

Por: Redacción Semanario de Junín
EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 479 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 13 AL 19 DE SEPTIEMBRE DE 2025
Cuando creíamos que todos debían irse, que no había esperanzas, que nada podía estar peor, llegaron las elecciones provinciales y de medio término, esas a las que nadie les da importancia, que no se votan figuras relevantes, que no hay personajes mediáticos y que, por ese motivo, parecen, no importarle a la gente.
Pero todo dependerá del contexto y no es lo mismo cuando los pueblos están medianamente bien a cuando las mayorías tienen padecimientos particularmente económicos, porque Dios atenderá en todos lados, pero donde se sienten las consecuencias en una sociedad capitalista es en el bolsillo.
El gobierno nacional, que llegó con promesas reiteradas, pero nunca alcanzadas, como terminar con el flagelo de la inflación, encarrilar la economía y terminar con la corrupción; al menos hasta ahora no logró ninguna de ellas y la desconfianza de la gente los inundó de votos contrarios.
La gestión provincial, instalada desde el 2019, tampoco podía mostrar chapas valederas para la continuidad, pero le alcanzó con una parte de victimización y otra buena porción de “salimos de Guatemala para meternos en Guatepeor”, camino que le dejaron servido -paradójicamente- los que llegaban para desaparecerlos.
“Tú crees que me matas, yo creo que te suicidas” dice el conocido y sarcástico refrán que se cumplió tras saberse el resultado de los comicios en nuestra provincia el domingo pasado.
No hubo ganadores, porque en medio de semejante crisis de gobierno y de identidad política, la ciudadanía fue tal vez la más acertada a la hora de poner un freno a la desmesura, equilibrando la balanza del poder en el intento de que no haya más abusos y que gobierne la democracia a través de la responsabilidad concedida por el pueblo.
Lo mismo ocurrió en Junín, después de las victorias logradas por el oficialismo, que le permitieron legislar irresponsablemente a los concejales que levantaban la mano en forma obediente a favor del Ejecutivo.
Fueron 10 años en que el intendente y un grupo de funcionarios de escasa aptitud, armaron y desarmaron a su antojo un distrito que hoy está pagando las consecuencias de esas políticas mezquinas encaradas por quienes sólo les interesaba el poder y se movían por interés personal.
Para colmo de males, el principal responsable de los desaguisados que terminaron dejando una red de caminos destruidos, peligro inminente de anegamiento e inundaciones; calles en estado calamitoso, malos servicios públicos, déficit de obras de pavimentación, construcción de viviendas y literalmente un caos de circulación por una ciudad partida al medio; se va de Junín derrotado y mostrando que sólo perseguía un bien personal y no el de los ciudadanos.
Por eso la elección del domingo pasado, y más allá de todas las problemáticas, deja una renovada esperanza en el sentido de que sólo la política y no los falsos profetas de la anti política, son el camino para el desarrollo del distrito.,
Los electores (aunque cayó la participación un 10%) eligieron tras el conteo equilibrar la actividad legislativa dejando sin mayoría automática al oficialismo.
De esta manera lo que sería ahora SOMOS podría alcanzar los 7 concejales (salvo que la UCR quede como monobloque, en ese caso serían 6), La Libertad Avanza tendría 5 (en uno o dos bloques) y Fuerza Patria se compondría con 8 ediles.
Por primera vez en la gestión de Pablo Petrecca habrá una composición semejante que permitirá, además de consensos, ejecutar un control exhaustivo de las cuentas municipales y tal vez determinar por qué motivo ha habido semejante falta de contraprestación a pesar de las variadas y costosas tasas.
A partir de allí y con buena voluntad de la dirigencia, es posible que se empiece a lograr la verdadera transformación para mejor la calidad de vida del conjunto y no de un puñado de privilegiados.