Por: Redacción Semanario

Para el jefe municipal “hay otra cosa detrás” de los paros municipales. Sí, señor Intendente: hay gente cansada de cobrar menos de 10 mil pesos, una suma que no alcanza para mantener una familia no sólo hasta mitad de mes, ahora ni siquiera para pagar las tarifas de servicios básicos.

Es cierto que hubo mejoras, que antes no se protestaba, que se firmó el convenio colectivo de trabajo y demás… pero los funcionarios, con Ud. a la cabeza, deben entender que tanto ahogo, tantas subas, tantos reajustes por todas partes que reciben los empleados los hacen estar en una situación de vulnerabilidad como nunca habían conocido.

Señor Intendente: capaz Ud. nunca sufrió escasez ni hambre en su casa paterna. Aunque fue a la escuela pública (no como su niño, que arrancó el jardín de infantes en una privada), seguro vivió con holgadez. Y ese bienestar económico parece que floreció más aún en los últimos dos años, y así, en el día a día, uno pierde la memoria y la empatía. Ya no siente cómo será vivir con un sueldo miserable, pagar alquiler, darle de comer a los hijos y enfrentar la catarata de aumentos que nos envían sus jefes Mauri y Mariu.

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Por todo esto, cuando sale a decir en un medio periodístico con el que sí habla, porque lo hacen sentir tan cómodo que vale la pena, que no entiende por qué los empleados hacen paros… bueno, qué decirle… es que sienten que les toman el pelo. Lisa y llanamente. ¿Están sacando el presupuesto mundial, no les alcanzan las computadoras o sus contadores andan flojos en número?

Los trabajadores paran porque no hay mejora en la propuesta salarial, porque Ud. llena de policías el palacio municipal y cierra las puertas ante cada medida de fuerza como si la plaza se llenara de extremistas peligrosos, porque nunca salió a recibirles el reclamo ni a hablar con ellos, porque los sueldos que les paga no les alcanzan y porque se dieron cuenta del papel fundamental que cumplen en el servicio diario a la comunidad y en el video que Ud. muestra cada semana para que los vecinos vean “lo que hicimos esta semana”.

Desde el inicio del diálogo las siete propuestas del Ejecutivo municipal fueron: 15% de aumento en cuatro cuotas; 15% en tres cuotas; 15% en dos cuotas; 15% más presentismo; 15% más mejoras a sectores… o sea: ¡no sean caraduras! Nunca se movieron de ese porcentaje, que coincide justamente con el máximo permitido por la jefa del soldado juninense.

Como no alcanzó con todo, lo mandó al bailarín de tango MAartín Beligni a avisar que iban a descontar los días no trabajados. Viejos y feos métodos, adoptados después de otros manotazos de ahogado como difundir viejos audios de dirigentes gremiales en los que expresaba en voz alta lo que se dice de Ud. en tantos lugares…

“Esto es una cuestión caprichosa desde el Ejecutivo, que ven la necesidad y preocupación que hay en la calle, pero mantienen esta postura de seguir dividiendo y dando en cuotas un 15% de aumento. Sabemos que el dinero está, que el presupuesto alcanza…”, dijo el secretario del Sindicato de Trabajadores Municipales, Gabriel Saudán. Y advirtió, después de la última jornada de protesta: “Y nos van a volver a ver en la plaza si no hacen una propuesta mejor o se atreven a tocarnos los salarios con descuentos”.

Señor Intendente: Ud. ha transformado este conflicto en una cuestión de honor personal, por querer ser el mejor soldadito de Mariu. Y en un tema de ‘quién la tiene más larga’. Afloje, haga unos timbreos o converse con los empleados: no tiene más que hacer unos pasos desde su oficina. Pero no charle nada más que con los alcahuetes y obsecuentes, también con los otros que no conoce y destrata cada día. Quién dice que así no le resurja su espíritu evangelista y pueda tirarles algunas migajas más…