miércoles 1 de octubre de 2025

LOCALES | 1 oct. 2025

JUNÍN CIUDAD CAPITAL

¿Fantasía o puntapié para pensar?

07:45 |Una idea que desgranó un periodista de Mar del Plata y que en la ciudad y la región jamás se consideró, puso en relevancia los beneficios de trasladar la capital de la provincia… a Junín.


Por: Redacción Semanario de Junín

En 2024, el ahora ex senador nacional por Entre Ríos, Edgardo Kueider, que desempeñó el cargo entre 2019 y 2024 (actualmente se encuentra detenido en Asunción, Paraguay, por contrabando de divisas y lavado de activos), presentó un proyecto de ley para trasladar la Capital Federal a Paraná, con el objetivo de “descentralizar el poder y promover un desarrollo más equilibrado en el país”.

Al mismo tiempo, se conoció que Edith Terenzi, compañera de interbloque del concordiense, presentó una ley de iguales características, pero para mudar la Capital Federal al sur, como se propuso durante la Presidencia de Raúl Alfonsín.

Ambas iniciativas tienen un mismo objetivo, pero difieren en el lugar de emplazamiento propuesto. A pesar de lo difícil que es concretar una iniciativa de este tipo, los proyectos volvieron a poner en agenda un tema que, cada cierto tiempo, recobra interés.

EL PROYECTO DE LANUSSE

La Ley N° 19.610, decretada durante el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse, lleva como título “CAPITAL DE LA REPÚBLICA. Declárase la necesidad de determinar la conveniencia, oportunidad y factibilidad de su traslado”, y está fechada en mayo de 1972. En sus fundamentos, sostiene que “la creación de una nueva sede política para el poder central hará concluir una estéril disputa que ha encontrado en la cuestión Capital un motivo de explicación a la continua y cada vez mayor postergación del interior”, y considera que “servirá para romper un círculo vicioso que inmoviliza las grandes energías nacionales”.

Hacia fines de septiembre de 1972, el general Lanusse arribó a Paraná y lo recibió el brigadier Ricardo Favre, interventor de Entre Ríos desde hacía seis años. En Casa de Gobierno aprovechó la oportunidad y le entregó una iniciativa que venía elaborando desde la provincia: el proyecto oficial “por el que se pide el traslado de la capital de la República a Paraná, a la vez que se propone una variante física de las sedes de los tres poderes”. Así lo consignaron los diarios, que cubrieron con detalle la agenda del dictador en la capital entrerriana.

La propuesta del interventor entrerriano ponía sobre la mesa una idea interesante: relocalizar las sedes de los tres poderes en ciudades diferentes, y para ello elegía las capitales de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba. “El proyecto entrerriano contempla que los ministerios y organismos inmediatos del Poder Ejecutivo se instalarán en Paraná; el Poder Legislativo en Santa Fe, y el Poder Judicial en Córdoba”, señalaba.

La idea de trasladar la capital de La Plata a Junín “responde a razones estructurales que tienen que ver con la gobernabilidad, el federalismo y la viabilidad futura de la provincia”

VIEDMA, LO MÁS CERCANO A UN TRASLADO

Lo más cerca que se estuvo de lograr el traslado de la capital fue a mediados de 1987, cuando el Congreso de la Nación aprobó la ley para el Traslado de la Capital Federal, promulgada por Alfonsín bajo el número 23.512. El lugar propuesto era Viedma-Carmen de Patagones y la historia posterior es conocida.

Hubo otras candidatas en el siglo XIX: Rosario en Santa Fe, Belleville y Villanueva en Córdoba. Luego, en el siglo XX, se consideraron Río Cuarto y Río Tercero, también en Córdoba.

La mayoría de los proyectos iniciales de capitalización en la época de consolidación del Estado nacional favorecieron a Rosario que, al tener buen acceso portuario, buena conexión ferroviaria, centralidad geográfica y un respetable número de profesionales y negocios florecientes, contaba con todas las condiciones necesarias. Un siglo después –y ya teniéndose en cuenta las problemáticas contemporáneas–, Viedma ofrecía el componente atlántico y patagónico que las anteriores no.

