

No sólo lo prometió en la campaña del 2015 y con eso consiguió la simpatía de decenas de proteccionistas que trabajan a destajo por el bienestar de los animales. Por ejemplo, en el presupuesto municipal para el año 2017, incluyó el gasto de 600 mil pesos para “la construcción de un hospital veterinario”.
Pero nada de eso pasó. Hoy es apenas un lejano recuerdo, y el intendente Pablo Petrecca no volvió a hablar sobre el tema. En este tiempo, se limitó a abrir para castraciones el Centro de Zoonosis, con un colectivo que pocas veces recorre los barrios para que los vecinos puedan acercarse con sus mascotas, como si este tema solucionara toda una gran problemática de fondo que afecta no sólo a los animales, sino también la salud pública.
El hospital veterinario es una deuda más de este gobierno municipal, que en cuatro años no movió un solo dedo para ayudar a los perros de la calle, que se multiplican por la desidia y el abandono de los vecinos. Solas, con sus propios fondos y resignando tiempo a la vida personal, las proteccionistas intentan tapar un agujero negro: es imposible, sin ayuda del municipio, dar una solución para sacar a los cientos de perros que pululan por las calles juninenses, muertos de hambre y frío.
Petrecca es tan “soldado de Vidal” que como ella, que lo admitió hace unos días, incumplió la promesa también de un hospital veterinario. Ni ella ni él…
PROTECCIONISTAS COLAPSADOS
Con poner a los internos de las Unidades Penitenciarias a construir cuchas para perros y donarlas al refugio de AJPA, no alcanza. Quedan cientos de caninos sin atención veterinaria, sin ayuda, sin comida, sin agua… abandonados a la deriva. No se trata solo de castrar: también necesitan vacunas, medicamentos y control veterinario, hasta intervenciones quirúrgicas en los casos de aquellos que son atropellados en la vía pública.
En casos urgentes, son las mismas proteccionistas las que corren a socorrer a un animal atropellado o abandonado: tienen sus propias casas colapsadas de animales. Y sigue sin alcanzar. Porque el Estado municipal jamás se puso al servicio, ni con profesionales veterinarios que puedan socorrer las emergencias o con un lugar para asilar a los animales abandonados y sacarlos de las calles.
En 2017, se hizo en Junín una mesa regional de Zoonosis, que no fue más allá luego en su función. En ese momento, el director del área municipal Julio Ferrero estimaba que “nuestra ciudad es la más grande y la más problemática por la cantidad que tiene. Se dice que hay un 25% de perros en relación de la cantidad de habitantes, entonces tenemos 25.000 perros en Junín y hay un 10% que no tiene un dueño y está en la calle. O sea que habría en Junín alrededor de 250 perros que están en esta situación”.
Seguramente, con los años, el número hoy es superior. Pero desde el municipio siguen tan inactivos como siempre.
SIN ESPERANZAS
No obstante, y a pesar de ser plena campaña, el intendente Petrecca y su diputada provincial y otra vez candidata Laura Ricchini, quien cada vez que puede muestra una foto acariciando un “amiguito peludo”, no hablan del tema. La realidad indica que no están dispuestos a hacer nada ni a derivar un solo peso para hacer efectivo lo que prometieron.
Perros sufriendo en la calle, proteccionistas colapsadas, un Centro de Zoonosis que solo funciona dos horas por día para realizar castraciones… se necesita en forma urgente una política seria para los animales. Porque hasta ahora, a Petrecca que le gusta mostrar “el pasado y el presente” de Junín, en este tema todo sigue igual y con tendencia a ser peor.