

El radicalismo bonaerense atraviesa una fuerte crisis de representación que, por el momento, no encuentra ningún tipo de solución y que, de cara a las elecciones del próximo 26 de octubre, ya comenzó a recibir las primeras críticas directas por no contar con un candidato propio para liderar al partido. Como es sabido, en la actualidad, el comité provincial cuenta con un doble comando a cargo del exjefe comunal de Trenque Lauquen, Miguel Fernández, y del diputado provincial Pablo Domenichini, quien responde de manera directa al titular de la UCR nacional, Martín Lousteau.
Claro, las diferencias no son solo provinciales. A nivel nacional las cosas tampoco funcionan. Y es por eso que las críticas internas cada vez se agrandan más en el camino de reconstruir un partido que hoy sobrevive con poco y se conforma, a simple vista, con menos de lo necesario para subsistir.
Con ese marco de fondo, el presidente de la UCR veintincinqueña, Federico Farina, y del Secretario de Acción Política, Agustín Faviano, el Comité de esa localidad se pronunció sobre este momento. “La estructura orgánica y sus autoridades de contingencia, no han podido repetir para las elecciones de diputados nacionales lo hecho en común acuerdo para las elecciones del 7 de septiembre para legisladores provinciales”, manifestaron de inicio.
“De este modo, la alianza Somos Buenos Aires no existe en esta competencia electoral y no presenta candidatos para la Cámara baja del Congreso Nacional”, manifestaron. Y fueron contundentes al asegurar que “el radicalismo de la provincia de Buenos Aires como partido político, por sus contradicciones internas ha desembocado en una ausencia para disputar los cargos legislativos nacionales”.
Y agregaron que “es la primera vez, desde el regreso de la democracia, que la UCR no aspira a obtener bancas en representación del pueblo. Que el partido radical de Buenos Aires no tenga una lista y una oferta electoral para brindar a la sociedad, es penoso y muy grave”.
La situación es concreta. Y real. La UCR hoy no cuenta con una representación propia. Y esto es algo que enfurece a la rama más progresista del radicalismo. debido a que sucede justo “cuando desde el Gobierno Nacional se auspicia una política retrógrada, conservadora, violenta, corrupta y en trance con los grandes intereses nacionales y el bienestar de las masas populares”.
Y añadieron que, a su vez, "sin un radicalismo activo, se deja el espacio opositor monopolizado por el partido justicialista y su nuevo frente ´Fuerza Patria´, permitiendose una fuerte polarización entre dos espacios políticos similares y muy desgastados que se retroalimentan y no hacen más que degradar la convivencia entre los argentinos y fomentar una división política y social que solo responde a sus propias mezquindades”.
“Era una buena oportunidad para los radicales posicionarse abiertamente frente a los principales centros de poder, y alzar su voz en defensa de los valores de los ciudadanos sedientos de una política distinta, mejor, y más democrática, en todo el sentido de la palabra, desde el respeto por el adversario, a la participación cívica, a la honestidad de los gobernantes, y a la solidaridad social que rige un verdadero sistema democrático”, cerraron.
Además de dejar en claro que la UCR a nivel local "no hará proselitismo y ni fiscalizará para ningún espacio político, como crítica y rechazo a la falta de estrategia partidaria oficial. En esta ocasión no cumplimos con nuestro deber como partido político, pero portamos nuestro derecho al voto y a elegir nuestros representantes. Los radicales y los ciudadanos no deben abstenerse, deben ir a votar y no deberían votar en blanco”.