Finalmente, si bien esa norma nunca fue derogada, quedó en letra muerta.

PROVINCIA, JAMÁS

Todos estos antecedentes apuntaron al cambio de la capital de la Nación, pero no se conocieron intentos de hacerlo en la Provincia. Tal vez por estos antecedentes, afecto, entusiasmo o algún que otro interés desconocido, la semana pasada, en el portal Chacabuconenred.com, el periodista Luis Gotte se explayó en un artículo donde propuso mudar la capital de la provincia de Buenos Aires a Junín y brindó sus argumentos.

La idea (al menos eso) jamás existió entre concejales, legisladores provinciales o políticos de la región, al menos nunca en el último tiempo del que se tenga memoria y por eso mismo, no dejó de llamar la atención que se considere la posibilidad de una ciudad como Junín que no es ni la más poblada, ni la más diversificada, ni la de mayor peso político en el tablero provincial que, dicho sea de paso, jamás consideró la idea de mover su capital de la ciudad de las diagonales, donde se manejan los destinos políticos desde su misma fundación, el 19 de noviembre de 1882, un año después de que la ciudad de Buenos Aires fuera federalizada como capital de la Nación. 

La fundación de La Plata fue impulsada por el gobernador Dardo Rocha como consecuencia directa de la federalización de la ciudad de Buenos Aires, que dejó a la provincia sin una capital propia. La Plata no solo es uno de los 135 municipios que componen Buenos Aires. Es, además de su capital, el segundo distrito más poblado de la Provincia con más de 760 mil habitantes según el último censo. Solo superada por La Matanza y con casi 100 mil vecinos más que Lomas de Zamora. Es, sin duda, una ciudad diferente. No solo por su arquitectura y las famosas diagonales sino también por un montón de detalles que la hacen singular como el hecho de ser la base política de la Provincia.

“Así como Brasilia en Brasil o Viedma en el frustrado proyecto de Alfonsín, el traslado de una capital es un acto político que busca reorientar el eje de un país o de una provincia hacia un horizonte distinto”

Pese a todos estos antecedentes, bajo el título ‘Junín como nueva capital bonaerense ¿El camino para equilibrar la Provincia de Buenos Aires?’ Gotte, escritor, coautor de Buenos Ayres, la hora de comunidad, Buenos Ayres Humana, Nuevos municipios, Autonomía municipal, Cartas orgánicas. Participación comunal. Bonaerenses, A las cosas y columnista en varios medios de prensa, desgranó su teoría de por qué se volcó por nuestra ciudad para su iniciativa que, cabe aclarar, no forma parte de ningún proyecto, sino en su preferencia personal.

Según Gotte, la provincia de Buenos Ayres atraviesa una paradoja que se arrastra desde hace décadas: es el territorio más poblado, productivo y estratégico de la Argentina, pero también el más desordenado en términos de gestión, identidad y organización política. El dilema es profundo y no puede reducirse a diagnósticos superficiales: ¿cómo organizar una provincia que concentra casi el 40% de la población nacional, aporta alrededor del 36% del PBI del país y, al mismo tiempo, convive con un conurbano colapsado, una región extra-AMBA despoblado y enormes asimetrías territoriales?

Una de las propuestas que emerge con fuerza en este debate es la necesidad de trasladar la capital política provincial de La Plata a Junín. La idea, lejos de ser un simple gesto simbólico, responde a razones estructurales que tienen que ver con la gobernabilidad, el federalismo interno y la viabilidad futura de la provincia.

