

Por: Redacción Semanario de Junín
EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 483 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 11 AL 17 DE OCTUBRE DE 2025
Fue justamente Javier Milei quien allá por 2021 apuntó su dedo acusador contra “la casta” para luego arribar al Ejecutivo nacional y dirigir sus críticas casi exclusivamente hacia los “Kukas” y “zurdos de mierda”.
Nada más preciso en estos casos para aprobar el refrán popular que dice que cuando apuntás un dedo hacia el otro tres están dirigidos hacia vos mismo.
Dos años de gestión nacional han pasado y la política partidaria que era considerada casta de forma crítica, goza de muy buena salud en todos los territorios y en Junín no es la excepción.
A pesar de ser de medio tiempo, las elecciones 2025 han dejado al desnudo la discapacidad de la dirigencia y los gobernantes, que no han tenido tampoco ningún problema en dejar al descubierto sus miserias, apelando abiertamente a la mentira como arma para seguir engañando a quienes debieran representar.
Un ex dirigente del petrequismo, que se fue por diferencias con la gestión, comparaba la política municipal con un arbolito navideño. Decía que “lo armaron hace 10 años y cada dos le cambian un juego de luces, algunas pelotas y le renuevan la nieve artificial y las guirnaldas; pero la estructura siempre es la misma y es la que sufre la falta de mantenimiento”. Asegurando que “cuando definitivamente alguien le quite los adornos, se va a encontrar con un problema de gravedad y para colmo no aparecen líderes capacitados para revertir el deterioro, los que hay, sólo están para generar más trastornos”.
La apreciación no deja de ser interesante por varios motivos, uno de ellos es que quien lo destaca fue de las huestes oficialistas y el otro lo es la realidad del distrito, alejada del relato petrequista que está permanentemente en “un cumple” mientras los vecinos padecen las embestidas que llegan desde todas las direcciones.
Sin embargo, los festejos sobreactuados, las promesas incumplidas, las falsas inauguraciones y demás artilugios sólo constituyen una maniobra de distracción para seguir engañando a la comunidad.
El intendente, irresponsablemente, prepara la fuga y no repara en seguir tejiendo alianzas con quienes hace horas criticó y éstos lo reciben con simpatía cuando en conjunto constituyen lo más execrable de la política, a la cual no les importa ensuciar con sus actitudes.
La casta entonces sólo buscará desesperadamente el poder para su propio beneficio, que luego extenderá a familiares y amigos. Por supuesto que la casta tiene ingresos, prebendas, subsidios y emprendimientos ventajosos.
Para peor, ya no hay más críticas a la casta, sino que los nuevos representantes -tempranamente- pasaron a formar parte de ella porque aquel cuento de que “la casta pagaría el ajuste” fue rápidamente cancelado y dio lugar a que los sufrientes fueran los mismos de siempre, aunque esta vez tan alienados por las pantallitas de los móviles que las luces del arbolito los siguen encandilando y el fulgor no les deja ver la cruda realidad, tragando mentiras, tanto como se tragan sapos.