martes 23 de abril de 2024

OPINIÓN | 13 ago 2020

Día Internacional de la Zurdera

Los zurdos son “raros”

Hoy se conmemora el “Día Internacional de la Zurdera”, una jornada mundial promovida por el “Club de Zurdos”, que tiene lugar cada año desde 1976. Escribe Ismael Canaparo.


Por: Ismael A. Canaparo

Diego Maradona, Lionel Messi, Federico Sacchi, José Luis Chilavert, Mario Kempes, Miguel A. Tojo, Kily González, Piojo López, Chino Benítez, Ricky Alvarez, Bocha Ponce, Carlos Babington, Carlos López, Oscar Ortíz, Rubén Paz, Mago Capria, Walter Erviti, Indiecito Solari, James Rodríguez, Gabriel Heinze, Esteban Cambiasso, Andrés D´Alessandro, Fernando Redondo, Jorge Comas, Tito Pompei, Federico Vairo, Norberto Alonso, Gustavo López, Oscar Mas, Miguel Angel López, Daniel Passarella, Carlos Tapia, Mario Nicasio Zanabria, Alejandro Barberón, Enzo Trossero, Félix Loustau, Ezra Sued, Alejandro Sabella... y la lista continúa hasta límites insospechados. Fueron (y son) miembros de una hermosa raza minoritaria, una de las últimas minorías de nuestra sociedad, una minoría selecta que se las arregló perfectamente para sobrevivir sin ninguna organización en el mundo del fútbol y, lo que es más importante, sin poder colectivo y sin identidad común. Algunos, como Diego, llegaron a lo más alto y ahí se mantiene, con el recuerdo de su magia inalterable. Otros, como Carlos López (el de Racing, el de Sarmiento), solamente permanecen en un lugar más chiquito, pero no menos alucinante: los corazones sensibles de aquellos que aman el fútbol por su pureza más genuina.

 

Hoy se conmemora el “Día Internacional de la Zurdera”, una jornada mundial promovida por el “Club de Zurdos”, que tiene lugar cada año desde 1976. Pretende dar a conocer y ayudar a reducir las dificultades que encuentran las personas zurdas en una sociedad predominantemente diestra. La celebración ha crecido con el tiempo, y en algunos países, como en Inglaterra, se llevan a cabo diversas actividades lúdicas. Se estima que el diez por ciento de la población mundial es zurda.

 

Los zurdos tienen enemigos bien identificados: palancas de cambio, palos de golf, tijeras, cuadernos, biromes, diarios que se hojean de atrás para adelante, manijas, escaleras y otras lindezas por el estilo. Los zurdos son “raros”, dicen los adversarios. Simplemente porque son zurdos. O siniestros, como les agrada decir a los diestros.

 

Atahualpa Yupanqui, Albert Einstein, Isaac Newton, Napoleón, Miguel Angel, Friedrich Nietzche, Mahatma Gandhi, Julio César, Carlomagno, Simón Bolívar, Ludwig Van Beethoven, Marie Curie, Paul Mc Cartney, Mark Twain, Hans Christian Andersen, Pablo Picasso, Dick Van Dyke, Robert De Niro, Marilyn Monroe, Robert Redford,Kim Novak, Greta Garbo, Cary Grant, Peter Fonda Angelina Jolie, Leonardo Da Vinci, Judy Garland, Charles Chaplín, Alejandro Magno, Harpo Marx, Richard Dreyfuss, Lenny Bruce, Nicole Kidman y Lewis Carroll, entre una nómina inmensa, también representan una divertida, aunque dudosa generalización: la de aparecer como tipos “raros”, que piensan de manera “tortuosa”, poco elegante.

 

Fuera del fútbol, en algún momento el tenis tuvo zurdos de excepción: Guillermo Vilas, Rod Laver, Mónica Seles Martina Navratilova, John McEnroe y Jimmy Connors. Hubo estudios que aseguraron científicamente que los zurdos estaban mejor dotados para el tenis por la especial conformación de los hemisferios cerebrales. En boxeo, por ejemplo, los zurdos son incómodos para los rivales, por eso de la guardia invertida. En golf se necesitan palos especiales, construidos “al revés” para los zurdos. Paradoja: quien es considerado el mejor jugador zurdo del mundo, Phil Mickelson, en realidad es diestro, pero aprendió a jugar mirando a su padre. Y en el polo, está prohibida la participación de jugadores zurdos, por su presunta peligrosidad al tomar el taco con la mano izquierda.

