Por: Semanario

A un año de haber girado el presupuesto 2019 al Concejo Deliberante, el intendente Pablo Petrecca prepara el 2020 con sumas que harían temblar a cualquiera: los cálculos indican que será alrededor de un 50 por ciento más que el del año pasado, que rondó los 1700 millones de pesos.

Si bien el secretario de Hacienda municipal, Ariel Díaz, dijo en noviembre pasado que alcanzarían unos 2000 millones de pesos, se espera que el número de lo que se prevé gastar el año que viene ronde más de 2600 millones de pesos.

Algunos analistas contables de la oposición estiman que incluso podría ser “inflado” un poco más teniendo en cuenta que resulta un verdadero misterio lo que pueda acontecer con el subsidio al transporte público que recibía de la provincia de Buenos Aires y que ahora deberá negociar con Axel Kicillof quien, además, será el responsable de derivarle los fondos provinciales respectivos.

En torno a ese tema se abre una nueva oportunidad y habrá que ver cómo se maneja la gestión comunal local con el ahora Ministro de Transporte de la Nación, Mario Andrés Meoni, a quien casualmente al ser presentado junto al gabinete por el Presidente Alberto Fernández, el primer mandatario le recomendó que trabajara en los subsidios al transporte para darle equidad al interior.

En este sentido vale recordar que el senador provincial Juan Fiorini salió a chicanear públicamente al ex intendente al conocerse el cargo que ocuparía a nivel nacional.

El cuñado de Petrecca había dicho que “a Meoni lo conocemos por lo que hizo y lo que no hizo” y enumeró algunas obras no ejecutadas durante esa gestión.

Rápidamente, sus socios de la Cuarta lo llamaron a silencio y ni Fiorini ni ningún otro partidario de Cambiemos volvió a referirse al funcionario del Presidente, a sabiendas que de él dependerán obras directas no sólo para Junín sino para toda la región y el manejo de la caja en materia de transporte público, un área por la cual si Petrecca no logra subsidios de Provincia o Nación, generará un fuerte agujero en las cuentas del erario.

TE AMO, TE ODIO

Después de que Petrecca hiciera todo bien tras la alicaída elección de las elecciones PASO, logró el triunfo cómodamente en octubre y la mayoría lo proclamó administrador por otros cuatro años.

La campaña estuvo signada de promesas y atenciones variadas, además de animarse un poco más con la billetera del Estado para poder captar multitudes.

Ahora, llegó el tiempo de pagar la fiesta y se sabe que los intereses en estos tiempos de inflación son bastante altos.

Las promesas a sus acompañantes del sector agrario, respecto al manejo de la tasa de red vial, será una de las principales pulseadas.

Del “te amo al te odio” dicen que se pasa en un tris, por lo que la posibilidad de esta ocurrencia está a la vuelta de la esquina.

El año pasado la revuelta con los dueños de campos estuvo bastante peleada y a principios de año se generaron escaramuzas varias. Incluso un grupo de autoconvocados le inventaron una nueva asociación de productores que con el tiempo se fue desvaneciendo.

El intendente salvó las papas en el último cuatrimestre cuando cedió algo de terreno, puso un coordinador para los caminos rurales y se mostró algo de lo hecho.

La tarea no es de primera, pero venía tan mal el mantenimiento que aunque más no fuera pasar la champion, ya resultaría una salida acomodada.

Por suerte (o desgracia para los cultivos) las lluvias fueron, son y serán por debajo de lo normal por lo que la “foto prolija” se mantendrá por un tiempo más.

Lo que difícilmente se mantenga es la paciencia chacarera tan acelerada por estas horas con los derechos de exportación, cuando sepan que los aumentos de la red vial para este año superarán con creces el 50 por ciento.

Cómo se encontrarán argumentos para sostener lo que a todas luces parece un disparate, pero analizado pausadamente resulta lógico.

