

Fue una de las obras anunciadas con bombos y platillos por la gestión Petrecca. La que llegó para recuperar el espacio que la natación de Junín había pedido. La pileta climatizada del Santa Paula iba a permitir recuperar el espacio y las rutinas a los nadadores de la ciudad, que abarrotaban otros natatorios.
Pasados los flashes, aparecieron los problemas. La temperatura del agua no es la adecuada, los profesores trabajan con camperas bajo la lona que presenta problemas de higiene, los nadadores no quieren ir al lugar y se producen cortes de luz que apagan los generadores. Hay días en que el natatorio climatizado se parece más a un iglú.
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