domingo 19 de octubre de 2025

CULTURA | 5 oct. 2025

BANDIDO ROMÁNTICO

Juan Bautista Bairoletto, el "Robin Hood de las Pampas”

Su figura fue romantizada por los relatos populares. Delincuente para algunos y un Robin Hood industria nacional para otros. Integra la controvertida galería de personajes de las primeras décadas del siglo veinte


Por: Ismael A. Canaparo

Juan Bautista Vairoleto o Viroletti o Bairoletto (Nació en Carlos Pellegrini, Santa Fe, el 11 de noviembre de 1894 – Murió en Colonia San Pedro de Atuel, Mendoza, el 14 de septiembre de 1941, a los 41 años). Fue un conocido bandido rural y cuatrero de la región pampeana. En las fuentes judiciales es citado como Vairoleto y muchas veces como Bairoletto.​

Insolente, carismático y escurridizo, con cada robo agigantaba su leyenda y la admiración del pueblo. Para colmo, simpatizaba con el anarquismo. Demasiada provocación para el poder de entonces. Nació en Santa Fe, pero sus golpes más célebres fueron en La Pampa. Robaba a los poderosos, a los bancos. Vengaba a sus amigos y a los que sufrían injusticias. Repartía el botín. Después desaparecía por largo tiempo. Era un fantasma para la policía. Un héroe para los humildes. El Robin Hood de las Pampas. Por eso aún hoy se lo recuerda y venera como a un santo. Y hay libros, canciones, obras de teatro y película sobre su mítica figura.

Según era voz corriente, no robaba para él sólo, sino que repartía lo obtenido entre sus amigos, protectores y gente necesitada. Bairoletto ejercía un raro magnetismo entre quienes lo trataban. Era simpático y entrador. Cultivó la amistad con gente muy pobre, y entraba en sus ranchos o viviendas humildes como si fueran su propia casa, siendo recibido con grandes agasajos. Llegaba con regalos; por ejemplo, para las mujeres, “agua florida”, como se les decía a los perfumes. Para los niños su visita era una fiesta, ya que no faltaban las golosinas. A los hombres les llevaba latas de tabaco “Caporal”, mientras que para él se reservaba los cigarrillos negros marca “Brasil”, que venían en un tipo de carterita, de 10 unidades. Todo era producto de sus rapiñas: robaba para él y para sus amigos.

Bairoletto andaba siempre armado “hasta los dientes”. Sus elementos preferidos eran un revólver “Smith y Wesson” calibre 45, un revólver “Tanque” 38 largo, un “Winchester” calibre 45 y un fusil “Máuser” del mismo calibre, de fabricación alemana. De su cintura “jamás se caían” uno de los revólveres y un largo y filoso cuchillo. Siempre decía que sus mejores amigos eran las armas y los caballos.

En la década del ’30, no había asalto, pendencia o muerte de la que no se lo haga responsable. La policía le siguió el rastro, llegando casi siempre tarde, justo cuando ya Bairoletto, previamente alertado, emprendía la fuga. Desaparece de Castex, pero aparece en el desierto puntano, o en General Alvear, en Mendoza. Para algunos era de suma ferocidad, habiéndose convertido en un fantasma o en un azote. Tenía pedido de captura en Mendoza, San Juan, San Luis, La Pampa y Río Negro. A veces actuaba solo y otras en grupo, fue así como muchas veces operó con el tan conocido Mate Cosido.

La gente lo protegía, lo alimentaba y escondía, pero su fuga constante lo lleva a vivir a San Pedro del Atuel, en el sur de Mendoza, con su esposa y sus dos hijas. En 1941, lo emboscaron cerca de 20 policías gracias a una delación. Y al cabo de una balacera infernal, ni siquiera pudieron matarlo. Porque lo que pasó esa madrugada fue un nacimiento. El del mito. Lejos de los bosques de Sherwood. Y sin final feliz.

