

Por: Redacción Semanario de Junín
A través de sus propuestas de bajo costo (que terminan costando un dineral), la gestión petrequista no deja de cometer torpezas a la hora de diseñar el tránsito de la ciudad, interviniendo a las apuradas sobre sectores que fueron pensados para la dinámica de la movilidad.
Uno de los casos típicos de estos estropicios es lo que se viene desarrollando en la Avenida de Circunvalación Eva Perón (¿será que el nombre no le gusta?), que es de jurisdicción provincial, tiene un cometido importante al unir dos rutas nacionales y debiera ayudar a descomprimir el tránsito por las calles internas de la ciudad.
Sin embargo, los funcionarios del área a nivel local, que ya han tenido varias “metidas de pata”, no paran de querer considerar a la arteria provincial como una avenida más del ejido urbano, sin tener en cuenta su esencia y manejándola a su antojo y conveniencia.
Debe recordarse, en este sentido, cuando la oficina local de Vialidad Provincial le clausuró al municipio las intervenciones realizadas sin autorización alguna frente a la hamburguesería inaugurada este año, las cuales generaron un fuerte gasto en insumos y horas hombre que pagamos todos y fueron a la basura.
Por otra parte, el intendente Pablo Petrecca, en su afán por mostrar “algo” de obra pública, se enamoró de los semáforos (y de los palitos amarillos), dándoles la misma relevancia como si se tratara de una obra faraónica.
Sin embargo, lo único que se logró fue alterar el normal desenvolvimiento del tránsito en una de las principales arterias de la ciudad, que debiera servir para agilizarlo.
La semaforización en Pastor Bauman, con la idea de darle movimiento a lo que sería un “polo gastronómico de envergadura” —que hasta ahora solo cuenta con un único local—, no es más que una parte de la cadena de desprolijidades.
Se trata de una intervención innecesaria, debido a que en este tipo de circunvalaciones lo que se promueve son precisamente las rotondas y no los semáforos, tal como venía sucediendo a lo largo de los años y debiera haberse continuado frente a algún tipo de necesidad, sin intentar frenar la dinámica.
Pero, como si fuera poco, está a punto de terminarse otro de estos engendros en la intersección con la calle Posadas.
Sobran las recomendaciones de los arquitectos e ingenieros respecto de las diferencias entre una rotonda y los semáforos, pero en Junín parece no buscarse la opinión profesional
UNA CUESTIÓN BÁSICA
Sobran las recomendaciones de los arquitectos e ingenieros respecto de las diferencias entre una rotonda y los semáforos, pero en Junín parece no buscarse la opinión profesional, sino el impacto chapucero.
Se sabe que las rotondas son la forma de evitar las intersecciones con semáforos, que requieren que los conductores crucen carriles en el tráfico que viene en sentido contrario al girar a la izquierda.
Las rotondas ofrecen una ventaja a los conductores porque tienen menos “puntos de conflicto” que las intersecciones tradicionales. Los puntos de conflicto son las áreas de una intersección donde es más probable que se produzcan colisiones. Según los expertos: “Hay múltiples puntos de conflicto en juego al girar a la izquierda en una intersección, específicamente el punto donde los conductores deben cruzar un carril de tráfico que viene en sentido contrario. Dado que en una rotonda el flujo de tráfico se mantiene en la misma dirección, no hay caso de giros a la izquierda opuestos”.
Al introducir un mayor número de giros a la derecha, las rotondas eliminan este riesgo y reducen la posibilidad de accidentes perpendiculares a alta velocidad. Los vehículos que circulan por la trayectoria circular de una rotonda tienden a hacerlo a menor velocidad, reduciendo así la gravedad de los accidentes que puedan producirse.
¿ANALIZARON LOS COSTOS?
Las rotondas tienden a ser más eficientes que los semáforos cuando se trata del flujo de tráfico; sin embargo, se colocaron semáforos por un tema de costos.
La Municipalidad dijo que poner semáforos en Posadas costaría 154 millones de pesos, pero nadie mostró cuánto sería el costo de una rotonda en dicho lugar, la cual tiene un mantenimiento mucho menor que el sistema de luces que terminó instalándose, sin contar que es mucho más segura en cuanto a accidentología se refiere.
A esto se suma la agilidad del tránsito, debido a que los vehículos pueden salir de la rotonda sin necesidad de semáforos y fluir continuamente sin importar en qué dirección pretendan hacerlo.
En tanto, los semáforos requieren que los conductores esperen mientras la luz pasa de rojo a verde durante todo el día, sin importar el mayor o menor flujo.
Otra de las ventajas de las rotondas es que reducen las posibilidades de colisiones traseras al realizar giros a la izquierda y ayudan a reducir el tiempo de viaje.
Las demoras que señalan algunos automovilistas para ingresar a la ciudad por Pastor Bauman, generándose en horas pico, no ocurren en las rotondas anterior y posterior a ese cruce.
Sin ciclos de semáforos se eliminan más retrasos y, claramente, durante las horas pico las rotondas pueden soportar un mayor flujo de tráfico, reduciendo así la cantidad de congestión que puede contribuir a los accidentes en el giro a la izquierda.
La Municipalidad dijo que poner semáforos en Posadas costaría 154 millones de pesos, pero nadie mostró cuánto sería el costo de una rotonda en dicho lugar
BENEFICIO PARA PEATONES
Siguiendo con las recomendaciones de los profesionales: “En comparación con las intersecciones controladas por semáforos, las rotondas son más seguras para los peatones. Los cruces peatonales en las rotondas están diseñados lejos de la trayectoria directa de los vehículos, lo que reduce el riesgo de colisión. Al girar a la izquierda en un semáforo, los conductores normalmente deben cruzar dos cruces peatonales, prestando atención también al tráfico que viene en sentido contrario. Es importante tener en cuenta, sin embargo, que los conductores en una rotonda deben estar atentos a los peatones al entrar y salir del circuito. Aun así, una gran ventaja de las rotondas es que a menudo incorporan islas elevadas en el centro o islas divisorias alrededor de la rotonda, lo que permite una mejor visibilidad entre peatones y conductores”.
“CONDUCCIÓN DEFENSIVA”
El diseño y las características de las rotondas fomentan hábitos de “conducción defensiva”, es decir, que “los conductores deben ser conscientes de su entorno, ceder el paso adecuadamente y adaptarse al flujo continuo del tráfico
. Esto fomenta un enfoque más cauteloso y atento a la conducción, reduciendo la probabilidad de accidentes causados por un comportamiento descuidado o imprudente”. Esto contrasta marcadamente con girar a la izquierda en una intersección tradicional, donde los conductores inseguros a menudo maniobran agresivamente para intentar evitar el semáforo o atravesar un espacio inseguro en el tráfico que viene en sentido contrario.
Hay desventajas para las rotondas, y se refieren a que exigen más espacio para construir, lo que puede resultar difícil en zonas con disponibilidad limitada de terreno, cosa que sin lugar a dudas no ocurre en la Circunvalación Eva Perón, lugar donde los improvisados siguen metiendo mano, con suficiente audacia para complicar la vida de los usuarios.