¿Sabés que tenían para inaugurar? podría decir Luis Brandoni en una remake de “Esperando la Carroza” en nuestras tierras. “Tres semáforos” se contestaría, haciendo con la mano el símbolo que -además- meses atrás se convirtió en leit motiv de la campaña opositora a nivel nacional.
Resulta frustrante, aunque naturalizado por la gestión de Pablo Petrecca, que cada nimiedad de la obra municipal o un simple proyecto que luego se incumplirá, sean festejados como un hito que rompe todos los paradigmas en la historia del distrito.
La lista es enorme y seguramente este intendente será recordado en los anales locales como el constructor del grotesco, en parangón a ese estilo artístico que exagera y deforma figuras y escenas para crear un efecto de impacto, que puede ser hasta ridículo.
La obra de semaforización en Posadas, que costó 150 millones de pesos, llega tardía e inconsistente, como la mayoría de las intervenciones del municipio en materia de seguridad vial.
Tardía porque más allá de las emotividades expresadas, el jefe comunal lo primero que hizo fue semaforizar la intersección con Padre Respuela (otro atasco) para favorecer la gastronomía fast, en lugar de proteger a quienes debían sortear la avenida para saltar al otro lado de Posadas.
Inconsistente porque se tomó la medida menos práctica, como todas las aplicadas por la gestión en materia de tránsito, que es la de complicarlo
Desde antes de la inauguración de la pista de atletismo, debiera haberse construido en Posadas un puente peatonal como el que existe a la altura de comandante Acha.
En una ciudad en la que a los inspectores los ponen a perseguir motos, cuando los automovilistas no respetan los semáforos ni las velocidades máximas permitidas justamente por que no hay controles, la inauguración plena de épica y cotillón petrequista, termina siendo otro de los desaciertos de un hato de funcionarios de escaso nivel profesional.

Desde estas páginas hemos destacado el mes pasado respecto a la importancia de las rotondas para no entorpecer la fluidez del tránsito en una avenida que se supone de circunvalación de la ciudad. (https://semanariodejunin.com.ar/nota/64113/un-elefante-en-la-circunvalacion/)
Por otra parte, celebrar con bombos y platillos inauguraciones de este tipo, habla de las claras del prototipo de gobierno que tiene Junín y las aspiraciones de los elementos que lo componen, quienes no parecen entender del potencial a desarrollar en un distrito que debiera estar a la cabeza del crecimiento de la región y sin embargo lo han transformado en una linterna led de bajo costo.
Por eso en los preparativos de la fuga-despedida de su gestión Petrecca se va como empezó: vendiendo humo.