El municipio puso en marcha un operativo de monitoreo sobre el caudal del Río Salado y sus afluentes para controlar el barigüí, la famosa 'mosquita mordedora' que tanto verano reciente arruinó en Junín.
El incremento de los niveles de agua en las lagunas del partido y la región y los porcentajes de humedad elevados tras un periodo extenso de sequía hizo que se vea favorecida la proliferación del barigüï.
“Hacemos monitoreos cada 10 días, la cantidad de larvas no es elevada pero tenemos que estar atentos para ver en qué momento activar el protocolo”, expresó la subsecretaria de Ambiente de la Municipalidad de Junín, Cecilia Laffaye quien agregó un dato preocupante: "Esperamos que haya barigüï, no se erradica esto. Vamos a tener que aprender a convivir con el insecto, manteniéndolo en un umbral que no sea tan perjudicial para la población”.
El equipo de la Subsecretaría de Ambiente del Gobierno de Junín despliega operativos de muestreos en diversos sectores ubicados a la vera del río Salado, como también en canales y distintos puntos críticos con el objetivo de monitorear la presencia de larvas de estos insectos, luego de las recientes precipitaciones e inundaciones en la región.
Con el calor, que ante todo favorece la reproducción, en toda la cuenca del Salado suelen comenzar a proliferar en cantidades el barigüí, una mosca negra pequeña que muerde, especialmente a orillas del río y en las zonas con abundante vegetación. Bragado, Junín, Alberti, Mercedes, Chivilcoy, Roque Pérez, General Arenales, General Viamonte y General Belgrano suelen ser los lugares más afectados.