Pasa que la enormidad de ese aumento es estricta responsabilidad de los socios políticos de Petrecca y compañía quienes, durante cuatro años, despilfarraron los ingresos propios y los créditos foráneos como en pocas “fiestas de la república” se hizo. Y no han sido pocas.

La inflación de 2019 está prevista en un 55%, no sólo por impericia, sino además por el “enojo” de Macri tras perder las PASO de agosto que generó inmediatamente un aumento del dólar del 50% con la consabida devaluación.

¿Pagarán mansitos los hombres con campo la tasa que los hizo explotar el año pasado? ¿Saldrán con los tractores a bancar al alcalde como en los primeros días de octubre o los tractores que en ese momento estacionaron frente a la iglesia, directamente los meterán dentro de la municipalidad, “entren o no” por la puerta?

Vale recordar que la sesión de mayores contribuyentes, donde se aprobó el presupuesto, y que se realizó en enero de este año luego de un par de pedidos de prórroga, contó con una fuerte custodia policial porque se esperaban incidentes, cosa que felizmente no ocurrió.

Entre aquella situación y la próxima hay mucha agua que corrió bajo el puente aunque en esta forma tan sui generis de hacer política en Junín, no se pueden aventurar reacciones.

El 4 de enero pasado, el Concejo Deliberante aprobó la suba de tasas: del 40 al 115%, habiéndose registrado una inflación país del 47,6. La más alta en 27 años.

En esta ocasión se espera que la inflación esté cerca o por encima del 55%, por lo que la hacienda municipal no bajará el aumento de tasas entre el 45 y 70, si se pretende ser moderados y que con tal de no resultar tan dramático se cuidará de actualizar algunas imposiciones de modo exagerado.

En aquella sesión también se puso en duda el rol de los “mayores contribuyentes”, un grupo de allegados a los concejales que votan a pedido y que fueron criticados por “nepotismo”, pero cuando las aguas se enfriaron nadie habló más del tema ¿Volverá el debate?

Todo el mundo sabe que a la hora de vender hay que poner la mejor sonrisa, la cual se borra a la hora de cobrar.

Petrecca deberá resignar ahora la felicidad del 27 de octubre, darse un baño de realidad y que reconocer que con la mano que le dieron “sus amigos de Cambiemos” deberá llevar adelante un municipio que se supone muy austero, con serio riesgo de “default” y para peor, no podrá echar culpas a la herencia recibida.

Del mismo modo, a la hora de anunciar obras, habrá que repasar si son las mismas del año pasado o incluso de los anteriores que no se llevaron a cabo, pero el dinero destinado a ellas se gastó.

Nadie podrá salvarse y los tarifazos serán para todos.

Tasas de Obras Sanitarias Municipales, CVP, patentes de motos, Seguridad e Higiene y la ya nombrada Red Vial. Sin olvidar las que acumulan morosidad y que se enmarcan en las obras de gas y pavimento que son un avance importante para mejorar la calidad de vida de los vecinos, pero hace falta recaudar para llegar a otros que aún no lo tienen.

Seguirán con el cobro del Derecho de Construcción (alicaído con tanta crisis), habrá que aumentar el pago de nichos y sepulturas de los cementerios Central y del Oeste, el sellado de trámites para iniciar expedientes y las conexiones para agua, gas, cloacas y medidor de agua. Lo que ocurra con Gas Junín y el congelamiento de tarifas, será harina de otra bolsa.

Es probable que los bonos a jubilados y las ayudas AUH del gobierno nacional se licúen al menos en parte con el aumento de las tasas.

Es bien sabido que en estos cuatro años la gestión municipal no ha tenido empatía con los sufrientes vecinos y no supo o no quiso menguar un poco la andanada de tarifazos. Ahora, por más sensibilidad que tenga, no podrá hacer más que aumentar porque habrá que ser autosustentable en un país y provincia en los que ya no gobiernan “los amigos”.