viernes 26 de abril de 2024

OPINIÓN | 1 ago 2020

MIRADA EXTREMA

Los laboratorios del miedo

Escribe Andrés Rissolo, especial para Semanario.


El azote de la pandemia de coronavirus en el mercado laboral podría dejar sin empleo a 41 millones de personas en los países de América Latina y el Caribe, según las proyecciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La entidad alertó que el aumento de la desocupación será de 4 a 5 puntos porcentuales y “causará un aumento de la desigualdad y la pobreza en la región”, además de remarcar que “si la crisis continúa profundizándose, la situación podría empeorar” a tasas de desempleo incluso más altas que las previstas.

Al respecto, el director de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, advirtió que “ese aumento sin precedentes en la tasa de desocupación regional” repercutirá “sobre la estabilidad económica y social de nuestros países”.

En la misma línea de indagación el director del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina, Agustín Salvia, sostuvo que en el marco de la pandemia de coronavirus, y según las últimas proyecciones que vienen realizando, un 45% de las personas se encuentra “por debajo de la línea de pobreza” en Argentina.

“En diciembre del año pasado terminamos con más de 38% de pobreza. En enero y febrero esa situación no cambió”, explicó Salvia, en tanto sostuvo que “los niveles de pobreza han superado el 40% holgadamente a fines de marzo” y que “las últimas proyecciones que hicimos nos están dando 45% de población en situación de pobreza en fines de abril”.

“El tema es complicado. Desde el punto de vista económico estamos en una crisis profunda. Ha golpeado a sectores informales, los cuales han logrado tener un piso de protección social pero están perdiendo sus fuentes de trabajo. Ha habido una reducción de demanda  y vamos a tener una nueva capa de sectores laborales que caen en la pobreza, y que se sumerjan en la pobreza estructural, que es una pobreza crónica”.

Para la economista Victoria Giarrizzo, directora del Centro de Economía Regional y Experimental (CERX), más concentrada en su apreciación advirtió que “la ausencia de un crecimiento constante desde 2012 dejó una de las peores consecuencias para la economía argentina: su descapitalización. En 2020, la inversión bruta interna fija (IBIF) caerá 23,5% y a fin de año el país quedará casi con el mismo stock de capital de 2005.

Es decir, en 16 años habrá sufrido una de las peores descapitalizaciones de su historia y tendrá consumido parte del capital que logró recuperar entre 2003 y 2011. Es el costo de las recurrentes recesiones y crisis financieras, y explica el empobrecimiento argentino.

La descapitalización arranca en 2012 y para fines de 2020 el stock total habrá caído 41,1% frente a ese año. En términos del PBI ese stock será equivalente a sólo 3,1 veces del producto contra 4,4 veces en 2011. Siquiera en 2002 fue tan bajo. Tanto el PBI como el empleo dependen de la inversión porque es la que incide en las capacidades productivas.

La inversión no es sólo en cantidad. También calidad. Por eso es importante analizar qué tipo de inversiones se vienen realizando. En una encuesta de CERX del año pasado, surgió que la mitad de las pymes trabajan con maquinarias viejas, de entre 15 y 70 años de antigüedad. Y 4 de cada 10 empresas cuando invierten lo hacen sólo para renovar capital obsoleto.

Por eso Argentina en 15 años no pudo sostener una tasa de inversión que permita recuperar el desgaste de su capital existente. Si se pone la lupa sólo en Maquinaria y Equipos, el stock a fines de 2020 será el más bajo en 14 años. El crédito y la tasa de interés, especialmente en maquinaria y equipo serán decisivos para la recuperación.

Por el contrario, a causa de la pandemia de coronavirus, se registró un crecimiento exponencial de creación de cuentas bancarias y utilización de los canales digitales para operaciones con dinero, aumentó la creación de cuentas bancarias en el país por la imposibilidad de realizar operaciones por ventanilla, donde miles de personas recurrieron a los canales digitales para llevar a cabo transacciones con dinero.

“Lo que preveíamos que iba a ocurrir en tres años pasó en tres meses. La cuarentena fue un acelerador a fondo de un fenómeno que ya se veía desde hace un tiempo”, expresó Gustavo Valdemoros, Gerente General de Red Link, encargada de la operatividad de la mayoría de la banca pública en el país, en un despacho de la agencia oficial de noticias Télam.

Este fenómeno se debe al trasvasamiento de la mayoría del volumen de transacciones que se hacía en los canales físicos a digitales. Y sobre todo, a los móviles que tuvo un impulso muy fuerte en los últimos meses, a pesar que desde hace ya varios años crece a un ritmo muy alto.

En el caso de la Red Link, los productos móviles, que antes de la pandemia no llegaban al 15% de las transacciones, ahora son el origen del 35% del total, según indica la agencia de noticias.

La billetera digital y caja de ahorro del Banco Provincia “Cuenta DNI” fue una de las apariciones más fuertes de la cuarentena. En los últimos tres meses, registró más de 1,5 millones de descargas, de las cuales unas 550 mil se hicieron como vía para cobrar los $ 10 mil del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).

Como se puede apreciar la caída por la empinada cuesta abajo en la descapitalización y ausencia del crecimiento desde 2012, acentuado por el golpe asestado por la pandemia que causará aumento de la desigualdad y de la pobreza, que según los últimos informes Argentina tendría un 45% de la población en paupérrimo estado.

También se explicita que para salir de ésta depresión serán de gran importancia los créditos y las tazas interés, para reactivar la actividad productiva, donde las entidades financieras y bancarias contaran con todo el apoyo del Estado, mucho más que aquel que se le brinda al sector productivo, una fórmula que se repite en el tiempo con los distintos gobiernos y el mismo modelo económico.

Esta operatividad que no sabe de recesos ni detenciones es la misma que diezmó las posibilidades de evolución de la república, hoy carente de la cantidad de hospitales necesarios de acuerdo a la cantidad de habitantes, escuelas, autopistas, trenes y talleres ferroviarios, pistas de aterrizajes, puertos, y,  fundamentalmente, sueldos dignos y sus consecuentes jubilaciones.

Dicen los que saben que el virus de la pandemia Covid 19, sus genes, han sido manipulados. Tanta sabiduría y ciento de miles de millones de dólares invertidos durante años para imponer una crisis mundial, bien pudiera haberse usado en la reconversión de los genes políticos que perdieron el rumbo, para retornarlos a su estado embrional, donde el bienestar del hombre era el objetivo final de todo gran esfuerzo.

 

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