

Por: Redacción Semanario
José “Pepito” Oyarzábal, precandidato a concejal bajo el manto de su referente Gustavo Traverso, y presidente de la “Agrupación 17 de noviembre”, milita en el justicialismo desde que tiene 10 años, y aún recuerda las pegatinas o pintadas de campaña, acompañando a “viejos” dirigentes del PJ local, como el Gringo Italiano, de Luz y Fuerza.
“Cuando arranqué, en los 70, había un gran entusiasmo, con una política que era otra cosa: ayudar a los que menos tienen. Hoy sigo con la misma filosofía, desde la ‘Agrupación 17 de noviembre’ que está a mi cargo y desde donde seguimos haciendo lo mismo. Sólo que las pegatinas se cambiaron por las redes sociales”, dice en diálogo con Semanario.
-¿Quién lo invitó a dar los primeros pasos en la militancia?
-Tenía mi tío padrino, que fue presidente del Consejo Escolar de Junín, Tito Becerra, quien me acercó al grupo de militantes porque éramos todos peronistas y no había tantos grupos como ahora. Cada persona de ese tiempo militó y se murió pobre, como el caso de Ale, Siccardi, Pelo Vilches. Hoy, la gente joven arranca y pregunta cuánto va a cobrar.
Yo estoy dentro de la línea kirchnerista, el proyecto nacional y popular. Tengo mi UB y mi grupo de gente, pero vengo acompañando a Gustavo Traverso y compartimos el espacio con la diputada Rocío Giaccone. Lo hago porque Gustavo es un gran dirigente, de los más capaces que he conocido en Junín, que estudia y se prepara y trabaja día y noche. La prueba es que solo armaó la Cuarta Sección, enfrentándose con la tradicional cooperativa manejada por Randazzo, Domínguez y los García, así que bien merecida tiene la candidatura a senador provincial.
-¿Y por qué cree que Junín le dio la espalda tres veces como candidato a Intendente?
-No es que le dio la espalda a Gustavo. Puede ser también a mí, a Rocío o cualquiera que participa. Creo que Junín es muy clasista y tienen problemas con el peronismo; hay chicos de 20 años que piensan que los peronistas mataban en la Intendencia. El tema se estigmatizó porque el gobierno de Venini permitió cierto desfasaje de algunos muchachos que cometieron algunas cosas, pero nunca mataron ni se robaron nada. A la gente le molestaba que esos “negritos” estuvieran parados en la puerta del municipio.
-¿Cómo analiza el andar del gobierno nacional?
-El gobierno asumió con mentiras, cuando en el debate presidencial Macri lo acusaba a Scioli de mentir. De todo lo que prometió, sólo metió la mano en los bolsillos y no eliminó el Impuesto a las Ganancias como había dicho. Además, hace todo a prueba y error, como hizo con las tarifas de luz y gas, y ahora con las pensiones, que son apenas 4000 pesos.
Creo que debe haber casos en algunas provincias, en que el político de la zona puede captar los votos de esta manera. En la época kirchnerista, hubo gente a la que se llamó y se los mandó a hacer estudios nuevamente para comprobar discapacidad. Ahora dicen que son discapacitados y trabajan, pero hay que tener en cuenta que muchas veces son cargas para la familia. No sólo sacan las pensiones, sino también quedan sin obra social y sin medicamentos.
-A nivel local, ¿cómo ve parado a Petrecca para las legislativas?
-Creo que en la zona de barrios carenciados, ha llevado agua y cloacas, que son servicios necesarios, y tiró muchas máquinas para mostrar que hacía trabajos con respecto a la inundación. Lo hizo a último momento, aunque es algo que se veía que venía desde diciembre.
-¿Cómo vivió la “guerra” entre el oficialismo y el meonismo?
-Me parece que el problema pasa porque a veces no hay que mezclar la política con los problemas de los vecinos. En el tema inundaciones, todos pagaríamos las consecuencias. En todas las anteriores veces, tuvimos tiempo de ir tomando medidas. En el caso de ciertas casas que se inundaron, los vecinos llamaban a los chicos de Rocío Giaccone para ofrecerles cosas y se acumularon ropa y colchones que la gente aportaba.
Los chicos del PRO no tienen experiencia, son casi todos profesionales, y la gente de Mario (Meoni) es más de laburo, que trató de poner palos en la rueda al desarrollo de Petrecca.
El tema del tránsito sigue siendo gravísimo. Se ha controlado un poco a esas banditas que andaban en moto, que asolaban Junín durante el día y la noche, pero hay entre 5 y 7 accidentes diarios.
La inseguridad es otra preocupación grande, no puede ser que alguien no pueda salir solo sin exponerse a un arrebato. Decían que iban a controlar el corredor de la Universidad; si bien se pusieron luces para alumbrar veredas, en esas cuadras hasta General Paz es muy complicado. Hay sectores alejados que son complicados, como por ejemplo el Molino Tassara, el cementerio, está difícil andar por la ciudad.
-¿Estaría de acuerdo con la eventual candidatura de Rocío Giaccone en 2019?
-Por supuesto. Ya estamos trabajando, porque es una chica joven muy laburante. Otra persona, en su lugar, podría haber aspirado a ser reelecta legisladora, pero prefiere volver a Junín y trabajar por la ciudad. Rocío puede ser una buena alternativa.
La persona que dice que Giaccone no conoce Junín o no lo recorre, es porque no la conoce. He compartido con ella muchas recorridas por calles con mucho barro, lo hace todos los días, y con un grupo de chicas y chicos visita las casas, ya que es algo que no inventó Cambiemos.
No todo político de Junín se ve un día en la Loba, otro en Bicentenario, y sobre todo exponiéndote a que te digan cosas. Además, está en todas las fiestas de clubes y sociedades de fomento.
-¿Qué resultados vaticina para las legislativas?
-A nivel local, me llegó el rumor que había gente brindando porque se había roto el justicialismo. Yo creo que de esta forma, yendo Cristina con el frente del que participo, los compañeros del PJ y el compañero Massa, vamos a andar en alrededor del 70%. O sea que Cambiemos no debe festejar, porque va a perder mucho.
-Hablando de unidad y de ruptura, ¿hubo acompañamiento de Romero en 2015?
-El día de las generales vi compañeros tomando café en una estación de servicio, algunos que habían sido candidatos en las internas. No estuvo el acompañamiento al cien por ciento, pero fue el error más grande, porque si nos hubiéramos juntado hubiésemos llegado a otra cosa. Quería que fuera Gustavo diputado provincial y Santiago en la intendencia, hubiésemos tenido otro resultado. Gustavo no sólo puso la cabeza en cuestiones electorales, también se expuso hasta a agresiones cuando fue el conflicto del campo.