viernes 26 de abril de 2024

LOCALES | 11 sep 2017

SECRETARIA GENERAL SUTEBA JUNÍN

Francina Sierra: “Lo peor que podemos hacer es negarnos a ver la realidad”

En una extensa charla con Semanario, la titular de SUTEBA desgranó el rol del sindicato y el trabajo diario en defensa de los trabajadores de la educación y sus principales demandas.


Por: LUCIANA CAMARERO

Las instituciones educativas y sus docentes volvieron a ser observados con lupa y, en muchos casos, señalados con el dedo. El caso de Santiago Maldonado, el joven bonaerense de 27 años que fue visto por última vez el 1 de agosto luego de que Gendarmería Nacional reprimiera y desalojara violentamente una protesta mapuche en Chubut, llegó a las aulas de las escuelas de todo el país, acompañado de un fuerte cuestionamiento por parte de los integrantes de la comunidad educativa y del gobierno.

La propuesta, elaborada por el área de DD.HH de los gremios docentes CTERA, SUTEBA y UTE, consiste en material didáctico para ser trabajado en las escuelas sobre la "desaparición forzada" del artesano bonaerense.

Formar sujetos críticos implica que los jóvenes tengan la capacidad de cuestionarse, replantearse y plantarse ante distintas situaciones e inquietudes. ¿Cómo se genera un sujeto crítico? Por medio del debate constructivo donde se compartan ideas, se respeten las distintas opiniones y se escuchen todas las voces. Se les enseña a tener una postura con argumentos que sostengan tal convicción y que respeten los distintos puntos de vista, porque si estamos en democracia ¿por qué habría que prohibirles que se hable de la realidad que nos toca?

Francina Sierra es maestra de música y secretaria General del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA) Seccional Junín, organización gremial que nuclea a más de 600 docentes en la ciudad.

En una extensa charla con Semanario, la dirigente desgranó el rol del sindicato y el trabajo diario que realizan en defensa de los trabajadores de la educación y sus principales demandas. Además, se metió de lleno en la discusión sobre la desaparición del joven Santiago Maldonado, analizando la decisión que tomaron algunos gremios docentes de exponer el caso en las aulas, recibiendo una catarata de cuestionamientos.

-¿Qué es SUTEBA?

-Nosotros representamos a los docentes de la Provincia de Buenos Aires. En Junín, tenemos nuestra seccional ya hace casi diecisiete años, no solamente con una mayor incidencia en lo que es la docencia local en todo lo que tiene que ver con las conquistas que vamos logrando día a día, sino también con algunos proyectos muy importantes en marcha como, por ejemplo, la cooperativa de viviendas que tenemos para los trabajadores de la educación afiliados. Además, en nuestra sede tenemos la Casa del Docente, que es una propuesta, una política provincial que tiene nuestro sindicato para que todos aquellos docentes afiliados que necesiten llegar a Junín por alguna cuestión de salud, trámite o simplemente por recreación puedan tener un alojamiento económico. Así como tenemos esta casa en Junín, donde se hospeda un montón de gente, tenemos varias réplicas en otras ciudades importantes de la provincia.

-¿Qué objetivos persiguen?

-Básicamente, la idea nuestra y el proyecto de ya hace varios años es llegar a todas las familias de SUTEBA. Que cada uno de los afiliados y sus familias tengan beneficios, algo que les sirva para sus vidas cotidianas. Además, por supuesto, de defender cada uno de los derechos de nuestro sector.

-Que existan tantos sindicatos de educación, ¿debilita o refuerza?

-Esto es histórico, no es que surge de ahora, lo bueno es que cada uno de nosotros posee su identidad propia, porque evidentemente hay más de un sindicato porque hay cuestiones estructurales o matrices constitutivas en las que no podemos coincidir. Pero sí coincidimos en los objetivos comunes de defensa del sector, por eso es que hace tantos años hemos podido constituir el Frente Gremial Docente Bonaerense donde los sindicatos más importantes de la provincia somos parte y año a año, en cada una de las luchas, vamos en conjunto.
Hay una diversidad en la oferta, los docentes se afilian a uno u otro de acuerdo, no solamente a los beneficios, también a cierta línea que mantiene cada uno de nosotros, pero no obstante en la lucha venimos teniendo unidad.

