Por: Redacción Semanario

Alexia tiene un reino, algunos súbditos y muchos campesinos. Vive feliz en su Palacio, acompañado por el club de los sialexistas quienes, temerosos, asienten todo el tiempo.

Aplicados, rigurosos, pulcros y de buenos modales, han constituido un nuevo biotipo político en el reino. “Los de las afueras”-socarronamente- han comenzado a llamarlos “los blanquitos”.

Según cuentan “los de las afueras”, “los blanquitos” son los reyes del diagnóstico, siempre portan una carpeta  cargada de papeles, nunca solucionan nada, pero hacen como si.

Este biotipo en el reino es necesario. Existe, se retroalimenta y avanza. Sus integrantes, cada tanto, se mezclan con “los de las afueras” para sonreírles y contarles las buenas nuevas. Algunos orilleros desconfiados entreabren la puerta sólo para espiar y evitar ser atrapados como alguna vez les han contado sus abuelos.

“Los blanquitos” no dejan títere con cabeza. Acompañados de los bufones de la corte, le sonríen a una especie de retratador, que lo acompaña a sol y sombra.

Alexia, desconfiado, ha impuesto una especie de ejército interno, los controladores del reino. Aquellos leales son siempre bienvenidos y el resto es despreciado, pero siempre con buenos modales. Si algo tiene el reino de Alexia es eso: parecen  ser buena gente.

Este reino ha estado convulsionado y sigue, aunque un poco más oculto. Parece que el Rey anterior ha dejado algunas cuentas por saldar.

Cambia el reino de rey pero siguen más o menos los mismos problemas, sin solución. Debe ser por eso que cada vez que alguno del reino los visita, apenas les abren la puerta.

Alexia tiene algunos problemas, pero lo que lo desvela es aparecer como un distinto, aunque cada día que pasa se parece mucho más a quienes se quiere diferenciar.

Hay gente que Alexia no quiere ni ver, aunque no lo dice. Espía por las mirillas y nunca abre las puertas del reino. Habrá que ver qué pasa. Porque mientras algunos de “los de las afueras” lo critican, Alexia dice que está todo muy bien encaminado.

Tan bien está todo que se lo contó a un familiar cercano que emigró del reino a otro no tan lejano y también bien acomodado, desde uno de sus baños, con un moderno aparato que lleva la voz sin cables a otros lugares.

Este reino es top. Placitas, canales y modernas carreteras para “los de las afueras”, que parece son cada vez más desagradecidos. Tanto que Alexia hace por ellos y viven de queja en queja.

Veremos cómo sigue. Alexia está empecinado en el progreso, en dotar de mejoras a todo el reino. Critica a todos los reyes que pasaron por el Palacio y dejaron el reino patas para arriba. Repite como loro lo mismo que decían los reyes anteriores. “Miren cómo han dejado el reino; veremos cuando nos ordenemos para empezar a vivir como la gente”.

“Los de las afueras” mucho no le creen. Y los que lo hicieron empezaron a desencantarse. Los más ancianos le recuerdan que hace muchos años atrás otros reyes parecidos les prometieron las mismas cosas.

Y desde entonces, salvo algunas excepciones, les ha ido como el culo. A “los de las afueras”. A los reyes les va cada vez mejor.

Boletín comunal amarillo

Mirá lo que no hicimos esta semana:

-No agregamos un I-Phone más en la calle de avenida San Martín, ni un aire acondicionado en el patio.

-No viajamos -otra vez-  con Esteban a recorrer –otra vez- las lagunas a ver cómo viene la mano.

-No fuimos a sacarnos una nueva foto con los 15 metros nuevos del Canal del Norte. El desagüe que estamos haciendo juntos (y que vamos a terminar unos días antes de las próximas elecciones).

-No timbreamos. Esperen. Pronto, cuando se les pase la calentura por las boletas de luz y gas, empezamos de nuevo.

-No les dimos nada a los municipales. ¿De qué se quejan?

-No agregamos cartel de obra en la casa de calle Italia. Es mía, mía y mía. Y no quiero que sepan nada.

-Para seguir con la misma idea, no pusimos cartel en ninguna obra pública. Total, Mingri no precisa, según me dijo.

Si están tan en desacuerdo con todo, armen un partido y gánenme. Total, me voy con cuñataí al Senado y listo.

PetrEgo

El día del reconocimiento a las mujeres, a la hora de la foto, todas posaron sonrientes, y también él. Unos minutos antes habían sido reconocidas por la Dirección de Género del Gobierno de Junín, a cargo de Marisa Luján, mujeres de la ciudad que sobresalen por su labor social y humanitaria.

El acto se llevó a cabo el viernes 23 de marzo, en el salón de ATE, y fue encabezado por el intendente de Junín, Pablo Petrecca. “Es una gran alegría poder compartir esta noche de emociones. Cuando se planteó la posibilidad de trabajar con las sociedades de fomento y que ellos sean los protagonistas y quienes nos digan quiénes son esas mujeres, esas heroínas silenciosas que hace tantas cosas, me gustó mucho la idea”, dijo el jefe comunal.

Lástima que a la hora de las fotos, él -que no era el protagonista de la historia- posó en medio de todas, como si lo fuera. Qué fácil es relegar lo importante con un gesto inapropiado. Qué pena.