jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 16 ago 2017

homicidio en junin

A 5 años del brutal crimen de Sandra Viviana Colo

Fue hallada por su padre en la cocina de Abracadraba, el pelotero en el que trabajaba. Por un año y medio el asesino logró evadir a los investigadores. Pero no pudo con su genio, volvió a matar y dejó su firma. En 2015, Rubén Recalde fue condenado a prisión perpetua.


Se cumplieron cinco años de la muerte de Sandra Viviana Colo, asesinada con una extraña técnica criminal en el pelotero donde trabajaba. Tenía 43 años y era soltera. La estrangularon con saña. Le colocaron un palo con un torniquete y no le dieron chance de defensa. Si bien el criminal se llevó 650 pesos del local, dejó intactos otros 1600 pesos y otros objetos de valor.

En la escena del crimen, los peritos encontraron también muestras genéticas. Por eso, se ordenó una prueba de ADN para personas que conocían a la víctima y que podían tener un conflicto con ella. Entre quienes fueron sometidas a cotejo de ADN estuvieron el dueño del pelotero, y su mujer, un ex marido de otra hermana de la víctima y una mujer y su esposo, empleado gráfico de un medio de comunicación a quien se vinculó sentimentalmente con Colo.

Sandra era encargada del pelotero donde la mataron. Pasado el mediodía del 16 de agosto de 2012, su propio padre, Juan, la fue a buscar al local porque no había llegado a la casa para el almuerzo como lo hacía siempre. Así, se comunicó con el dueño del local y juntos fueron hasta el salón de fiestas "Abracadabra", ubicada en calle Alem 388, donde trabajaba Sandra. La hallaron muerta en la cocina del comercio.

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Según los peritos el cuerpo de Colo tenía un torniquete alrededor del cuello realizado con una soga y un palo de escoba. Además tenía rastros de un golpe en la cara. Se hallaron manchas de sangre en la entrada del pelotero y en la cocina.

Pero, en enero de 2014, el crimen de Paola Tomé vino a dar luz también sobre la muerte de Sandra. Fue asesinada en similares características en el comercio de artículos infantiles Rowena, ubicado en calle Gral. Paz 45, del cual era propietaria, y tras eso, se supo que había sido Rubén Recalde el autor de ambos crímenes (ver CONDENA).

CLAUDIA COLO

Hace diecisiete años, la familia Colo sufría el primer revés del infortunio que les daría un vuelco trágico a sus vidas. El 15 de enero de 2000, Claudia Colo apareció asesinada en su lugar de trabajo, una reconocida compañía de seguros de nuestra ciudad. Dos días más tarde, un compañero de la joven fue detenido queriendo escapar de Junín en remís con destino a Buenos Aires. Terminó condenado a prisión perpetua. Era José Luis Correa, hoy preso en la cárcel de Sierra Chica. Claudia tenía sólo 25 años y un futuro por delante. Sus tres hermanos se abroquelaron alrededor de sus padres con el único objetivo de ayudarlos a sobrellevar la tristeza. La tragedia volvería a golpear a la familia doce años después al arrancarle a Sandra de sus propios brazos.

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LA CONDENA

El 10 de julio de 2015 el Tribunal Oral Criminal 1 condenó a prisión perpetua a Rubén Recalde (56) por asesinar en agosto de 2012 a Sandra Colo y en enero de 2014 a Paola Tomé, ambos hechos cometidos un jueves, un día 16 del mes y en locales comerciales del rubro infantil.

El jueves 16 de agosto de 2012 Sandra Colo (43) fue encontrada muerta en el salón de fiestas infantiles donde trabajaba: la habían golpeado y estrangulado con un pedazo de tela. Casi un año y medio después, el jueves 16 de enero de 2014, Paola Tomé (38) fue asesinada en su local de venta de ropa de bebé: la golpearon y estrangularon con un pañuelo. Ninguna de las dos fue abusada sexualmente.

En un principio, y pese a la idéntica mecánica de ambos crímenes y a las características similares de las víctimas, los homicidios de Colo y Tomé fueron investigados por separado, por dos fiscales diferentes. El de Colo fue encarado como un homicidio en ocasión de robo, debido a un supuesto faltante de dinero en el local. El de Tomé se abordó como un presuntocrimen de género, cometido por un conocido.

Pero esto cambió drásticamente a partir de descubrimiento clave: las muestras de ADN tomadas en las respectivas escenas del crimen correspondían a una misma persona. En palabras sencillas: a las dos mujeres las había matado un mismo asesino: Recalde.

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