Por: Redacción Semanario de Junín

PÁGINA DE HUMOR POLÍTICO PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 485 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 25 AL 31 DE OCTUBRE DE 2025

Como nunca le importó el qué dirán, Alexia pasa sus últimos días al frente del sillón de Rivadavia en modo previaje y con el piloto automático conectado. El mismo que usó antes, solo que ahora más relajado, aunque siempre con el botón de efecto show en modo on.

El mismo sistema que usó en todos sus años de reinado, girando esa perilla unos días antes de cada elección, engatusando a los de las afueras con una vida prometida y pasándola a ‘off’, una vez consumado el resultado.

Lleva añares al frente del trono en el Reino que empezó amarillo y terminó medio rosado, cuando parecía que se pintaba de violeta. En medio de ese tironeo de arriba y abajo, viendo que quedaba en Pampa y la vía, Alexia no dudó en pintar los colores que le sirvieron y no dudó en pegar el salto al cargo que tanto deseaba.

Y pese a que fue cacheteado de lo lindo, logró su objetivo por lo que prepara sus petates para trasladarse al reino de las diagonales, no sin antes hacer ruido, como si fuera un abnegado funcionario que funciona hasta el último de sus días, al frente del mando.

Quiere despedirse a lo grande, sin importar títulos, honores y esfuerzos compartidos. Busca la gloria para sí, y por eso mismo hizo circo con el bajo nivel del sendero principal. que estuvo dos años en espera y cuando parecía que iba a seguir igual, logró que Desquiziuz que también tiene sus intereses en el pago, decidiera remontar todo lo perdido.

Invitó a los juglares amigos, los comerciantes que lo hicieron posible, sus sialexistas que no faltan en ningún retrato, pero se olvidó de varios y el tirón de orejas y rezongos no tardó en llegar.

Lo hizo adrede, qué duda cabe. Discurseó con pretensiones de estadista y contó solo una parte de la historia. Alardeó que hizo lo que nadie antes. Se golpeó el pecho ninguneando a todos los que lo antecedieron y que fueron parte de la historia. Se cortó solo. Una vez más, e ignoró las manos que fueron vitales para el empujón que se precisaba.

En este juego del blanco sobre negro, Alexia repitió como loro su vieja consigna: Es simple, todo lo que se hizo en el reino, según él, fue gracias a lo que denomina gestión, y lo que no pudo, es porque los demás no lo dejaron.

Ahora, partirá a otras tierras y donde nadie lo conoce seguro contará que su pago es una maravilla y que lo suyo fue ejemplar. Que dejó una tierra floreciente, y por eso, algún día, debería volver.

PetrEgo

A poco de partir, PetrEgo no deja de rosquear. Hizo lo mismo que antes criticaba. Primero aseguró la propia, cuando veía que su traste peligraba. Una vez logrado, empezó otra vez a cacarear.

Es que, aunque cambió de colores, sigue con los bríos renovados del macrismo para ser parte del gabinete libertario que hace un par de meses lo humilló.

Sabe que se va con un sinfín de pesares en su haber, pero sigue rosqueando.

Parte con la terminal casi lista, sin terminar.

Se va con incontables cámaras de seguridad, pero sin estadísticas de baja del delito que mostrar.

Deja el cargo con los caminos rurales detonados y la tasa vial más cara de toda la provincia, pero a cargo de gente amiga.

Se marcha con el anuncio vacío que deja una ciudad en marcha, turística, conectada y un sinnúmero más de frases grandilocuentes repetidas por la prensa amiga, la que lo despide con nostalgia, dudando si la pauta seguirá.

PetrEgo se va como si hubiera sido un estadista, pero deja Ciudad Fría sin un norte en el turismo, sin los vuelos de cabotaje prometidos desde el aeródromo, las viviendas que jamás hizo, y los nuevos parques industriales que brillan por su ausencia.

PetrEgo deja el Ejecutivo sin importarle que buena parte del comercio y la industria estén en bancarrota por todo lo que boqueó y no cumplió.

Deja el recuerdo de las fotos de acompañamiento a los abnegados emprendedores y la palmada de asistencia; se va mostrando que, en todo este tiempo, la única que le importó fue la propia, disfrazada de beneficio colectivo

Y dejó el ejemplo, en modo foto de campaña, contando que puso en marcha la obra del bajo nivel, la misma que él mismo boicoteó porque era una obra de Meoni. 

PetrEgo deja Ciudad Fría, se va con los mismos viejos vicios con los que asumió.

Te contamos todo lo que NO HICIMOS esta semana

*) Ponernos la chomba violeta para la foto con el Colo. Pero vamos de a poco.

*) Lamentar que Milei sigue cerrando ramales ferroviarios. A nosotros nos importa solo el bajo nivel, aunque no haya trenes.

*) Pedir disculpas por cortarnos solos con las cucardas del bajo nivel. La obra es mía, mía, y mía. Jijiji.

*) Balizar la pista del aeródromo. La dejamos para el mes que viene, antes de partir. Una cosa a la vez.

*) Estrenar el cruce de Circunvalación y Posadas. Antes de partir. Quiero que me recuerden como un funcionario que funcionó hasta el último de sus días. Jijiji.

*) Entronizar a Gran Cuñado. Eso para el final, están invitados.