Por: Redacción Semanario

“Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar”. Parece la frase cabecera de la diputada bonaerense Rocío Giaccone, que sorprendió a propios y extraños cuando pegó el portazo en Unidad Ciudadana y se fue corriendo con su ‘amigo’ José Ottavis, su ex jefe de La Cámpora, para acompañarlo en un nuevo bloque del atomizado peronismo en la Cámara de Diputados.

La juninense, esta jovencita rubia y de suaves modales, siempre se diferenció en el mundo peronista. Pero parece que ahora va por más: quiere marcar precedentes en el accionar político también.

De casualidad no quedó verde de tanto tomar “ricos mates” en la campaña electoral, pero bueno, sobrevivió de tanto acompañar a su polla Maia Leiva, se consideró conforme con los tres nuevos concejales que tendrá el espacio en Junín y por eso se buscó nuevos objetivos.

Así fue como salió en búsqueda del Partido Justicialista: además de ser, hay que parecer peronista. Por eso, repitió la fórmula que tanto le criticaron los ‘gordos’ históricos, cuando los proscribió en las internas de agosto, y ahora volvió a lograr que no conformaran una lista para competir por transformarse en autoridad partidaria. Así que le prestó algunos lugares a ex fanáticos romeristas (hoy arrepentidos), a otras agrupaciones menores y listo: de La Cámpora al PJ sin escalas.

VAMOS POR MÁS

Insaciable, con la vista y la voluntad puesta en ser intendente en el 2019, Rocío fue por más en la Cámara de Diputados.

Su kirchnerismo a ultranza desde el principio, que la llevó incluso hasta ir a visitar y alentar a presos como Julio De Vido y Amado Boudou, parece que no le fue suficiente a la hora de repartija de cargos en la Legislatura, donde pretendía mayor protagonismo.

Así que… desempolvó esa vieja y estrecha amistad que la une al ex jefe de La Cámpora, el multifacético José Ottavis, y se transformó en su nueva Vicky Xipolitaxis. Le pegó el portazo a Unidad Ciudadana y allá fue, la blonda, en busca de nuevos horizontes. ¿Probarán también juntos en el Bailando 2018?

 

Qué tendrá el petiso

José Ottavis tiene una curiosa biografía política. Suele ocultar su paso por el duhaldismo para arrancar directamente desde su vinculación con Juan Carlos Dante Gullo. Su primer cargo en el Estado lo tuvo con Jorge Telerman en la Ciudad y su padrino político fue Roberto Porcaro, ex radical y operador de Rudy Ulloa Igor y Zannini en Compromiso K.

Conoció a Rocío Giaccone en la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina. El abuelo de Ottavis, tuvo un fugaz paso por el partido del genocida Emilio Massera pero fue cristiano y peronista. Francisco Arias Pelerano fue fundador y decano de esa facultad y discípulo de Arturo Sampay, padre de la Constitución de 1949. No obstante, José no logró el título universitario y por eso debieron hacer una excepción en uno de los cargos que ocupó bajo la órbita de Oscar Parrilli que exigía ese requisito. Cuando Ottavis pasó a manejar en el Foncap una caja de 50 millones de pesos para microemprendimientos, convocó a su compañerita de facultad. Ella llegó virgen de peronismo. En Junín no la reconocen del mundo justicialista. Fue leal y eficiente. Trabajó duro y pudo celebrar como un premio su banca de diputada con un viaje por Vietnam, Tailandia y Malasia donde no se privó de fotografiarse con las célebres Torres Petronas, construidas por “nuestro” César Pelli. Fue con otra joven compañera de la facultad que fue encargada de las relaciones institucionales del Foncap, Macarena Muñoz Molina.

Su padre, el ingeniero agrónomo Marcelo Horacio Ottavis, edita la revista Amanecer Rural en sus versiones digital y papel y organiza seminarios en el norte de nuestro país. El padre de Ottavis vive en la provincia de Corrientes. Se tuvo que mudar de San Isidro después de haberse fundido.

El SMS de la discordia

Corría mediados de 2012, y Diputados votaba el incremento del impuesto inmobiliario rural. En ese momento se captó cuando el entonces vicepresidente de la Cámara, José Ottavis, chateaba por celular con sus compañeros Rocío Giaccone y Miguel Funes.

Un fotógrafo de Clarín retrató el momento en que Ottavis recibía una versión sobre ofertas de coimas. En un sms, Giaccone le advertía: “150 mil x cabeza ofrecen a los diputados de la opo según palabras de Valeria Arata. Se está corriendo eso…” y Ottavis respondió: “Bueno chicos. No contemos más cosas y cuidado…”.

La polémica se desató después de la aprobación de la reforma impositiva, que había fracasado en tres oportunidades por falta de quórum y finalmente se destrabó cuando Scioli  firmó el decreto por el revalúo fiscal y Diputados dio el visto bueno a la reforma.

Arata, después, salió a desmentir el mensaje de texto. “Es todo mentira. En ningún momento nadie me ofreció dinero dentro de la Cámara, no hablé con nadie antes de la sesión, ni con Ottavis, ni con Rocío, ni con González (Horacio, presidente de Diputados)”.

NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL SÁBADO 9 DE DICIEMBRE 2017