En el trazo grueso, evidentemente, tenemos muchas coincidencias y es ahí donde trabajamos por la unidad y año a año vamos luchando y consiguiendo cosas, de otra manera no podría ser posible. Esto lo entienden los docentes, nosotros también lo sabemos interpretar, y a partir de eso el Frente Gremial Docente Bonaerense cada vez está más firme. Hemos pasado por muchas crisis y conflictos muy difíciles. El de este año fue uno de ellos, y sin embargo la unidad no se quebró.

-Además del salario, ¿qué otros reclamos se imponen en la agenda?

-Justamente “subsanado” el tema salarial, nosotros ahora estamos peleando por cuestiones básicas que tienen que ver con las condiciones de trabajo: infraestructura escolar y comedores escolares. Y, además, por dos grandes cuestiones que tienen que ver con nuestra obra social –IOMA- y nuestra caja de previsión social –IPS-.

En el caso de la infraestructura escolar y los comedores vemos que hay una falta de inversión absoluta. Hace casi dos años que no hay partidas de dinero para infraestructura escolar y lo que hemos podido lograr lo hemos hecho distritalmente a través del uso del fondo del financiamiento educativo que tiene a cargo el Ejecutivo local.

Tanto el año pasado como este, se puso y se invirtió en algunas escuelas donde hacían falta obras estructurales. Pero no hay una inversión del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, mucho menos del Estado Nacional, que se había comprometido, a principios del 2016, a enviar 15 millones de pesos para infraestructura y, por el momento, no hay nada.

Respecto de los comedores, estamos viendo algunas falencias que se habían corregido apenas asumió el gobierno de Vidal y el  Consejo Escolar había logrado avanzar aumentado la inversión, pero ahora se ha municipalizado el servicio alimentario escolar. Y esto no tiene que ver con el Intendente de turno, sino que al municipalizarse creemos que se corre el eje, se corre la responsabilidad del estado provincial que es quien se tiene que hacer cargo de lo que comen nuestros niños y niñas en las escuelas. Por el momento, lo que vemos es mucha desorganización y un retroceso respecto de la calidad de los alimentos.

Por otro lado, tanto el gobierno provincial como el nacional, buscan generar cambios en el régimen jubilatorio para los trabajadores de la educación: el aumento de la edad jubilatoria, la cantidad de años de aporte, los cambios en la movilidad y en el porcentaje por el cual los docentes se pueden jubilar es muy grave, porque son muchos años con derechos adquiridos. Nosotros no aportamos lo mismo que aporta un trabajador común, aportamos mucho más. La verdad es que no estamos dispuestos a permitir ese avance.

-Con la repercusión del caso Maldonado se están difundiendo por las redes sociales modelos de cartas redactadas por los padres de los alumnos y dirigidas a los directivos, para prohibir que los docentes hablen sobre el tema en las aulas. Además, se están difundiendo números telefónicos para denunciar a quienes lo hacen. ¿Qué pensás sobre esto?

-Yo creo dos cosas. Por un lado, que a veces los papás cometemos ciertas ingenuidades. Una es creer que nuestros hijos no van a encontrar, de todos modos, las vetas para informarse y que nos excede a los padres respecto a todos los controles que podamos tener. Nuestros chicos, si quieren acceder a una información, la pueden tener porque tienen sus celulares, tienen internet. Por otro lado, creer que la escuela es aquella de antaño que solo enseñaba a leer y a escribir. Hoy, la escuela está pensada para que se formen sujetos críticos, con pensamiento crítico. Se forman ciudadanos. De hecho, en la escuela secundaria, todos los chicos tienen una materia que se llama Construcción de Ciudadanía.
Ya es ingenuo pensar que nosotros como padres vamos a poder prohibir algo sobre nuestros chicos, y mucho más aún que vamos a poder interceder sobre el trabajo comprometido de los docentes de nuestros hijos. Ahí me parece que ya entramos en una cuestión de censura que no vamos a avalar, porque cada docente tiene libertad en su cátedra, hace acuerdos con sus alumnos respecto de cuáles son las temáticas que abordan.

Se tratan un montón de temáticas de la realidad y por supuesto que esto tiene una dimensión tremenda porque estamos hablando de un desaparecido en democracia, pero no obstante eso, también se habla de violencia de género, se habla de adicciones, de abuso se sexual… Es decir, los chicos están atravesados por esta sociedad que es la que viven ellos mismos como jóvenes, la que viven sus papás. Entonces, es muy difícil que la escuela pueda escapar, aunque quiera, de lo que está pasando.

