Por: Redacción Semanario de Junín
EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 486 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 1 AL 7 DE NOVIEMBRE DE 2026.
Después de tantos años de inestabilidad económica y embarcados en las montañas rusas electorales, difícilmente la sociedad argentina tenga miedo a algo.
Lo que si tal vez podría alterar en cierto modo a la comunidad antes que la hiperinflación, son los recuerdos de las dictaduras trágicas, el autoritarismo y la exclusión.
Más acá de los “argentinos de bien”, que impúdicamente pregona sinsentido el presidente Javier Milei, existe una sociedad que todavía cree en el debate respetuoso de las ideas y por ese motivo se capacita en el conocimiento de la política sin descalificar a los otros, sino integrándolos como única alternativa válida para un ser -íntegramente- humano.
Lamentablemente, la sorpresiva elección del oficialismo a nivel nacional envalentonó las actitudes arrogantes de los unos y las miserabilidades escondidas de otros.
Hay una única solución para llegar a buen puerto en las comunidades y que debe aplicarse de abajo hacia arriba para que, además, esos sectores se desarrollen con plenitud.
Se trata de buscar puntos en común, porque los lazos son similares a los familiares y si una familia se conflictúa los problemas se agravan y el desmembramiento resultará fatal.
Petrecca nunca podría ser un buen pater familiae ya que en lugar de unir a la comunidad sólo da muestras de actitudes individualistas y por eso búsqueda siempre resulta para su bien personal sin pensar en el conjunto.
Por ese motivo no es casual que se esté escapando de la gestión de gobierno cuando todavía le quedan dos años de responsabilidad al frente del Ejecutivo.
Eso se traduce en el estado de desatención en el que se sumió al distrito, a pesar de que seis años de los 10 que lleva los cursó con gobiernos afines a sus pensamientos.
Por eso sus declaraciones poselectorales respecto a que “Junín marcó con contundencia que no hay lugar para el kirchnerismo”, resultan cargadas de violencia, egoísmo, antipolítica y desazón.
Violencia porque debe privilegiar a los juninenses como jefe de gobierno de todos los habitantes y no ampararse en la búsqueda miserable de un rédito político, felicitando ahora al Santilli vencedor, cuando lo despreció junto a Ritondo, abandonando a su propio partido, para jugar en otro espacio al cual también traicionó como lo hizo con todos y como lo hace con los juninenses ahora.
Por eso mientras los analistas intentan darle una explicación al resultado de una elección nacional, opuesto al acontecido sólo 40 días atrás, instamos a los dirigentes políticos y sociales desde nuestro humilde lugar y particularmente desde nuestra “pequeña patria” a confluir con la mirada puesta en la mejora de la sociedad en su conjunto, en un mundo que nos pone difícil tal desafío, pero que no deja margen más que para la unión a fuer de evitar la desintegración.
Es de esperar que la ambigüedad en los resultados eleccionarios de este año resulte un mensaje claro para la casta política y sus responsabilidades, advirtiendo el cansancio agotador que resulta para los ciudadanos estar inmersos en disputas ajenas de cínicos personajes que excluyen a los propios, obsesionados con su narcisismo.
“Es la política estúpido, no la economía”, parafraseando el leitmotiv del presidente Bill Clinton en su campaña de la década del ’90.
