Por: Redacción Semanario

Salvo los bravucones parados en la entrada de la Laguna de Gómez, exigiendo todo tipo y color de papelitos, la ciudad está liberada. Así lo demuestran las noticias de los últimos días, sobre robos, escruches, arrebatos y atentados. Junín se parece cada vez más al conurbano, mientras funcionarios políticos municipales, jefes policiales y autoridades judiciales siguen disfrutando de las vacaciones (en otro lugar por supuesto).

Al propio intendente Pablo Petrecca no le gustaron las palabras de su ex asesor Luis Chami, y le recriminó sus modales frontales de siempre. No hizo nada nuevo, era evidente desde el inicio el estilo diferente de un hombre que va al frente y una gestión marketinera que cuida los detalles pero no se ocupa de las soluciones de fondo.

Y así, con esa partida inesperada, el gobierno se quedó sin voz de mando en las filas policiales, que tras años de quejarse por falta de elementos operativos y personal, hoy tienen todo lo necesario pero desaparecieron de las calles.

Los efectivos están más abocados a controlar si la gente usa casco o tiene el seguro al día en su auto, que en desplegar efectivas políticas de prevención. Nada de investigaciones, nada de controles y seguimientos, nada de presencia… ¿Dónde se metieron los cientos y cientos de ‘Pitufos’ que antes saturaban la zona céntrica? ¿Adónde van a parar los patrulleros después de las 23 de cada día?

La sensación de cualquier vecino, hoy, es que está en manos de Dios. Porque a él lo persiguen con impuestos cada vez más caros y tarifazos, con revalúos y falta de servicios de calidad… pero jamás ven los enganchados de la luz, los que andan de a dos en moto buscando posibles víctimas, los que hacen ‘willy’ y terminan matando transeúntes desprevenidos y mucho menos los que cruzan en rojo todos los semáforos, poniendo en riesgo la vida de otros. Con estos, que se enojan y golpean, que no aceptan ser controlados, que viven al límite… los policías no se meten.

PANORAMA ALARMANTE

A pesar de lo que dicen los hechos y la seguidilla de las últimas semanas, para el secretario de Seguridad municipal, Fabián Claudio, no hubo un “relajamiento” en las fuerzas de seguridad. “Nadie tiene la receta mágica y siempre hay que estar ajustando cosas con la policía”, dijo.

Para el funcionario, parece que estaba dentro de lo previsto que se dieran ‘escruches’, porque asegura que suceden en épocas de vacaciones, cuando las casas quedan vacías y los delincuentes hacen tareas de inteligencia mucho mejores que la misma policía.

Mientras tanto, al ritmo de la temperatura, la ciudad sigue ardiendo. Algunos hechos de los últimos días:

+ En calle Belgrano al 100, mientras un menor estaba durmiendo y su madre se encontraba trabajando, desconocidos ingresaron y se apoderaron de una computadora y una fuerte suma de dinero.

+ En el edificio “Raúl Alfonsín” de la UNNOBA, ubicado en Sarmiento y Libertad, un empleado comprobó que una de las ventanas había sido forzada y falta una computadora, CPU y teclado. Horas después, dieron con el autor.

+ A primera hora de la mañana, dos sujetos con el rostro cubierto ingresaron en una vivienda ubicada en colectora de avenida Circunvalación y Yanquelen y, tras mantener al propietario de 81 años atado, sustrajeron efectos de valor. Pero no les alcanzó con robar: además, dejaron abierto el gas y debajo de la silla donde estaba maniatado el anciano, dejaron unos papeles prendidos fuego.

+ Casi a la vista de la multitud que caminaba por el Parque Borchex, una mujer de 23 años fue amenazada con un arma blanca y abusada sexualmente, en un caso que intentó esconderse de la opinión pública. Si bien está en manos de la Justicia, todavía no hay indicios ciertos que permitan la identificación del agresor, que continúa en libertad.

+ Dos personas a bordo de una motocicleta, con armas de fuego, amenazaron al dueño de la agencia de viajes Maliyo, ubicada en calles Javier Muñiz y Almafuerte, y se alzaron con 5000 pesos.

+ El director de IOMA Junín, Marcelo Pastormerlo, también resultó víctima: la familia estaba ausente y entraron a robar a su casa de Orellanos al 300. Un vecino encargado de controlar la propiedad dio cuenta del gran desorden existente y avisó a la policía. El funcionario constató la falta de una suma de dinero.

+ Días atrás, había sido el turno de la fiscal Silvia Ermácora en su vivienda, mientras se encontraba también de vacaciones.

+ Otro robo e intento de incendio: fue en la quinta ubicada en Los Flamencos y Los Camalotes, de la doctora Paola Garoso. Había dos focos distantes, por lo que se presume que fueron provocados para tapar el ilícito cometido.

+ Un menor casi fue degollado por un cable que delincuentes cruzaron sobre Ricardo Rojas e Intendente Ortega. Le dio a la altura del cuello cuando viajaba con su novia en una moto: tras caer, aparecieron de los descampados y le robaron el vehículo, que luego la propia familia pudo localizar. Sucedió en la más absoluta desprotección de un domingo a la madrugada.

NOTA PUBLICADA EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL SÁBADO 27 DE ENERO 2018