

Más de 300 empleados de la Algodonera Avellaneda se movilizaron en Reconquista, Santa Fe, para reclamar el pago de sueldos adeudados y exigir respuestas ante la paralización total de la planta. La empresa acumula deudas millonarias y no garantiza la continuidad laboral. Los trabajadores están acompañados por la CGT Regional, movimientos sociales y la iglesia.
Desde las primeras horas de la mañana, trabajadores de Algodonera Avellaneda realizaron una multitudinaria movilización por las calles de la ciudad para visibilizar la grave crisis que atraviesa la empresa, paralizada desde hace tres semanas. La medida, acompañada por la CGT del Departamento General Obligado, incluyó una caminata que partió del Parque Industrial y recorrió distintos puntos del centro reconquistense.
La protesta se originó tras el incumplimiento del pago de la segunda quincena de septiembre, mientras persiste la incertidumbre sobre los salarios de octubre. “No cobramos la segunda parte de la quincena y no sabemos cuándo vamos a cobrar la próxima. Es algo increíble lo que está haciendo esta empresa”, expresó a la prensa local el delegado gremial Juan Carlos Bandeo, durante la concentración. Según los trabajadores, la firma se encuentra sin producción y sin comunicación directa con el personal desde comienzos de mes.
La CGT regional denunció que la Algodonera “ha pagado sueldos desdoblados, promovido retiros voluntarios al 50% de la indemnización, y mantiene una deuda millonaria con la Empresa Provincial de la Energía (EPE), sin siquiera acordar un plan de pago”. Esta situación, advirtieron, “pone en riesgo la continuidad laboral de cientos de familias” en una de las principales fuentes de empleo del norte santafesino.
Bandeo explicó que la empresa difundió un comunicado en el que promete retomar la producción en noviembre si logra resolver los problemas de suministro eléctrico y de materia prima. Sin embargo, los trabajadores desconfían de esa promesa. “Nos dicen que podrían volver a producir 350.000 kilos, pero no aclaran si será con todo el personal o con reducción de plantilla. Ya no creemos en esos anuncios, porque no los cumplieron antes”, afirmó el delegado
El representante gremial también reveló que la firma enfrenta deudas con el Banco Nación y riesgo de remate judicial de parte de sus activos. “Desde la audiencia del 3 de octubre no hubo más diálogo. Solo carteles en la entrada de la fábrica. No tenemos información sobre la situación real de la empresa ni sobre posibles compradores”, señaló Bandeo, quien adelantó que solicitarán una audiencia urgente con el juez interviniente y con el Ministerio de Trabajo.
Mientras tanto, unas 350 familias permanecen en vilo. “Estamos a la deriva, sin saber si vamos a cobrar o si alguien comprará la planta. Es una situación desesperante”, concluyó el delegado, quien agradeció el acompañamiento de los gremios, movimientos sociales y de la Iglesia local.