Desde hace varias noches, las picadas nocturnas de motos volvieron a ser algo común en las calles de Junín. Pese a los anuncios y legislaciones vigentes, cientos de motociclistas son los dueños de cada madrugada.
Escapes libres, cortes, picadas en contramano, paso de semáforos en rojo, incluso en arterias céntricas, volvieron a ser moneda corriente y un padecimiento para los vecinos de distintos barrios que pasan sus noches en vela, viendo como estos jóvenes vuelan por las calles juninenses, como si vivieran en medio de la nada.
A estos ases de las dos ruedas, está visto, les importa poco la vida ajena. Ni las cámaras, ni lo semáforos o controles, porque aceleran a velocidad mortal con sus motos destartaladas, sin carenados ni patentes, y muchos de ellos también sin casco.
Están los más 'valientes', que practican willy y otros -tal vez para demostrar que la tienen más larga- hacen lo mismo, pero con acompañante atrás. La mayoría son jovencitos, adolescentes, pero también hay unos cuantos mayores. A veces, los acompañan autos de apoyo, como si 'guiara el recorrido'.
Así, le dan forma a esa loca aventura de arruinar el descanso de cientos y cientos de familias juninenses que pasan sus noches en vela, esperando el amanecer para pegar el ojo por unas pocas horas, antes de ir a trabajar.
Parece que a quienes tampoco les importa demasiado es a las autoridades. En enero de este año se golpearon el pecho por un 'megaoperativo' que calificaron como 'duro golpe a las picadas ilegales en Junín', con 20 motos secuestradas y algunos pibes demorados. "Creemos que ha sido un golpe duro y no vamos a parar, porque entendemos que acá está el juego en orden, pero también, y fundamentalmente, la vida de las personas", aseguraron desde el Municipio.
De esa fecha a la actualidad, silencio. Se ve que ahora que pasaron las elecciones, porque no solo desaparecieron los (pocos) controles que había, sino que las picadas son más intensas y multitudinarias que antes.
Pese a que se secuestraron unas 4.000 motos el año pasado, sin controles preventivos y continuos y con las flacas campañas de concientización, la gente que efectúa maniobras temerarias, que entran en el campo de delictivo, y que pese a estar penada por el artículo 193 bis del Código Penal, siguen como si nada.
El Secretario de Seguridad Lisandro Benito dijo que Junín fue de los primeros Municipios que promovió esta situación como denuncias penales y que la justicia los ha acompañando. "Sabemos que son grupos perfectamente organizados, que se convocan a través de las redes sociales, cuentan con vehículos de apoyo, son realmente una banda organizada, y así deben ser tratados" contó hace poco.
Ese descontrol de motos, picadas ilegales y desprecio por la vida propia y ajena tuvo un saldo fatal que aún se recuerda: En uno de los controles habituales el viernes 3 de noviembre de 2024, en calle Winter, a metros de Rivadavia, en la zona céntrica donde un grupo de inspectores controlaba la documentación vehicular, dos jóvenes a bordo de una moto, al advertir la presencia del operativo, cambiaron de dirección y giraron por Winter, donde fueron interceptados por otro equipo de agentes municipales. Allí, el conductor, de 17 años aceleró y embistió a Carlos Ottaviani, quien cayó inconsciente sobre el empedrado. El inspector fue trasladado de urgencia al Hospital “Abraham Piñeyro”, con traumatismos severos de cráneo y tórax, donde quedó alojado hasta fallecer luego de seis meses de agonía.
Ese triste saldo parece tampoco sirvió para ponerle un freno a esta situación. Algunas cosas no han cambiado demasiado. Nada de esto es nuevo en la ciudad y no hay funcionario que lo desconozca. En septiembre de 2024, el ahora Senador provincial por Somos y por entonces Intendente full PRO anunciaba que asumía un compromiso muy importante para que Junín pueda tener un tránsito mejor, para poder salvar vidas. "Este es el camino que hemos elegido, un camino de orden, respeto y convivencia" dijo Petrecca.
Huelga decirlo, pero conviene recordarlo: En las calles de Junín, con el tránsito (Y ni que decirlo con las picadas de las motos) no hay ni orden, ni respeto, ni convivencia.
Hace pocos días atrás, la Asociación Luchemos por la Vida desarrolló el Acto de Entrega de los “Premios Luchemos por la Vida” 2025 y Junín, en manos del Intendente Pablo Petrecca, fue reconocida “por los sostenidos esfuerzos que viene realizando desde hace años, en pos de la Seguridad Vial, a través de diferentes acciones, programas y políticas”.
"Este premio no cierra una etapa, la abre, nos compromete más y nos recuerda que comprometerse, hacer un aporte, hace la diferencia y nos invita a seguir luchando por lo más valioso que tenemos: la vida", manifestó tras recibir el premio el Jefe Comunal, acompañado por otras autoridades locales.
No es posible que quien no transite a diario por Junín, conozca la realidad de los que se vive en las calles. La gestión petrequista sólo realiza declamaciones vacías en los discursos sobre seguridad vial y le imprime el cotillón amarillo en los cordones y palitos.
Y, aunque se lo premie, está claro: los viejos males siguen a la orden del día.