

“Cuando escribo me cierro: no acepto nada, no viajo, no hago talleres, no hago ninguna actividad que no sea escribir”, contó Leila Guerriero en su paso por el streaming de Infobae.
La escritora y cronista argentina nacida en Junín en 1967 es autora de libros muy celebrados por la crítica y los lectores como Los suicidas del fin del mundo, Opus Gelber, La dificultad del fantasma, La otra guerra y La llamada
Entre los galardones que ostenta están el Premio de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, el Manuel Vázquez Montalbán, el Premio de la Crítica de la Feria del Libro de Buenos Aires, el Zenda, el BBK Gutun Zuria Bilbao y el Pluma de Honor.
“La escritura se alimenta de vivir... de vivir fuerte. No quiere decir vivir de una manera extrema o dañina. Me cuido, necesito el físico bien para aguantar diez horas de escritura por día y para pensar con lucidez”, asegura. “Vivir fuerte no implica no ser metódico”.
Cuando termina un libro aparece “el vacío, desasosiego, sin sentido, no tengo más nada para decir”, dijo, un poco en broma, un poco en serio. “Entre mi primer libro y el segundo pasaron trece años. Después del primer libro dije: ‘no voy a escribir nunca más un libro’”.
“La sensación es de campo arrasado”, resumió. Y de pronto, “el nuevo libro aparece”. Y así se fueron apilando, uno a uno, todos sus libros. Y los que vendrán.