viernes 26 de abril de 2024

LOCALES | 2 mar 2020

Análisis SEMANARIO

En seguridad también se hace agua

El crecimiento del delito en Junín –el peso que tiene en nuestras vidas– está claro. Lo que no está claro es cómo frenarlo.


Los juninenses parecen haber perdido la tranquilidad, el verano resultó “caliente” no sólo en la cantidad de hechos delictivos de hurto y robo, sino además y respecto a los últimos, la ferocidad con que los delincuentes abordaron a las víctimas.

Familias que terminaron maniatadas, golpes y culatazos. Abuelos encerrados y con palizas. Un cara a cara con armas a la vista en un distrito que, lamentablemente, tuvo que acostumbrarse a la modalidad del ‘escruche’ que también hoy ejercen con inusitada violencia e impunidad.

Este escenario, al cual los funcionarios suelen considerar como de “sensación de inseguridad”, ya está causando una suerte de paranoia que se puede palpar en los comentarios que abundan en las redes sociales, caja de resonancia cuando hay blindaje mediático.

Ya pasaron casi cinco años desde que el exsecretario de Seguridad de Mario Meoni, por aquel entonces Víctor Knappe, salía al cruce de las declaraciones del joven candidato Pablo Petrecca, quien aseguraba que en “seis meses se podían reducir las cifras del delito”.

Un año después de asumir, el actual intendente saldría a explicar en un programa de debates políticos de un canal nacional que “no era tan fácil” la tarea. Los hechos demuestran que Petrecca, esa vez, tuvo razón.

Claro que hoy, con la ocurrencia de más de una decena de hechos delictivos por cada fin de semana, donde prima la violencia y queda el desasosiego, el responsable máximo de la ciudad no hace declaraciones y se recluye.

Y toman la posta, casi obligados, los responsables políticos y policiales, quienes ante las quejas reiteradas de los vecinos de diferentes barrios, que los convocan para que den explicaciones, ponen su mejor cara y ensayan respuestas de ocasión que dejan, en muchos casos, más dudas que certezas.

El miércoles pasado, por caso, fue el turno de Villa Ortega, barrio delimitado por calles Arias, Primera Junta, avenida San Martín y República, incluido en la sociedad de fomento de El Picaflor. Hasta la sede de Bernardo de Irigoyen se acercaron Andrés Rosa y Luis Chami, secretario y director de Seguridad, respectivamente, acompañados por autoridades policiales y del fomentismo. También participaron los concejales Natalia Donati y José Bruzzone (del FdT) y Graciela Blaiotta, del oficialismo, y una treintena de vecinos.

Las autoridades, como es habitual, prometieron más ‘rondines’ policiales, que incluirían patrulleros, motos y bici policías, mostrando una clara falta de política de prevención a aplicarse en la ciudad, y sólo tapando “agujeros” en los casos en que el vecindario se ‘levante’ para reclamar.

Uno de los participantes expuso el abandono del sector en materia de seguridad -y no solo- y reaccionó ante la pasividad manifiesta de los funcionarios: “señores,  recaudan millones y se invierten migajas en seguridad. La tasa complementaria de seguridad, que pagamos todos los vecinos en la boleta de luz, recauda más de 70 millones de pesos, y no se acondicionan mínimamente las bicicletas para el cuerpo de bicipolicías, que se anunció como un programa exitoso. En su primer período, Petrecca administró 100 millones de pesos afectados a seguridad, sin embargo está a la vista que los resultados fueron negativos”.

En rigor, la ciudad entera está alarmada y ahora la dirigencia política parece empezar a acompañar el fuerte reclamo por la inseguridad reinante, que arrancó con declaraciones de concejales de la oposición, que visitan a familias y se interiorizan sobre la situación.

En este marco, en declaraciones realizadas a Somos Radio, la concejal Carolina Echeverría recordó que “hay un presupuestado más de 78 millones de pesos en seguridad este año, y vemos cómo va aumentando día a día la cantidad de robos. A veces llama la atención la poca cantidad de trascendencia en algunos medios del tema de la inseguridad”.

Además, contó que “recorremos con todo el bloque casas de vecinos que nos llaman para que concurramos, charlamos con ellos y no pueden creer la falta de prevención que hay, y una falta de conducción en este tema”.

Entre las zonas afectadas, Echeverría mencionó que en el barrio Gregorio González “hubo hechos violentos con armas de fuego, algo que decimos no para alarmar sino para prevenir. Esto no solo se da en un sector de la ciudad, se da en los diferentes barrios de Junín, más que nada las personas mayores que son las más vulnerables”.

La edil del FdT mencionó también que “en zonas de quintas como Cerrito Colorado, Rincón del Cielo, se realizan hurtos de pequeñas cosas, y luego pasan a mayores, mientras los vecinos señalan a los responsables de estos hechos. Hay que ver qué tareas preventivas realizan para que esto no ocurra, es fundamental tener un mapeo y números concretos de cada barrio, y las políticas públicas de prevención que se tomarán en cada barrio porque cada barrio es diferente”, reclamó.

POLITICAS DE SEGURIDAD

En verdad, Pablo Petrecca nunca logró manejar la seguridad en Junín, armó un equipo de profesionales retirados de la policía en el inicio de su gestión, pero de a poco y ante la falta de cumplimiento y desgano del jefe comunal el grupo se desarticuló.

Nombró a Fabián Claudio como Jefe de Seguridad y lo dejó como un “fusible” que cambió muy tarde (por Andrés Rosa), más allá de quemarse en reiteradas ocasiones, mientras aprovechaba el entusiasmo de Luis Chami, que se fue, volvió, lo puso “ad honorem” y finalmente lo designó “Director”.

De este modo, y sin prestar atención al cuerpo policial, el que en muchos casos y en voz baja reconoció el destrato de Petrecca, se fue entretejiendo una cadena de rencores que cada tanto parecen explotar.

La Bonaerense, desde los ’90, con y sin razón, ha estado pagando todos los costos de la impunidad que correspondían también a la política y la justicia; como contrapartida, y ya casi curada de semejante carga, hoy frente a situaciones de destrato, da un paso al costado y trabaja a reglamento. Esperando órdenes.

Hoy, las órdenes en Junín las da el Director de Seguridad, el voluntarios Luis Chami, cuestionado por su idoneidad para llevar adelante una estrategia que permita la sinergia del profesionalismo que por los años de experiencia y capacitación especializada portan cada uno de los comisarios y efectivos de las dependencias de la policía de la provincia en nuestra ciudad.

En este estado de cosas, es difícil desentrañar de qué modo el municipio podrá dar respuesta a las necesidades ciudadanas en la materia.

Mientras, los escruches en las casas continúan, hay arrebatos en la vía pública con muchas mujeres golpeadas, robos hasta en la archicustodiada zona céntrica, un negocio paralelo de motos robadas –esas que desaparecen de a varias por día-, y mucho temor en el vecino común, que por la noche y las madrugadas se encomienda a su dios antes de salir de su casa, porque patrulleros seguro no se cruza.

Ya no se trata de algunos barrios “calientes”, todos parecen serlo.

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