Por: Redacción Semanario de Junín

EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 492 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 6 AL 12 DE DICIEMBRE DE 2025

Esta semana, SEMANARIO publicó un video en su Fanpage en el que mostraba a la nueva terminal de ómnibus a oscuras frente a un apagón y con problemas de filtraciones de agua y otras falencias. Los comentarios fueron numerosos y mientras algunos criticaban al municipio sin piedad y mezclando algunas otras cuestiones que no venían al caso, otros hallaban justificaciones insólitas como seguramente no las encuentran a la hora de retar a alguno de sus hijos por una travesura.

Es indudable que el gobierno no es un hijo, pero sí se trata del administrador de lo nuestro y por eso la importancia de llamar la atención haciendo valer nuestro lugar.

La apatía que nos han inculcado hacia la política desde distintos sectores del poder, llevó a buscar que nos terminemos desentendiendo de temas que son irrenunciablemente nuestros.

El caso narrado sobre la ansiada terminal interminable, que fue inaugurada a los apurones por la elección, es un síntoma de esta apatía. De hecho, la comunidad debiera saber que en el proyecto de obra figuraba un generador de energía que por algún motivo ahora no está o, al menos, no funcionó. ¿Y por qué?

Este detalle se suma a otros tantos más groseros que han llevado a que los juninenses terminaran “bajando la vara” a la gestión del intendente Pablo Petrecca a punto tal de conformarse con la chatura, en lugar de buscar la excelencia.

Precisamente el discurso de la antipolítica sirvió a la dirigencia partidaria a entronizarse con un mensaje recurrente del tipo: “Petrecca inauguró…”, cuando en realidad (y ya lo hemos explicado), el alcalde no deja de ser un simple administrador de los bienes de la comunidad y por lo tanto debiera rendir cuentas día a día, aunque prefiera -como es costumbre- “vender humo” con acciones de poca monta, tales como armar un arbolito, celebrar la elección de una laguna hermosa a la cual descuidó o cortar cintas de pequeños emprendimientos que ya no están por haber sido presos de esta economía que avala.

Esta manipulación de Petrecca no podría ser posible sin la compañía de los medios de comunicación silenciosos y obsecuentes de la ciudad, que por cuestiones muy ajenas al periodismo, le han ayudado a inflar los globos para cada fiesta de cotillón, utilizando de escenario algunas cuadras alrededor del centro de la ciudad, mientras la devastación aparece observando con un mínimo de atención al estado que presentan cada calle o vereda de los suburbios que también se enmarcan dentro de esta tasa denominada “CVP” (conservación de la vía pública).

Es sorprendente observar a tantos indignados que levantan polvareda en las redes para criticar a los estudiantes que pasan de grado o año -supuestamente- sin conocimientos básicos y sin embargo en cada elección siguen aprobando gestiones (municipal, provincial o nacional) que “adeudan tal cantidad de materias” que, si se ocuparan con capacidad técnica y cumpliendo con su compromiso, podrían mejorarles la vida a todos, o particularmente, a los suburbios más postergados.

Claro que es más fácil criticar a los demás, que hacer una profunda introspección respecto a nuestra propia responsabilidad como habitantes de este distrito con un potencial enorme desperdiciado.

El triunfo de la antipolítica está a la vista. Junín ahora tendrá un mandadero a cargo de la intendencia ya que el que debía estarlo salió “a por sus sueños” sin importarle el vecino que -juraba- importarle.

En tanto, a la hora de evaluar su trayectoria política, se denota que los concejales que quedan para llevar adelante este nuevo ciclo deberán hacer un esfuerzo inconmensurable, por lo menos para mantener las mínimas cuestiones del reglamento y, si alcanza, legislar a favor de todos los juninenses.

Diez años fueron demasiados, la vara está tocando el piso y no se ven intenciones de levantarla.