viernes 26 de abril de 2024

LOCALES | 25 oct 2020

cuarentena light

La gestión de la pandemia en Junín, sin rumbo

Tras otra semana imparable en contagios y muertes, el Ejecutivo municipal, sin respaldo sanitario y sin ideas, parece dirigirse al colapso del sistema. Luego de innumerables advertencias desde todos los sectores, el intendente Pablo Petrecca no busca una solución a la gravedad del problema.


Por: Semanario

En modo “anticuarentena”, el intendente Pablo Petrecca sigue desoyendo las advertencias de los especialistas en materia sanitaria, mientras Junín se encamina a la multiplicación de contagios en dos semanas, mientras la disponibilidad de la asistencia médica está al límite.

Los contagios siguen creciendo de modo preocupante, al tiempo que el jefe comunal y su gabinete insisten con privilegiar la apertura de actividades.

La semana pasada los contagios se habían incrementado en un 23% -de sábado a viernes; ahora el aumento fue del 48%, registrándose un promedio de 81 nuevos contagios diarios y un total de 568 en sólo 7 días.

De los testeos que se dan a conocer diariamente más del 60% dan positivo y a ellos se les suman por nexo epidemiológico entre un 5 a 10% más.

Hasta ayer sábado había más de 1400 aislados preventivos y quedan más de 150 sospechosos.

Medidos cada 10 días, al 1 de agosto se contabilizaban un contagio diario, al 1 de septiembre era 15 diarios y al 1 de octubre unos 33 aproximadamente. Hoy ese aumento ronda los 80 casos por día, lo que explica la gravedad del tema y la preocupación que existe entre los efectores de la salud.

Los datos del viernes 23 de octubre proporcionados por el municipio dan cuenta que la ocupación de camas del servicio de terapia intensiva de los centros privados es el 40,91%, pero lamentablemente este supuesto “alivio” se debe a que en esta semana murieron por Covid-19 otros 12 juninenses, elevando el número de víctimas fatales a 67, un 20% de incremento respecto a la semana anterior y un número alto para una localidad como la nuestra.

Precisamente estos guarismos llevaron a una reunión del sector sanitario público y privado (a la que no fue invitado el intendente) para determinar de qué manera se puede salir del atolladero en que se metió el jefe comunal que como si se tratara del capitán de un barco sin rumbo, pretende que todos se ahoguen.

LA RUPTURA

Por eso no extrañó que el miércoles pasado (21 de octubre), en instalaciones del Hospital Abraham Piñeyro, se reunieran el director del centro provincial Sebastián Meneses, el director de Región Sanitaria Jorge Herce y los representantes de los centros de atención privada de la salud y organismos nacionales.

La polémica por cierto no era novedosa: el primero en romper filas había sido Meneses, quien advirtió el desmanejo de Petrecca y su mesa sanitaria. Tarde se dio cuenta Herce del personalismo de Petrecca a la hora de las decisiones y ahora el titular de RS III también pasó a advertir sobre la situación.

Fueron luego los directores los que le enviaron una carta al administrador del distrito, alertándolo de la debacle que se avecinaba.

Por eso nadie faltó ahora al encuentro en el hospital y estuvieron presentes La Pequeña Familia, Clínica Centro, Sanatorio Junín, IMEC, IOMA y PAMI, cansados de que la respuesta de Petrecca a sus advertencias sea cada vez más flexibilización y cero control de la situación.

“El crecimiento constante en el número de casos positivos de Covid-19 y en la cantidad de fallecidos siguen generando una gran preocupación”, señalaron los médicos de los distintos centros asistenciales.

El día anterior la mesa sanitaria municipal liderada por Petrecca había mostrado notorias ausencias y sólo estaba compuesta por personal del Ejecutivo comunal, lo cual tuvo una explicación en el encuentro del miércoles.

CON LA MIRADA EN TANDIL

Más allá de seguir atentamente los números locales, el personal de la salud de Junín mira con preocupación lo que viene ocurriendo en la ciudad de Tandil, localidad con la cual se pueden trazar ciertos parangones.

