Por: Redacción Semanario de Junín

Hace justo un año el ahora licenciado jefe comunal Pablo Petrecca, realizaba un anuncio a modo de salvataje épico, para llenar nuevamente de tierra los pozos del paso a nivel de calle Rivadavia y retomar el tránsito del lugar que dejó a la ciudad dividida como nunca y como siempre.

Precisamente en una conferencia de prensa, el mandatario adelantó en diciembre 2024 que si el gobierno nacional no avanzaba con la obra paralizada la abriría “previa autorización de la justicia federal”.

Petrecca en dicha oportunidad dijo que destinaría “unos 1800 millones de pesos” para tal fin, compuestos por 1000 millones de pesos que solicitó oportunamente a modo de crédito al Banco Provincia para realizar obras de asfalto y compra de maquinaria para las delegaciones del partido y a eso le sumaría otros 800 millones de pesos de recursos previstos para otras obras.

Para quienes seguimos atentamente la información juninense, no dejó de llamarnos la atención que ayer el gobernador Axel Kicillof, con motivo de inaugurar dos puentes sobre el río Luján informara que la provincia los hizo con un costo que ni siquiera llega al doble de lo que Petrecca planeaba (aunque nunca presentó los valores) gastar de “la nuestra” como dicen los libertarios. "Es una decisión tomada", dijo el intendente en aquella oportunidad.

La obra provincial demandó una inversión de $3.217 millones, monto que incluye la construcción del puente Gogna y de otro cruce conocido como Puente de Los Huesos, y se enmarca en el Plan Maestro Integral para la Cuenca del Río Luján.

Puente Gogna

Las características técnicas del nuevo puente refieren a una estructura de hormigón con una calzada de 76,5 metros de largo y 8,3 metros de ancho, que cuenta con dos carriles para vehículos, veredas peatonales, desagües pluviales y luminaria LED.

No parece casualidad entonces que el Tribunal de Cuentas bonaerense haya puesto la lupa en los gastos del municipio de Junín, habida cuenta de que el Ejecutivo busca ocultar todo tipo de control y como en esta oportunidad, queda en evidencia que la facturación que manejan para la obra pública esconde al menos, sospechas bien fundadas. Menos mal que el gobierno nacional decidió seguir con la obra, lo cual tampoco garantiza un final feliz, claro está.

“Juninenses, a las cosas”, parafraseando a Ortega y Gasset; porque “cocodrilo que se duerme es cartera”, para cerrar con un refrán popular.