Por: Redacción Semanario de Junín
Cristian Ré es el dueño de la empresa de transporte Scarico, la cual fue noticia el pasado mes de octubre, cuando un operativo de Gendarmería en Tierra del Fuego halló en la caja de uno de los camiones una importante cantidad de estupefacientes.
El empresario juninense posee también una constructora, y ambas compañías tienen sede en el Parque Industrial de Junín, lugar adonde recibió a SEMANARIO.
Aún sin poder salir del estupor que le generó verse envuelto en tal situación, Ré mostró la documentación respectiva que recibió por parte de las autoridades judiciales, tras recuperar el vehículo hace una semana, el cual fue desmantelado por las fuerzas de seguridad.
“Fue una pesadilla”, señaló, y explicó que “hace poco más de una semana recuperamos el camión y recién hace unos días pudimos ponerlo otra vez en funcionamiento, porque fue desarmado casi por completo en la cabina. Además, tuvimos que mandar un chofer por avión a Ushuaia y traerlo con otro acompañante, y lo armamos como pudimos. Una pérdida tremenda de tiempo y dinero”.
Al referirse al día de la detención de su chofer, dijo que un grupo de camiones venía en convoy y los detuvo el Escuadrón 44 ‘Ushuaia’ sobre el Paso Internacional San Sebastián.

Al momento de la inspección, los funcionarios revisaron el sector de la cabina, notando la presencia de objetos ocultos dentro del plástico, hallando finalmente 10 kilos 905 gramos de cocaína y 199 pastillas de metadona, un opioide sintético que se utiliza principalmente bajo supervisión médica y que no es apto para consumo personal.
En el acta de entrega del camión (ver foto), el funcionario judicial dejó constancia de que el vehículo “no constituye en sí mismo el objeto material de lo investigado” y que solo fue “empleado como medio de transporte de su conductor, quien reviste calidad de imputado”.
El empresario indicó que “nosotros, como empresa, nunca estuvimos imputados”.
Explicó además que “cuando las fuerzas de seguridad detectan tráfico de drogas en la cabina, el chofer queda automáticamente detenido porque la mercadería ilegal está en el único lugar al que tiene acceso. No está en la carga, la cual además lleva distintos precintos y candados por seguridad. Del mismo modo, nosotros como empresa tampoco tenemos acceso a la carga. Nuestro cliente carga y cierra la caja. Esto funciona así en todos los casos”.
De hecho, el camión llevaba hacia el sur del país ensambles electrónicos, que posteriormente le fueron entregados al cliente sin mayores problemas.
En realidad, los camiones —y más aún los de larga distancia— poseen, además de los precintos y candados de seguridad, sensores en las puertas y un rastreo satelital permanente que permite determinar cada lugar adonde el chofer realiza una parada y por cuánto tiempo.
Destacó que “este tipo de hechos se viene repitiendo en Tierra del Fuego y las autoridades están intensificando los controles”.
Ocurre que hay personas que están ligadas a los narcos y seducen con dinero a los choferes de camiones para que lleven “algún paquetito”. No se trata de sumas siderales: por caso, si un empleado de transporte gana dos millones de pesos por el viaje, le ofrecen unos tres millones extra por la carga ilegal, bajo la excusa de que “no pasa nada”. Lo que no tienen en cuenta es que, si son descubiertos, pueden pasar entre 10 y 15 años presos.

Ré expresó a SEMANARIO que “hace 35 años que estamos trabajando. Acá renegamos, capitalizamos, invertimos, trabajamos todos los días, todo el año, y la gente a veces quiere creer que uno hace las cosas de otra forma. Pero lo cierto es que solo nos dedicamos a trabajar, y nos pasó una cosa que nunca pasa, hasta que nos toca. Y la verdad, nos generó un gran trastorno en la parte logística y una gran pérdida de dinero”. Además, expresó que “uno termina expuesto de una forma impresionante, cuando se trató de un mal proceder de un empleado”.
Refirió que “tengo conocimiento de tres empresas a las que les pasó lo mismo, las conozco. Pero además sé, por comentarios, de otros seis o siete casos. Es moneda común y corriente contra la frontera, y ya se sabe que los que trafican son los choferes”.
Planteó que “es imposible que una empresa se juegue su capital y su reputación por llevar una bolsa de 10 kilos de cocaína. Es una locura que eso lo haga cualquier empresa, porque pierde su capital, su trabajo y sus clientes, con lo que cuesta conseguirlos. Y mucho más en una tarea de esta envergadura, con viajes a la frontera”.
Sin embargo, remarcó que “el daño mayor es el económico, porque nos quedamos con un camión parado durante un montón de tiempo, al cual tuvimos que gastarle mucho dinero para reparar algo que estaba en perfecto estado y lo rompieron”.
Además, sostuvo que “es realmente una pesadilla porque, a esto que te digo, le tenés que sumar abogados, viajes del personal, viajes perdidos del camión, papeles, cartas documento, y todo por un tipo que se manda una tremenda macana. Y es gente que cobra buenos sueldos, son sueldazos, porque se trata de transportistas que deben conocer bien esas rutas del sur y son verdaderos profesionales en lo suyo”.
“Por eso ahora estamos más tranquilos: tenemos el camión de vuelta, ya el lunes próximo —pasado mañana— vuelve al trabajo, y quedó claro que la responsabilidad fue del chofer. Eso quedó claro desde el principio”.
“Nosotros no somos delincuentes, porque la realidad es que, ante el impacto social y la gente, pareciera que somos un puente, y nada que ver: somos una empresa que trabaja y cuida a sus clientes”.