Según consignó, la capital provincial ‘está encadenada al cordón metropolitano’: cualquier decisión política en La Plata está condicionada por la presión inmediata de un conurbano con 12 millones de habitantes, bolsones de pobreza estructural, economías informales que superan el 40% y una violencia urbana que desborda la capacidad de respuesta estatal. El resultado es un sistema político encerrado en la lógica metropolitana, incapaz de proyectar un desarrollo integral que abarque al interior bonaerense.

Entre los argumentos para proponer a nuestra ciudad como nueva capital, Gotte explicó que trasladar la capital a Junín permitiría un reordenamiento territorial más acorde con las necesidades provinciales. “Junín es, de hecho, un nodo estratégico del noroeste bonaerense, con accesos ferroviarios y viales que lo conectan con Rosario, Córdoba, Santa Fe y el norte de la provincia, con la Patagonia y el Mercosur”.

“Además, Junín simboliza otra Buenos Ayres: la de la producción agrícola, el cooperativismo, la agroindustria y el dinamismo universitario. Trasladar allí la capital no solo implicaría descentralizar el poder político, sino también reconocer que el futuro bonaerense no está en la expansión infinita del conurbano, sino en el equilibrio entre producción y urbanización” dijo.

Según Gotte, la idea de trasladar la capital sería el puntapié de una reorganización integral: ‘una nueva geografía del poder provincial que no quede capturada por la inmediatez metropolitana, sino que proyecte desarrollo hacia el interior y hacia el conjunto de la Nación’.

¿Nadie de las instituciones intermedias se pregunta acerca de qué Junín queremos? Al menos para romper con la parálisis municipal al respecto

UN CAMBIO DE PARADIGMA

“Pensar en Junín como capital no debe entenderse como una fantasía, sino como un cambio de paradigma. Así como Brasilia en Brasil o Viedma en el frustrado proyecto de Alfonsín, el traslado de una capital es un acto político que busca reorientar el eje de un país o de una provincia hacia un horizonte distinto” expresó.

“Buenos Aires necesita un horizonte nuevo. Su magnitud hace inviable seguir gestionándola con lógicas del S. XIX o con el corto plazo electoral. El futuro de la Argentina depende, en gran medida, de cómo la provincia logre organizarse a sí misma”, agregó.

“Junín puede ser el punto de partida para esa organización: una capital productiva en lugar de una capital atrapada por el conurbano y la rosca política. Esa es, quizás, la decisión más racional e inteligente que el S. XXI exige a los bonaerenses” cerró.

En 2020, desde las páginas de SEMANARIO, escribimos: Que aún tengamos la terminal de micros que tenemos es una muestra de gestión pueblerina, lo mismo ocurre con quienes declaman querer impulsar el turismo y se emocionan con una Macrauquenia y no encaran el espigón del Parque Natural y salen a buscar inversores que pongan en valor nuestros atractivos naturales.

Resulta contradictorio celebrar el otorgamiento de 28 hectáreas del predio ferroviario y no saber qué hacer con ellas ni convocar a profesionales.

Es como tirar dinero a la basura, hacer un relleno sanitario que sólo termine siendo una alfombra sobre la mugre y no trabajar sobre el reciclado para tener mínimo volumen para enterrar.

¿Nadie de las instituciones intermedias se pregunta acerca de qué Junín queremos? Al menos para romper con la parálisis municipal al respecto.

Hoy, a cinco años de aquellos reclamos, miles de juninenses reclaman a diario ser parte de una ciudad que todavía no los incluyó entre los que cuentan con buenas calles, seguridad, y que visibilizan sus pesares en los medios porque el Ejecutivo no los atiende en tiempo y forma, una idea impensada vio algo que, por acá, a nadie se le ocurrió. Por supuesto que iniciativas así son extremadamente complejas y requieren de mucho más que buenas intenciones y algunas reflexiones de prensa para llevarse a cabo.

Por lo pronto, sería deseable que alguien se atreva a sacudir la modorra municipal para avisar que lo que se gestiona es una “ciudad” y que se trata de “una ciudad grande” por lo que habrá que estar a la atura de las circunstancias.

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