Por: Redacción Semanario de Junín
Mientras el intendente Petrecca celebró esta semana la llegada de una imponente grúa para retomar los trabajos del bajo nivel de calle Rivadavia (que él mismo se encargó de boicotear hace dos años por mezquindades políticas), nada dice que, si todo sigue así, por ese mismo lugar, tal vez, pronto dejen de pasar los trenes de pasajeros.
Ya se sabe, los trenes no son del agrado libertario y desde su asunción, la idea del Presidente Milei, fue cerrarlos. En ese camino, varios servicios ya fueron desafectados y otros siguen en la mira.
A los ocho servicios eliminados “por goteo” desde el inicio de la actual gestión -los trenes de Buenos Aires a Mendoza y San Luis, el Expreso Buenos Aires – Rosario, el tren turístico Mercedes – Tomás Jofré, el tren Buenos Aires – Pehuajó, los servicios regionales La Banda – Fernández y Rosario – Cañada de Gómez y el tren a Pinamar- se sumó la cancelación definitiva del tren a Bahía Blanca y, en los últimos días, la suspensión por tiempo indefinido de los trenes Buenos Aires – Córdoba, Buenos Aires – Tucumán y el regional Córdoba – Villa María.
Esos destinos ya no figuran en la grilla para viajar. Y esta semana, Trenes Argentinos puso a la venta los pasajes de larga distancia para el mes de noviembre, -confirmando la prolongación de la suspensión de los trenes a Córdoba, Tucumán y Villa María- y de donde se desprende que los servicios ferroviarios de pasajeros de larga distancia han quedado reducidos a su mínima expresión: solo sobreviven cuatro, los trenes a Mar del Plata, Rosario, Junín y Bragado.
Es triste la verdad, pero la realidad es que los servicios que continúan funcionando, lo hacen cada vez peor.
En el caso del San Martín, como hemos dado cuenta en incontables ocasiones desde las páginas de SEMANARIO, las cancelaciones fueron varias. Primero dejó de correr el tren a Palmira y luego el que llegaba a Justo Daract. En ese recorte, lo que quedó en pie es el trayecto entre Retiro y Junín.
No es novedad que el servicio tarda más y que es lento y que precisa obras Tampoco es novedad que el gobierno haya hecho algo para mejorar el servicio. Ni siquiera la denominada Ley de Emergencia Ferroviaria, que prometía realizar obras urgentes y necesarias, fue puesta al servicio de mejorar este creciente deterioro.
En el caso del tren entre nuestra ciudad y Buenos Aires, todo pareciera cuestión de tiempo, a juzgar por los antecedentes. No solo porque se frezaron las obras, sino porque ya no llama la atención la denuncia de los mismos usuarios, quienes se quejan por la dificultad para adquirir pasajes. Se agotan rápido, la web muestra que ‘no hay disponibilidad’, pero quienes logran abordar se sorprenden al ver que sobran muchísimos lugares. A la vista, ‘la gente no utiliza el tren’ Si no se usa, ¿Para qué tener un tren? ¿Será este el argumento a utilizar para su cierre?
En este cierre por goteo, la administración libertaria ya extendió el certificado defunción a 12 servicios ferroviarios de pasajeros, entre los que se encuentran regionales, turísticos y de larga distancia.
En este cierre por goteo, la administración libertaria ya extendió el certificado defunción a 12 servicios ferroviarios de pasajeros
Por caso, el tren a Mar del Plata no corre tres veces por semana, mientras que los servicios a Rosario funcionan con demoras prácticamente a diario debido al mal estado de puentes, lo que obliga a circular a muy bajas velocidades. En este contexto de precariedad, el tren entre Retiro y Junín mantiene su fortaleza. Pese a que tarda más, circula a diario entre ambas cabeceras.

Petrecca celebró esta semana la llegada de una imponente grúa para retomar los trabajos del bajo nivel de calle Rivadavia.
El agravamiento de la crisis ferroviaria despertó recientemente reclamos en la provincia de Santa Fe, que perdió casi todos sus trenes de pasajeros -pasó de tener seis a solo uno en menos de dos años- y aún en el Congreso Nacional, donde se presentaron sendos pedidos de informes ante la profundización de la crisis.
Todos los días se anuncia una mala nueva: Esta semana, el servicio regional entre Rosario Norte y Cañada de Gómez cumplió 11 meses sin circular. También dieron de baja las obras de mejoramiento de la estación José C. Paz de la línea San Martín. Los trabajos avanzaron a buen ritmo hasta finales de 2023, cuando fueron paralizados. Se sumaron a la baja de las obras de señalamiento del Tren Universitario en La Plata y de nuevas estaciones en la línea Roca.
En el caso de la línea San Martín ha recibido fuertes cachetazos: Entre ellos se cuenta la caída de la licitación para la renovación de vías y señalamiento entre Retiro y Pilar, que fue dada de baja en marzo pasado, el abandono del proyecto de electrificación de la línea, que iba a ejecutarse con un crédito del BID que fue redestinado a otros fines no ferroviarios y removido del proyecto de Presupuesto 2026, e incluso proyectos que habían sido incluidos en la Emergencia Ferroviaria, como la reforma de la estación Palermo, que semanas atrás fue dada de baja por segunda vez. Al mismo tiempo, se encuentra paralizada la reparación de las 24 locomotoras de la línea, adjudicada hace ya casi dos años.
De los cuatro servicios que continúan funcionando, entre ellos el tren Retiro-Junín, todos lo hacen en condiciones de creciente deterioro
Está claro, no se trata solo de cancelaciones de servicios, sino negativas completas incluso a Universidades, Gobernaciones, o ciudades que propusieron hacerse cargo de las obras, por lo que no es una cuestión presupuestaria. En este contexto, afloran las sospechas acerca de la continuidad del bajo nivel de Junín, una de las pocas obras reactivadas. De confirmarse que fue con fines electoralistas, su continuidad augura más dudas que certezas.
En el manual libertario, los trenes no sirven, molestan. Y por eso se malvenden, se cierran, se tiran.