

Por: Redacción Semanario de Junín
EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Mº 480 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 20 AL 26 DE SEPTIEMBRE DE 2025
Cuando la crisis económica recrudece, el pueblo comienza a poner la lupa sobre los gobiernos, sean del color que sean. Los reclamos empiezan a crecer y los detalles que se pasaban por alto cobran importancia.
En ese caso, los mandatarios provinciales se desentienden del problema si el apuntado es el Ejecutivo nacional. Es de imaginar entonces qué harán los gobiernos municipales a la hora de “lavarse las manos”.
Por estos tiempos, la irresponsabilidad de los dirigentes es asombrosa y cabe preguntarse si la devaluación seguirá siendo en materia política al mismo tiempo y tan imparable como la monetaria.
Claro que Junín no es una excepción sino por el contrario: resulta un modelo de esta irresponsabilidad del intendente que, cuando le conviene a sus intereses, dice que “gobierna” y, cuando no, se convierte en simple “administrador”.
Sin embargo, en el caso de Pablo Petrecca queda en claro que, a pesar de las críticas hacia el gobierno nacional, sus ideas son cercanas al liberalismo de Javier Milei y sus Fuerzas del Cielo, del cual hace tan sólo unos meses intenta desprenderse.
Sin embargo, no deja de sorprender que, así como tiende a la privatización sin más de los servicios públicos, dejándolos en manos de empresas cuestionadas en materia de corrupción, a la hora de cobrar las tasas lo hace con salvaje codicia y aplica aumentos como en cuanto a la ilegalidad de otras que defiende con uñas y dientes, aunque perjudiquen al vecino, al que paradójica y mendazmente dice proteger.
Entonces, en nuestro distrito, se debe pagar una tasa para el mantenimiento urbano incluida en los combustibles líquidos y gaseosos, aunque transitar por las calles -sean de asfalto o tierra- cause vergüenza ajena por el estado que presentan. Del mismo modo, pagar el 25% del consumo eléctrico en calidad de “alumbrado público” resulta disparatado y totalmente inequitativo para, por ejemplo, quien vive en un departamento de un ambiente al contrafrente y usa el caloventor en invierno.
Del mismo modo “la mano en el bolsillo” a los comercios e industrias con el cuento de una tasa de seguridad e higiene, cuando ya hay otra que se paga por “seguridad” exclusivamente y en una ciudad donde precisamente “la higiene” está en deuda.
Ni hablar de la de los caminos rurales que durante 10 años fueron desatendidos sin ninguna prestación a los contribuyentes y que ahora se tercerizó y pretenden aumentar en forma exagerada para el próximo año, cuando sólo se trata de un experimento que se llevará a cabo en el peor momento, con las lluvias desbordando caminos y con un río Salado amenazante, habiéndose perdido tres años de sequía donde se debieran haber previsto este tipo de tareas.
Es de esperar que, a partir de 2026, con un Concejo Deliberante más equitativo en cuanto la participación de las alianzas, no se genere una nueva frustración y que se piense en el vecino y las inequidades y no en los “rosqueos” partidarios y negociados avalados por unos y por otros en perjuicio de la comunidad como ha ocurrido hasta ahora.
Si las urnas hablan no es únicamente para llamar la atención de la nación o la provincia, también es un llamado a lo que ocurre en el pago chico y nadie debe hacerse el distraído.