De hecho, Tandil se encuentra también al borde del colapso sanitario y el intendente radical Miguel Angel Lunghi, que al igual que Petrecca se mostró en principio rebelde con las medidas preventivas de la provincia, ahora reclamó “no ser estúpidos” y señaló que “el problema es la responsabilidad individual”.

Según el último parte epidemiológico, hay 138 nuevos contagios en la localidad serrana, elevando a casi 3 mil casos desde el inicio de la pandemia. En terapia intensiva hay 20 personas y más de 30 en camas intermedias, situación que lleva al sistema sanitario a estar al borde del colapso.

En Junín son 786 los casos activos y el pasado sábado el récord de contagios en 24 horas fue de 127.

Como consecuencia de este panorama de crecimiento de casos y circulación comunitaria del virus, desde el miércoles pasado Tandil entró en el “semáforo Rojo” del aislamiento, la etapa más estricta del nuevo mecanismo que establecieron las autoridades locales luego de abandonar el esquema de fases dispuesto por los gobiernos bonaerense y nacional.

Aun así, en Tandil siguen abiertos locales, inclusive gimnasios y bares, por decisión del intendente Lunghi. El jefe comunal aclaró en las últimas horas que no le temblará el pulso para cerrar todo de ser necesario, en un contexto en el que reconoce el colapso sanitario.

"No seamos estúpidos, debemos cuidarnos. Los más jóvenes están cansados, y eso yo no lo discuto, pero tiene que haber responsabilidad. Les pido por favor que salgan lo menos posible", expresó Lunghi durante una entrevista radial. El intendente aseguró que en el hospital solo quedan 5 camas y remarcó que el problema no es económico, sino humano.

"Estoy un poco enojado porque la gente tiene que pensar en los mayores. No es una cuestión de camas o de plata. No hay médicos terapistas. No hay más enfermeros y enfermeras. Los pobres están cayendo por contagio. No es cuestión de plata, es cuestión de responsabilidad civil", afirmó el intendente tandilense, quien tiende a negar su responsabilidad en el mal manejo de la pandemia en su ciudad.

INGRESOS LIBERADOS

Junín ya no cuenta con puestos policiales de control en los accesos a la ciudad, algo que se venía llevando adelante desde principios de la pandemia con algunas deficiencias, pero al menos con presencia.

El intendente Petrecca acordó con otros jefes comunales de la región terminar con esta protección de la ciudad. Por un lado, la explicación es el tiempo que llevan acumulado los 200 efectivos que se requieren a diario para cumplir con la tarea, y por otro, la necesidad de ubicarlos en la realización de otros operativos de control dentro de la ciudad. Léase: en las calles de Junín puede recaudarse.

“Hay un consenso mayoritario para retirar los controles de las rutas, al haber ingresado el virus a la ciudad, con muchas actividades en funcionamiento”, se sinceró en declaraciones el secretario de Seguridad municipal, Andrés Rosa, quien adelantó que “se ha ido trabajando en esa decisión con la Policía y la Secretaría para hacer un nuevo diagrama”.

Según anticipó el funcionario, los uniformados serán derivados a tareas de “control y acompañamiento del personal municipal de Control Ciudadano para cuestiones sanitarias y protocolos, y también el análisis del mapa delictual y el refuerzo de los lugares que entendemos son zonas donde aparecen problemáticas”.

Rosa evaluó: “En la primavera-verano la ciudad adquiere otra fisonomía, muchos no se irán a veranear así que la demanda de quintas será más elevada que nunca”.

“El tema del control sanitario es muy importante, a lo cual no debemos descuidar porque la agenda de todos depende de esta cuestión. Por eso podremos recursos policiales y municipales para controlar, y a este cambio podremos destinar con nuevos destinos a los 200 efectivos que teníamos en los accesos”, agregó el funcionario de Petrecca.

En síntesis: tras semanas sin poder lograr una mínima baja en el número de contagiados de coronavirus y con circulación comunitaria del virus –aunque se resistan a admitirlo-, con 66 fallecidos y prácticamente todas las actividades en funcionamiento, ahora también se permite el ingreso y salida irrestrictos de la ciudad. Petrecca ni siquiera controla lo que está expresamente prohibido, como las reuniones sociales en espacios abiertos que se multiplican por plazas, el Parque y la Laguna, mientras él y sus funcionarios miran para otro lado.

 

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