-¿Cómo surge la necesidad de abordar el caso en las escuelas?

-Hay que contarles a los papás que la demanda, en realidad, viene de abajo hacia arriba. Un profe no inicia una clase si primero no entiende que hay algo que está sucediendo y a lo que hay que darle respuesta. Y así es que surgió el tema de Santiago Maldonado, el tema del concepto de desaparición, porque los chicos que hoy están en secundaria nacieron en democracia y mucho más los que están en inicial y primaria. Es muy lejano para ellos el concepto de desaparición, sin embargo, para quienes tenemos un poco más de años, es sentido de otra manera.
Yo creo que lo peor que podemos hacer es negarnos a ver la realidad y en todo caso lo que hay que hacer como padres, con esa información que llega de la escuela, también poder sentarse, charlar y ver de qué se trata.

-¿Pensás que el tratamiento que se le da a un hecho tan grave se reduce a disputas políticas?

-Hay que separar las cosas.El mote de K o anti K a esta cuestión de la desaparición forzada de Santiago Maldonado se la dan los medios, no se la estamos dando ni nosotros como docentes, ni los chicos que preguntan en la escuela, ni el comerciante que pone el cartel porque está comprometido con la causa. Uno lo hace desde la convicción y desde lo humanitario. Después los motes que los medios de comunicación le ponen, tanto al trabajo que nosotros hacemos, como a nosotros mismos, porque hemos sido estigmatizados como sindicato, como organización sindical, cuando lo único que hacemos es tener una línea de coherencia. Nosotros tenemos en nuestras filas 600 docentes detenidos-desaparecidos y frente a la desaparición de una persona no vamos a mirar para otro lado. 

-¿De qué se trata esta propuesta pedagógica, hoy tan cuestionada?

-Está pensada en cuadernillos para los distintos niveles y modalidades; básicamente, para inicial y para primaria, se trabaja con libros de textos literarios. Por ejemplo, a raíz de contar un cuento, que incluso es parte del diseño curricular, no es que realizamos actividades por fuera de la currícula, sino que son actividades que los docentes deben enseñar. O se puede abordar el tema del terrorismo de estado, que es uno de los temas que se aborda desde las ciencias sociales en la escuela secundaria y a partir de allí relacionarlo con lo que está pasando ahora, el tema de la identidad, el concepto de desaparecido y todo lo que tiene que ver con esta cuestión.

En el caso de la escuela inicial se da literatura infantil; en primaria, por ejemplo, se analizan las letras de canciones de artistas como Charly García o Los Fabulosos Cadillacs. Y en el caso de secundaria, el cuadernillo aborda toda la cronología de lo que fue, desde el día 1 de agosto a la fecha, el testimonio de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el testimonio de la familia de Santiago Maldonado. Para cruzar los datos, para que los chicos investiguen, para que vean cómo fue el manejo de la información. Están todas las voces ahí para que cada uno pueda decir lo que le parece y opinar sobre el tema. 

-¿Por qué creés que muchos padres se rehúsan a que sus hijos reciban, en la escuela, este tipo de análisis y de información?

-Hay una matriz cultural muy impregnada todavía, a 40 años del último golpe militar, del “no te metas”, esa cuestión del miedo que se instala. El miedo paraliza y uno a veces tiene que comprender a quienes se niegan solamente porque les causa algún miedo. Pero nosotros -como militantes, sindicato, trabajadores de la educación- estamos defendiendo nuestra memoria todo el tiempo. Y si lo de Santiago Maldonado pasa desapercibido no va a ser el único, va a haber muchos más. A las fuerzas de seguridad hay que contenerlas y se las contiene socialmente y me parece muy importante la movilización.

Yo trato de salir de la cuestión docente también porque esto explotó con el tema de los cuadernillos y demás, pero la verdad es que está instalada en toda la sociedad. Está en la escuela, está en el barrio, en las calles, en las redes, en todos lados.

Evidentemente, algo como sociedad nos está pasando, ya que frente a este hecho, todos estamos hablando de esto. Algunos tienen miedo, otros indignación, otros la convicción de que hay que pelear y encontrar a Santiago con vida. De una u otra manera, lo que tiene que ver con desaparición en Argentina, a todos nos va a tocar.

NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL SÁBADO 2 DE SEPTIEMBRE 2017   

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