

El traspié electoral de La Libertad Avanza en las elecciones de la provincia de Buenos Aires sacudió al gobierno nacional, que desde ese día decidió mostrarse hiperactivo para dar una señal contundente de que el golpe no lo paralizó.
En tres días hubo la misma cantidad de reuniones de Gabinete, se crearon tres nuevas mesas de trabajo -una Política, otra Bonaerense, y una llamada Federal-, y se decidió reactivar el Ministerio del Interior, que el año pasado había sido degradado a Secretaría: el elegido para encabezarlo es Lisandro Catalán.
“Siguiendo las instrucciones del presidente Milei, con el objetivo de retomar el diálogo con los gobernadores afines, hemos constituido la Mesa Federal junto al Ministro de Economía, Luis Caputo, y el flamante Ministro del Interior, Lisandro Catalán”, anunció esta mañana Guillermo Francos. “En esta nueva etapa en que consideramos imprescindible implementar las reformas estructurales en las que hemos trabajado, estamos dispuestos a profundizar los vínculos con las provincias que comparten el espíritu de cambio”, completó el jefe de Gabinete.
El nuevo ministro del Interior nació en San Miguel de Tucumán en 1971 y es un hombre de extrema confianza de Francos. Ambos compartieron funciones en el Banco Provincia durante el primer mandato de Daniel Scioli entre 2006 y 2007, lo que cimentó un vínculo muy cercano. Durante el gobierno de Milei además Catalán ha sido un estrecho colaborador de Francos como vicejefe de Gabinete: lo acompañó diariamente en la Casa Rosada, participando en reuniones con gobernadores, legisladores y siendo nexo con referentes de diversas fuerzas provinciales.
Su perfil técnico y su capacidad para moverse alejado de las luces y la exposición pública le permitieron conservar posiciones de responsabilidad incluso en contextos políticos adversos. Ahora, como anunció Francos, el desafío de Catalán será profundizar la tarea que ya realizaba para generar un acercamiento con los gobernadores.
La Libertad Avanza necesita reconstruir puentes de diálogo que habían sido detonados y que, por consecuencia, terminaron perjudicando los intereses de la administración libertaria en el Congreso de la Nación, donde viene sufriendo derrotas que complicaron sus planes para mantener la estabilidad económica y política.