En agosto de 1941, Bairoletto fue traicionado por Vicente Gazcón, alias “El Ñato”. Ex compinche de Juan, se conocieron en La Pampa en 1927. El Ñato había sido apresado y, para salvarse, reveló que el “Robin Hood de las Pampas” vivía en Alvear, en el rancho de Puente Colorado, hacia el lado de Carmensa. El delator partió a buscar a su compinche y, al dar con su paradero, lo entregó a cambio de su libertad. Las autoridades montaron un operativo que finalizó el 14 de setiembre, cuando una comisión policial, al mando de José María Valleé (jefe de investigaciones de Mendoza) y varios efectivos rodearon aquella humilde casa en donde vivía el supuesto Francisco Bravo con su mujer Thelma y sus pequeñas hijas Juana y Sofía.

Tras su muerte, Bairoletto fue velado en el Comité Demócrata de Atuel y a su funeral asistieron miles de personas llegadas desde La Pampa y otras localidades de Mendoza. Actualmente, en el cementerio de la localidad, se levanta un pequeño mausoleo, que se ha convertido en santuario popular.


“MI MARIDO SE SUICIDÓ, NO LO MATARON”


El ultimo "Bandido Romántico" se hizo conocido por robar a gente rica para dar a los pobres, quizá la razón por la cual se ganara su apodo de “Robin Hood Argentino” o el “Robin Hood Criollo”. Se transformó en un mito luego de su muerte, a punto tal que en muchos lugares se lo venera como un santo.

¿Cómo ocurrió el desenlace? Hay algunos gritos al amanecer de ese 14 de setiembre. La policía en principio confundió a Bairoletto con uno de los peones. Juan se levantó de un salto, buscó sus armas, y comenzó el tiroteo. Hiere a uno de los oficiales. El intercambio es intenso. Teme por la vida de su esposa e hijas. Al verse rodeado, sin salida, emprende su más larga huida. Su más brillante escape. Un plan que seguramente más de una vez había pensado.

En un momento del tiroteo, él da vuelta su arma, se apunta... y dispara. Su viuda, Telma Ceballos, relataría luego: “Juan se suicidó. No lo mataron, él se suicidó. Yo me levanté de la cama tras de él, protegiendo a las chicas. Veo que se pega el tiro y empieza a caer para atrás, se apoya en la pared y cae al piso. Luego, entró la policía y le tiraron ya muerto en el piso”.

Una vez más Juan Bautista Bairoletto, alias "el Pampeano", había huido. No pudieron con él sus enemigos, sedientos de sangre y venganza. Una vez más burló el cerco y cabalgó hacia pampas infinitas, hacia espacios inconmensurables. Una vez más eligió la insolencia y la dignidad. Murió el hombre. Nació el Mito.


“La aventura de un rebelde”


En 1985, dirigida por Atilio Polverini y con las actuaciones de Arturo Bonín y Luisina Brando, se estrena Bairoletto, la aventura de un rebelde.

Bairoletto tuvo su película, llamada “La aventura de un rebelde”. Se trata obviamente de un filme biográfico de 1985, dirigido por Atilio Polverini sobre su propio guion y argumento, escrito en colaboración con Sebastián Larreta y Miguel Torrado. Es protagonizada por Luisina Brando, Arturo Bonín, Camila Perissé, Franklin Caicedo, Rudy Chernicoff, María Vaner, Esther Goris, Augusto Larreta, Ernesto Michel y Raúl Florido, entre otros. Fue filmada en Eastmancolor y se estrenó el 3 de octubre de 1985.

Miguel Ángel Regueiro tuvo a su cargo la coreografía y el director de fotografía fue el futuro director de cine Aníbal Di Salvo. El drama dura 90 minutos. En su momento, tuvo una gran repercusión en cines de todo el país, con records en algunos puntos, como Mendoza, General Alvear y La Pampa.

Bibliografía: 054.Travel, Wikipedia y Revisionistas.

 

 

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