Digan que es chiste, que fue una jodita para el viejo programa de Tinelli o que lo dijeron sin pensar, pero no repitan que controlan porque desde hace muchas noches que los intrépidos de las dos ruedas pican y pican sin parar.
Si no lo saben, los vecinos ya tienen el detalle: Arrancan por distintas calles, algunas por Respuela, otros por Mitre, o Saavedra hasta llegar a las colectoras y terminar en Circunvalación. Van y vienen, doblan en el semáforo de Respuela y le dan hasta la rotonda del Borchex.
En la avenida se retan, pican y se acuestan en las motos, para ganar velocidad. Otros les hacen el aguante y también los coros, con los cortes que no paran de sonar. Además de los que corren por la avenida, los hay adentro del parque y otros en las colectoras, del lado interno de la ciudad.
Repiten esta rutina desde hace varios días. Los vecinos los conocen por el ruido, son los mismos cada noche. Parece que saben que desde la Muni cacarean pero nada más, porque hacen pata ancha como si fueran los dueños del lugar.
Mientras tanto, el padecimiento de quienes intentan pegar un ojo para poder levantarse al otro día, es un suplicio. Pero no se sabe que es peor, si aguantar a los estúpidos de las dos ruedas o a los mentirosos que juran y perjuran que ahora hay controles, hay leyes, cámaras, decomisos y varias cosas más.
Petrecca ya se fue, y con él sus viejos dichos. En su lugar, dicen que asumió Fiorini, pero parece que es mentira, porque todo sigue igual.