 

Enigmáticos en ocasiones, muchas veces efectivos, los zurdos son siempre necesarios en cualquier deporte y el boxeo no es la excepción. Muchos de los mejores boxeadores a través de la historia pertenecen a una familia erróneamente llamada “de la mano equivocada”. Dicen los que saben de esto, lo difícil que resulta enfrentar a un zurdo, por el ángulo diferente por donde tira los golpes, en relación a un derecho. El legendario Kid Chocolate decía que como no abundan, a un diestro se le complica cuando se encuentra frente a un zurdo, simplemente porque preocupa, complica y provoca desajustes. ¿Algunos nombres de famosos? Sergio “Maravilla” Martínez, Oscar de la Hoya, Eduardo Lausse, Látigo Coggi, Julio César Vásquez, Luis Cerda, Edwin Valero, Hilario Zapata, Carmen Basilio y Marvin Hagler.

 

Los zurdos son minoría, sí. Todo el Universo es diestro. Los relojes, los electrones, las galaxias y los circuitos de automovilismo giran hacia la derecha. Pitágoras recomendaba a sus discípulos entrar a los lugares sagrados “siempre por el lado derecho, que es divino y abandonarlos por el izquierdo que representa lo disoluto”. Aristóteles fue más atrevido todavía: “Lo bueno está a la derecha y lo malo a la izquierda”. El Diablo, en tanto, siempre está reflejado en eterna caída, lanzando maldiciones a siniestra y siniestra, con su mano siniestra.

 

En Junín, tuvimos el privilegio de vibrar con zurdos inolvidables, que hicieron del fútbol una verdadera coreografía de colores. Habría que agradecer, por ejemplo, todas esas pinceladas al corazón que nos tiraron el Lobo Sofía, Peteca Molina y Oscar Ortiz, como así también aquellas explosiones de sana euforia que surgían tras los “cañonazos” de Coco Pelli. Hubo otros que también fueron un deleite al paladar: Celso Gallegos, Toti Orellanos, Heriberto “Coco” Ferrari, Juan Carlos Allende, Ricardo Ulrich, Rubén Torres, Tito Guillotti, Héctor Leruzzi, Alberto Guzmán y Héctor “Chiche” Tablada.

 

En básquet, gozamos muchos años de un zurdo excepcional: José Luis Gil. Su categoría y prestancia casi en estado puro, expresaron un consenso crítico casi unánime y un apoyo multitudinario del público de Las Morochas, mientras su juego electrizante lo convirtieron de la noche a la mañana en un auténtico ídolo. El Josi representó con acabada pulcritud un estilo de jugador que se está terminando. Y lo que viene, hasta ahora, no es mejor. La futura aparición de emblemas semejantes o parecidos corre serio peligro de extinción en el básquetbol de la Argentina, por culpa de la mayoría de los entrenadores, que ponen más énfasis en la defensa que en la creatividad, en las fricciones que en los lujos, en las estadísticas que en las magias individuales, como si el protagonista de un espectáculo deportivo debiera tener una formación completa, multidisciplinaria y rigurosa.

 

Por allí anda el fresco recuerdo de un capitulo de los Simpson, muy gracioso, en que el vecino Flanders pone una tienda de artículos para zurdos, dada la dificultad de encontrar esos objetos en Springfield. En ese segmento de la serie, la mayoría de los personajes secundarios aparecen como zurdos, desde el Sr. Burns hasta el jefe Gorgory.

 

Pero los zurdos son subversivos, una casta resignada dentro de un sistema que fue pensado para otro tipo de individuos. James de Kay, especialista en el tema, explica en unos de sus libros que “los zurdos tienen la enervante costumbre de pensar elípticamente, mientras que los diestros lo hacen en línea recta. El tren de acción de un zurdo que se propone viajar de A a B va a pasar por Z antes de arribar a destino. Los zurdos piensan mal”.

 

Siguiendo esta autoritaria línea de pensamiento, Jack el Destripador, el asesino de Boston, los gangster de Nueva York, gran parte de los adictos a las sustancias químicas, los alcohólicos, en algún momento las Madres de Plaza de Mayo, los piqueteros, el siniestro novio de la hija quinceañera, los ancianos que se hacen pis en la cama, todos ellos son zurdos, más allá de la lista de celebridades del comienzo. Es evidente que “zurdo” sigue siendo una mala palabra. En inglés, la vieja expresión “cack-handel” significa “mano de caca”. En ruso, equivale a “poco confiable”. La más moderna definición es “left o leftie”, que quiere decir: “aquello que sobra” o los restos de una comida.

 

Si es cierto lo que dicen los intelectuales británicos y los pensadores españoles, coincidiendo en que cada vez hay más zurdos, esto nos llevará irremediablemente a una total reformulación de lo ya conocido. En un par de siglos cambiará todo. Se rediseñarán ciertos objetos y también los hábitos serán otros. Por entonces, los Diego Maradona, los Carlos López, los Peteca Molina y los Coco Pelli ya no serán minoría y brotarán como pan caliente.

 


 

 

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