

Por: Semanario
El Instituto Julio Maiztegui de Pergamino está en un estado deplorable, no tiene financiamiento, produce escasas vacunas y no hace campañas de prevención, a pesar de que existe una ley de 1973 que dispone la vacunación obligatoria en la zona “endemoepidémica” de la que forma parte nuestra ciudad incluyendo otras localidades de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
Su histórico rol en el estudio de la fiebre hemorrágica argentina (FHA) durante las décadas de 1970 a cargo de Julio Maiztegui, y sus trabajos sobre hantavirus, dengue, fiebre amarilla y otros arbovirus, lo han posicionado como centro nacional y regional de referencia en el diagnóstico de laboratorio en estas enfermedades.
La FHA o “mal de los rastrojos” afecta particularmente a los trabajadores rurales y es transmitida por el ratón maicero o laucha del maíz (Calomys musculinus) que es portadora del virus Junín, descubierto e nuestra ciudad en el estudio del Dr. Milani, tras el brote de la enfermedad en 1958 en la localidad de O’Higgins en el partido de Chacabuco.
Por cierto que los acontecimientos recientes de Epuyén en la provincia de Chubut, donde se registró una treintena de casos de hantavirus y 10 muertos encendieron las alarmas, acerca de lo que podría ocurrir en la región con un panorama similar.
Vale recordar que el virus que afectó a la localidad del sur argentino habría mutado y se transmitía de persona a persona, lo cual generó una paranoia generalizada y la ciudad, otrora turística, se transformó en un páramo desierto.
¿Acaso que pasaría si un brote de mal de los rastrojos recrudeciera en nuestra zona?
La preocupación es valedera y sostenida por un dato certero, en 2018 en el país hubo 13 casos de FHA y cinco personas murieron, algo que muchos funcionarios soslayan, hasta que los problemas se hacen visibles y se terminan las excusas.
CIUDAD DESPIERTA
En Pergamino ya comenzaron a movilizarse para poner en agenda de la política la situación del Maiztegui, en el que trabajan 80 personas.
Ya hubo varios encuentros y en el último estuvo presente el ex ministro de Salud de la Nación, el medico rosarino Daniel Gollán.
También el Concejo Deliberante de la vecina ciudad está trabajando para alertar acerca de los inconvenientes que podría generar para la región la desatención de la enfermedad, que se mantiene al acecho en distintas localidades del país.
En ese sentido, SEMANARIO dialogó con José Agudo, concejal pergaminense del bloque de Compromiso Federal, quien explicó que “fueron los mismos empleados del Instituto Maiztegui quienes encendieron las alarmas acerca de lo que estaba ocurriendo”.
Reseñó que “el año pasado yo pedí una campaña de vacunación masiva y una campaña de difusión sobre FHA, pero no se dio el debate en el Concejo diciendo que las campañas ya venían realizándose, pero cuando surge la propuesta nos damos cuenta que era todo lo contrario a lo que pasaba en el instituto el cual está totalmente desfinanciado”.
Para tener una idea, de los fondos que recibe el Instituto Maiztegui para prevenir y controlar el Mal de los Rastrojos en una amplia franja del país, debemos comparar que en el año 2008, con un dólar que terminó el ciclo a 3,47 pesos, el instituto tenía para ejecutar $ 10.000.000 libremente, esto es después de haber pagado servicios y demás.
En cambio en el pasado 2018, le quedaron para ejecutar libremente $ 8.000.000, ahora con un dólar a 38 pesos, lo cual significa que en 10 años perdió más de 10 veces su presupuesto en términos de dolarización.
Por lo tanto con un presupuesto de casi 2,9 millones de dólares en 2008, terminó con exiguos 210.500 dólares en 2018.
“Hoy al instituto le alcanza, básicamente, para abrir sus puertas, pagar la luz y los sueldos” destacó el edil y continuó “el año pasado tenía que producir cuatro tandas de vacunas y apenas pudo producir una, y es probable que este año no pueda llegar a producir ninguna y hablamos de la vacuna que combate la fiebre hermorrágica argentina”.
Según Agudo, “ha habido una constante falta de mantenimiento, con instalaciones que deben ser acondicionadas convenientemente, de hecho hay salas que requieren de refrigeración y no la tienen, además de equipos que se rompen y no se reponen. No se cumplen las normativas para seguir produciendo y se suma que cuando ‘explota’ el tema del hantavirus en el sur del país, al Maiztegui, que era una referencia como el Malbrán, se le quitan facultades para hacer los análisis y estudios respectivos de hantavirus y los llevan exclusivamente al Malbrán”.
El edil pergaminense destacó que “es en ese momento en que el personal denuncia y visibiliza el tema ante la sociedad, debido a estas faltas gravísimas, que se traducen en falta de equipamiento, desfinanciación, mantenimiento nulo y riesgo de dejar de producir vacunas para una población endémica en el país que, y esto es lo más, grave durante 2018 tuvo 13 casos confirmados de FHA, de los cuales cinco fueron fatales y ninguno de ellos estaba vacunado”.
Desde el instituto hacen hincapié en que hay que seguir alertando a la población sobre la enfermedad y seguir vacunando a los sectores en riesgo, ya que advirtieron que “para encontrar otro año con esta cantidad de casos y víctimas fatales como en 2018 hay que remontarse a la década del 70, cuando todavía no estaba la vacuna”.
Buena parte de la comunidad científica está llamando la atención acerca de lo que significa desatender el tema y traza un parangón con los casos de hantavirus recientes y el riesgo de reaccionar tardíamente ante un brote que puede terinar transformándose en epidemia si no hay una etapa preventiva.
El concejal Agudo expresó que “es importante tener otro instituto de diagnóstico y no centralizar todo en el Malbrán que puede tener fallas de falsos negativos y se necesita una contraprueba”.
Anadió que “el Maiztegui tiene una trayectoria excelente que va desde la aparición del virus hasta la creación de la vacuna y el trabajo inconmensurable de Julio Maiztegui y de toda la gente que se fue formando a su lado. Por eso –continuó- hoy es un sufrimiento para los empleados ir a trabajar porque ven que teniendo el recurso humano que les permitiría ampliar la investigación y el conocimiento, no pueden hacerlo por la falta de recursos. Esta situación para ellos es algo nunca visto, hay que gente que trabaja allí desde hace más de 30 años y ven cómo se arma un expediente para solicitar algo al Ministerio (de Salud de la Nación) y circula durante un año y medio y vuelve sin resolverse. No sólo hay poco presupuesto sino que las autoridades hacen lo posible para no ejecutar las licitaciones”.
Días pasados y junto al ex ministro de Salud, también estuvo la doctora Delia Enría, ex directora del Maiztegui quien recordó el “compromiso y el cariño de los empleados para con el instituto”.
Precisamente después de jubilarse Enría, el gobierno no llamó a un concurso de antecedentes para suplantarla, sino que prefirió el arbitrio de nombrar una interventora y de este modo tener bajo control el virtual vaciamiento, del cual llamativamente, tampoco se hace cargo el intendente Javier Martínez.
“Ocultan lo que está pasando para la subsistencia del instituto que ya parece una cáscara vacía”, puntualizó el concejal entrevistado por SEMANARIO.
Agudo señaló además que “nuestra región es endémica de FHA y el Maiztegui llega a provincias como Santiago del Estero con su campaña de vacunación, sabiendo que muchos trabajadores golondrinas luego vendrán a trabajar a la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, esto demuestra que su implicancia no se reduce sólo Pergamino o Junín. Tiene una incidencia mucho mayor y hay un montón de cosas que se deben rever, si se hubiera seguido con la campaña de vacunación masiva (es una sola vacuna de por vida y no necesita refuerzo), quizás no había que lamentar la muerte de cinco personas en 2018”.
Explicó además que “si por ejemplo Santa Fe quisiera encarar una vacunación masiva en su provincia porque se detectaron casos, sería muy difícil concretarla por la escasa cantidad de dosis de vacuna existentes y peor aún porque nos quedaríamos sin posibilidad de reponerlas porque como dije anteriormente de cuatro lotes a producir en 2018 sólo se hizo uno”.
El problema incluso parece acrecentarse cuando se advierte que el sistema de producción agropecuaria actual, pleno de fumigaciones químicas está terminando con los predadores del ratón, estos se multiplican y son precisamente quienes llevan el virus mortal en su organismo.
“Lo único que hizo el Intendente de Cambiemos, Javier Martínez, fue sacarse la foto con la interventora diciendo que en el Maiztegui estaba todo bien, lo cual nos genera más preocupación todavía porque la principal figura política del distrito no reconoce la situación”, dijo Agudo.
El edil manifestó además que “esto nos tendría que preocupar a toda la región. Ser una lucha de todas las comunidades más allá de los partidos políticos. Así lo han entendido algunas organizaciones como por ejemplo Federación Agraria que realizó un abrazo simbólico al instituto también nos acompañó en los encuentros el dirigente Pedro Peretti de una localidad vecina de Santa Fe porque esto no tiene límite geográfico”.
“Cuando fue el problema de hantavirus en Epuyen, dijeron que era un problema provincial, pero el roedor no tiene domicilio, no conoce de limites políticos, circula y está en todo el país. Por eso no pensar esto como un grave problema de salud nacional es un grave error o una clara decisión política de desfinanciar la ciencia y la salud y que se hagan cargo las jurisdicciones provinciales como pueda”.
