Ayer, María Eugenia Vidal visitó el distrito de Lanús y se vio junto al intendente Néstor Grindetti en el marco de una reunión del Comité de Emergencia del municipio por el Covid-19. La foto tuvo dos repercusiones: la primera “más política”, teniendo en cuenta que la exgobernadora apareció en escena luego de que el presidente Alberto Fernández lanzara críticas a su gestión.

La segunda, un tanto detallista pero que también dio tela para cortar: la inusual vestimenta de la ex mandataria, que apareció de sandalias y con un dedo vendado.

El detalle se hace más grande si se tiene en cuenta que ayer por la mañana hizo menos de 10 grados, ¿Por qué entonces Vidal fue con ese calzado?

Fuentes cercanas a este medio contaron que se le debió extraer una uña encarnada del pie izquierdo, algo que no sería la primera vez que le sucede a la dirigente de Juntos por el Cambio.

Pero, otra de las dudas que se dispararon en las redes con la sorpresiva aparición de Vidal, fue el hecho de su acceso para aparecer en actos públicos sin ser funcionaria, algo que no estaría habilitado por la ley en el marco de la cuarentena obligatoria.

Según pudo saber este portal, el intendente Grindetti le habría concedido un permiso especial por un día para que la ex mandataria pudiera asistir al encuentro. Algo que Vidal también consiguió de la mano del jefe porteño Horacio Rodríguez Larreta, cuando fue parte de una reunión de gobierno en capital federal.

A las claras, la dirigente del PRO salió a instalarse luego de que el presidente Fernández disparara contra su gestión, por primera vez: "Tuvimos durante cuatro años una gobernadora que dijo que no iba a abrir un hospital más en la provincia de Buenos Aires", lanzó el primer mandatario.