Cristian González Burgueño (40), quien había sido aprehendido el martes último por “exhibiciones obscenas”, recuperó su libertad ayer. La mujer que lo denunció no pudo corroborar, en rueda de reconocimiento, que fuera la persona que ingresó a su domicilio. En la mañana del miércoles, en la Fiscalía de Junín, junto a la Dra. Vanina Lisazo, Burgueño participó de una medida de prueba en el marco del último hecho del que fue acusado, que dio como resultado negativo.

Burgueño fue detenido el martes pasado tras una denuncia radicada por una mujer, quien afirmó que el hombre ingresó a su domicilio de calle Robbio al 500 y la sorprendió mientras dormía.

Según la denuncia, la víctima estaba durmiendo “cuando de repente se despierta y en la puerta de su habitación observa a una persona de sexo  masculino la cual estaba parada y con los pantalones bajos exhibiendo sus partes íntimas. Por este motivo la denunciante comienza a vociferar fuertes gritos pidiendo ayuda, por lo que el sujeto se sube los pantalones y sale corriendo de la morada... La mujer manifiesta y asegura que el sujeto que estaba dentro de su vivienda era Cristian González Burgueño”, quien el 2 de febrero último salió en libertad luego de haber purgado una condena.

La doctora Fernanda Sánchez, titular de la UFIJ Nº 6 dispuso la aprehensión de Burgueño por el delito de “Exhibiciones Obscenas”, medida que fue efectivizada por personal de la Comisaría 2ª y DDI Junín en calles Borges y 25 de Mayo.

¿QUIÉN ES BURGUEÑO?

Burgueño había sido detenido y condenado, en juicio abreviado, a 8 meses de prisión por acosar durante dos años a una mujer (J.F) a la que terminó amenazando de muerte. En los estudios psicológicos a los que fue sometido, antes de quedar libre, se destacaba su personalidad con rasgos psicopáticos, que no diferirían respecto mucho tiempo atrás, por 1997, cuando fue acusado por violación seguida de muerte.

Había sido condenado a fines de la década del ‘90 por ser el autor penalmente responsable de “Violación seguida de muerte”. La víctima fue su sobrina, María Soledad, de apenas 12 años de edad. Él tenía 19.

Uno de los rasgos que marcaban la personalidad del abusador fue que el día del hecho, 1 de enero de 1997, acompañó a su hermana y madre de María Soledad, a denunciar la desaparición de la menor y luego colaboró con la búsqueda que finalizó cuando encontraron el cuerpo sin vida de la niña que había sido abusada, golpeada y estrangulada en un descampado de Tucumán y avenida La Plata.

Una vez en libertad, volvió a verse involucrado en causas por presuntos delitos contra la integridad sexual. En 2014 fue absuelto por el Tribunal Criminal Oral 1, en un juicio oral y público al que llegó imputado por el homicidio de Armando Solís.

Además, fue condenado –también en juicio abreviado- en el marco de una causa por “Amenazas calificadas” luego de hostigar e intimidar a una periodista juninense.