Agudo expresó que “de manera deliberada han ocultado la fiebre hemorrágica argentina como si no existiera y por el contrario en 2018 volvió a tener indicadores que no se veían desde la década de 1970. Esa vacuna que puede salvar una vida hoy no se está pudiendo producir, prefieren ocultarlo y que no se acceda a esa vacuna esto no es casualidad es causalidad”.
Tras el brote en O’Higgins (Chacabuco) en 1958, diversos investigadores de la región comenzaron a realizar investigaciones, logrando realizar el diagnóstico etilológico y aislamiento del virus sólo seis meses después de la primera epidemia. El laboratorio del Dr. Milani en nuestra ciudad definió los parámetros necesarios para establecer un diagnóstico precoz de la enfermedad.
Al arenavirus causante de la FHA se lo denominó "Virus Junín". La mortalidad, que inicialmente alcanzaba el 50%, logró ser reducida a menos del 2% cuando el tratamiento con plasma inmune se aplicaba en etapas precoces de la enfermedad.
En 1971 se radica en Pergamino el Dr. Julio Maiztegui, quedando al frente del equipo y trabajando con gérmenes patógenos de alto riesgo. El grupo de trabajo comienza a recibir apoyo de los Ministerios de Salud de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación para la compra de equipos y reactivos de laboratorio.
El 21 de marzo de 1978 y sobre la base de este grupo de trabajo, se creó el Instituto Nacional de Estudios sobre Virosis Hemorrágicas (INEVH), Su misión era diseñar, organizar, implementar y coordinar las acciones tendientes al control y prevención de la fiebre hemorrágica argentina.
En 1990 culmina la fase de investigación clínica de Candid 1, siendo considerado como una vacuna eficaz para prevenir la FHA y abriéndose la posibilidad del control definitivo de esta endemia.
El 29 de agosto de 1993 y a la edad de 62 años, falleció el Dr. Julio Isidro Maiztegui, y en su homenaje, se le asigna su nombre al instituto.
Este desprecio político por el Instituto Maiztegui y la prevención de la FHA no es novedoso. En 1996, la falta de fondos determinó la virtual parálisis de la producción de la vacuna.
Fue en ese año, justamente, que Mariela Cecilia Viceconte, una abogada con campos en Azul, presentó un recurso de amparo para que el Gobierno completara el proceso.
En junio de 1998, la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal accedió a su demanda, patrocinada por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
El 2 de junio de 1998 la Sala IV de la Cámara condenó al organismo público demandado a realizar todas las tareas, obras y adquisiciones pertinentes para producir la vacuna "Candid 1" y asegurar su inmediato suministro a la totalidad de la población potencialmente afectada por el Virus Junín.
En esa oportunidad, se responsabilizó en forma personal a los ministros de Salud y Acción Social y Economía y Obras y Servicios Públicos, obligando asimismo, a los organismos a su cargo, al cumplimiento de los plazos legales y reglamentarios.
No obstante, al dictado de la resolución le siguió un errante proceso de ejecución de sentencia debido al incumplimiento, por parte del Estado Nacional, de la decisión judicial que le ordenó fabricar en un plazo determinado la vacuna.
Es así que, transcurrido el término impuesto en el fallo, en julio de 2000, el CELS se presentó en la causa solicitando que se intimara a las partes demandadas a cumplir con la sentencia judicial.
Se solicitó al juez que fijara un nuevo plazo para que el Estado procediera a dar cumplimiento al dictamen, bajo apercibimiento de aplicar sanciones conminatorias.
Con todo, tuvieron que pasar seis años más para que, finalmente, la producción del antígeno dejara de ser una promesa incumplida.
El ombudsman Mondino consideró que la demora ponía en riesgo al país, ante la falta total de vacuna para la protección de la población, y pidió que el Estado nacional asuma la responsabilidad que le cabe en el proceso de producción de la Candid 1 para prevenir la Fiebre Hemorrágica.
La Ley 8122 del Poder Legislativo de la Provincia de Buenos Aires impone la
“Obligatoriedad en zonas endemoepidémicas de la vacunación contra la fiebre hemorrágica argentina”
La iniciativa fue sancionada el 14 de noviembre de 1973 y publicada en el Boletín Oficial el 26 de noviembre del mismo año.
Su artículo primero especifica que “Declárase obligatoria, en las zonas endemoepidémicas del territorio de la Provincia de Buenos Aires, la vacuna contra la fiebre hemorrágica argentina, cuya tipificación es: Cepa XJ Clon 3.
En su artículo segundo se indica que “La oportunidad de la iniciación y aplicación de la vacunación será determinada por el Poder Ejecutivo”.