados para las rodillas en tierras y las reverencias bien hechas
Como se podrá apreciar, la alta alcurnia, el rancio abolengo de la ciudad desde hace tiempo que ya se encuentra abocada a todas estas minucias que hacen al cambio de estado social. Junto a ellos miles de acólitos se encuentran muy apurados y determinados en desliar carpetas, sus aciertos e idolatrías varias, que les aseguren un lugar muy cerca de los jerarcas.
Por si llegara a ser de interés de alguien, la decadencia evidencia la ciudad de Junín, donde sólo una 32 % paga sus impuestos inmobiliarios. Solo los puestos de hamburgueses, y los mercaderes referentes a gastronomía, prendas y bufones varios hacen de la ciudad una verdadera postal de la edad media. Con cada vez más ferias, con cada vez más puestos en las plazas periféricas para que no se note la decadencia y todos pagando monotributos para una jubilación que quién saben si alguna vez van a cobrar. Nunca una fábrica, una industria pesada, unos establecimientos agropecuarios que tomaran centenares de persona.
Nunca miró hacia Pergamino y sus tres parques industriales. Solo una constante y cortina de humo mediático que perturbara los sentidos de juninenses. Y eso si, 40% de aumento de los impuestos cada vez que ganaba una elección. Un acto punitivo de regalo por la obediencia la lealtad. Eso es Junín para algunos.
Para otros… los amigos del poder que se cansan de andar en autos importados últimos modelos. PORQUE COMO BIEN SE SABE JUNIN ES UN LUGAR DE OPORTUNIDADES. SOLO PARA ALGUNOS…