En una ciudad donde todavía no se acierta con el nombre a una obra de “paso bajo nivel” que insisten en denominar viaducto (el viaducto pasa por encima y en este caso por abajo), los irresponsables de su no concreción se reparten culpas en medio de una campaña eleccionaria en la cual muestran la desesperación de acceder a un cargo de concejal para luego terminar haciendo un tik tok hablando de política nacional o internacional, sin saber siquiera cuantos barrios y localidades hay en Junín.

En ese patético escenario y antes de su doble fuga (de partido y de distrito); el hasta ahora intendente Petrecca vuelve al calzarse el papel de víctima (que le sale mejor que el de héroe de los Leds) y se pone al frente de las quejas contra el gobierno nacional, mientras reparte las boletas de su nueva alianza con quienes detestaba hasta hace dos meses.

Ensaya entonces uno o varios reclamos, cuando fue él junto al ahora edil, antes responsable del deterioro de la obra pública, Marcelo Balestrasse; quienes al igual que con la nueva terminal, pusieron en modo “Manuelita” todo aquello que podía darle algún crédito a Mario Meoni; uno por envidia, el otro por venganza.

Claro que no lo hubieran logrado con el aporte de la oposición, enfrascada como siempre en una miserable atomización con dirigentes ocupados por mantener sus “quintitas” adentro o afuera del distrito y sin importarles los proyectos en común y menos todavía luchar por aquellos que ellos mismos construyeron. Imaginemos cuanto podrían importarles los de la comunidad.

Desde estas mismas páginas hemos dado cuenta de la cronología del fracaso en la gestión de estos dos sectores y resultaría denso entrar otra vez en ello, pero por suerte existen los archivos. https://semanariodejunin.com.ar/nota/46712/cronologia-del-fracaso-petrequista/

Y como si todo esto no alcanzara, el intendente que hoy representa a peronistas rebeldes, dice que “le preguntaría al presidente por el paso bajo nivel”, cuando él mismo le ofreció apoyo logístico en el balotaje, lo que le permitió a Javier Milei llegar a Jefe de Estado y que una de las primeras cosas que hiciera fuera borrar la obra pública del mapa no sólo de Junín sino de todo el país.

Es por eso que esta campaña se juega en las redes, apelando al engaño de quienes se la pasan frente a la pantallita y no les queda tiempo para pensar y repensar la trampa que les tienden aquellos que son la casta desde hace décadas y los nuevos que vinieron para quedársela.

Hipnotizados, desinformados y silenciados por propia iniciativa, seguimos colaborando en el despilfarro de confianza hacia quienes siquiera se mueven de su zona de confort, poniéndonos a discutir sobre una obra de la cual, ni siquiera, sabemos decir bien su nombre.