

El fracaso electoral de Somos Buenos Aires, el frente político fundado al filo del reloj por sectores de la UCR, el peronismo díscolo y el PRO disidente para competir por una “tercera vía” en los comicios bonaerenses provocó un cimbronazo entre sus dirigentes, que ya esbozan replanteos de cara al futuro.
Con apenas 5,25% de los votos – 424.671 electores-, la alianza superó por menos de un punto al Frente de Izquierda y se ubicó tercera a más de 40 puntos del peronismo y a 28 puntos de La Libertad Avanza.
Sus mejores resultados se produjeron en la cuarta y sexta sección, donde hicieron contrapeso y se aseguraron 4 bancas en la Legislatura (dos para el radicalismo, uno por Coalición Cívica y otra para Pablo Petrecca, del PRO de Junín).
En la primera sección apostaban al poderío del Jefe Comunal del peronista díscolo Julio Zamora, enfrentado a Sergio Massa, pero quedaron hasta detrás del FIT.
Y lo propio ocurrió en la Tercera, donde se jugaba sus chanches el radical aliado a Martín Lousteau, Pablo Domenichini.
A diferencia de “Hechos”, el espacio fundado en el norte bonaerense por los hermanos nicoleños Manuel y Santiago Passaglia que tenía un amplio margen para crecer, Somos Buenos Aires necesitaba conservar poder territorial y, a partir de allí, mejorar.No ocurrió nada de eso.
Solo un puñado de municipios de la UCR (10 sobre 25) y ninguno de los dos del PRO disidente– Junín y 9 de Julio- lograron imponerse en sus distritos. Entre ellos hubo derrotas históricas como la de Miguel Lunghi en Tandil o caídas inesperadas como en Balcarce, General Alvear, Rauch, General Viamonte o Ayacucho, entre otras.