viernes 26 de abril de 2024

LOCALES | 24 mar 2018

editorial

Silencio y moralina de café

Hay una cuestión central y es que a sugerencia del manejo comunicacional PRO, cualquier acto sospechoso de los funcionarios de su entorno y que tengan algún viso de corrupción en su origen, han de ser “combatidos” con el silencio.


Por: Redacción Semanario

La nota publicada por SEMANARIO la semana pasada, referida a las vulgares ostentaciones del nuevo hogar que está construyendo el intendente de Junín, Pablo Petrecca, dejó al descubierto tantas singularidades de la política y la sociedad local, como los restos fósiles que tras la bajante afloran en el río Salado.

Hay una cuestión central y es que a sugerencia del manejo comunicacional PRO, cualquier acto sospechoso de los funcionarios de su entorno y que tengan algún viso de corrupción en su origen, han de ser “combatidos” con el silencio.

El mismo silencio, promovido por quienes estaban detrás de la junta militar que asoló los derechos constitucionales de los argentinos en los ’70, hoy es una herramienta válida para uso del nuevo gobierno que, para los “ruidos” cuenta con todo un aparato mediático que en Junín recibe suficientes dádivas municipales y provinciales (pueden constatarse vía internet en la páginas de gastos de la intendencia) como para ponerse al servicio de la política y no de la gente.

Particularmente esta semana, el aire de los bares y reductos que suele eternizar la clase política local con sus personeros afines a Cambiemos, se vio impregnado de una moralina tal que resulta absolutamente antagónica respecto a cuándo las noticias apuntan a la oposición.

Entonces, el dedo acusador que se levanta rápidamente para señalar –por ejemplo- al ex intendente Mario Meoni, ahora director bancario, o a cualquier ex funcionario nacional o provincial ligado a las huestes K, en este caso se dirige presto al “pasquín” como les gusta llamar a los medios de comunicación gráfica locales a fin de dejar sin efecto la acusación que los hiere, precisamente, en su penosa moralina.

Porque para la secta política, “pasquines” somos todos, le viene tocando a SEMANARIO por sus “molestos” artículos periodísticos, pero “pasquines” –para esta casta- también lo son La Verdad o Democracia, cuando los textos publicados no le son afines a sus intereses personales y que por lo general son puestos por encima de los del pueblo, de esa “cosa pública” que dicen representar y no lo hacen.

Y ante la palabra escrita entran en trance, se miran entre ellos, se interconsultan rápidamente para sacarse la responsabilidad de encima, sacan del bolsillo el recibo de sueldo estatal, suspiran, se apoltronan en el sillón, prenden el televisor y callan, sumidos en una profunda amnesia.

Ninguno se anima a ir a “timbrear” en la nueva y suntuosa residencia de Petrecca para preguntarle al jefe comunal (su esposa o el arquitecto a cargo de la obra) con SEMANARIO en la mano: “¿Me dejarías pasar para saber si esto es verdad?”.

Mucho menos aún se les ocurriría interrogarlo al “gran jefe”, como líder político de su propia agrupación, sobre el origen de los fondos obtenidos y jamás podrían comentar algo así como: “qué pueden importarle a este muchacho las necesidades diarias de los juninenses si tiene la cabeza puesta en terminar los detalles de confort de su mansión”.

Porque resultaría fácil condenar al Intendente desde la oposición, eso es lo común, lo cotidiano en el reparto del queso político; pero para quienes llegaron con una oferta electoral que presuponía un “cambio”, sería mucho más ético interrogarlo desde el propio oficialismo y no caer en un silencio cómplice, que no hace más que seguir defraudando a todos aquellos que adhirieron inocentemente a la premisa.

De todas maneras, si es que desde la casta política no pueden salir de su amnesia de sofá, la gente siempre podrá enterarse de lo que hacen sus representantes a través de estos “pasquines” que ponen a resguardo la ética silenciada.

 

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Notas Relacionadas
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias