Por: Semanario

Como en una película yanqui de suspenso e intriga, así transcurre la historia de los últimos días de Vanina Garay, que dejaron a su familia intentando saber qué pasó, cómo murió, quiénes son los responsables… y averiguar el destino final del bebé que llevaba en la panza.

Vanina Soledad Garay, de 21 años de edad, se accidentó con su moto el 25 de enero pasado, cerca de las dos y media de la tarde, en el barrio Cerrito Colorado norte, en proximidades de calles Los Grillos y Puente del Inca, cuando se dirigía a sacar un turno a la salita sanitaria de Villa del Parque.

La joven cayó del rodado -se desconocen las causas- y sufrió lesiones de consideración, entre ellas un traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento. Trasladada de urgencia al Hospital Interzonal General de Agudos, fue internada en terapia intensiva y operada horas después. El 14 de marzo, a las 3.30 de la madrugada, es decir 49 días después del accidente, murió. Tenía una hija de 11 meses, Lucía, y estaba embarazada de cinco meses.

Además del lógico dolor de la pérdida, la familia sigue con sus marchas y reclamos para saber la verdad y lograr justicia. El 25 de Mayo pasado, tras el acto protocolar realizado en la plaza, el papá de Vanina, Carlos Garay, fue recibido por el intendente Pablo Petrecca.

La familia quiere saber, pero se choca con falta de ayuda, con complicidades judiciales y médicas, temores de ocasionales testigos y una serie de piedras en el camino a la verdad.

Por su parte, la fiscal Vanina Lisazo, entre risitas, contó esta semana en una radio amiga su propia versión y aunque reconoce que el feto muerto fue un bebé, dice que todavía está en un frasco esperando que la familia lo reclame, para darle un nombre, anotarlo en el Registro Civil y enterrarlo (ver aparte).

PALABRAS FAMILIARES

Carlos Garay contó a SEMANARIO que “la última novedad es que el Intendente empezó a pedir por mi caso en la Fiscalía, al Hospital, y después de casi tres meses, me entregaron la moto provisoriamente porque no la podemos usar ni vender”.

“Petrecca me dijo que iban a estar con nosotros, con la familia, porque él creía que la gente que habían puesto para acompañarme estaba, pero nunca más me llamaron ni de Bienestar Social ni el abogado que habían puesto. No teníamos novedad de nadie, por eso salimos a hacer dos marchas seguidas para el 25 de mayo, cuando me hice presente porque el Intendente no me había recibido en dos meses de pedírselo”.

En el despacho, después de la fiesta patria, el jefe comunal le abrió las puertas: “Me dijo que estaba al tanto pero pensaban que estaban trabajando al lado nuestro”.

“Nosotros queremos saber qué pasó tanto con mi hija como con su bebé. Después de diez días me dijeron que apareció fallecido, que había muerto con su mamá, pero no me entregaron el cuerpo y es un rompecabezas que no podemos armar”, dijo Carlos.

SIN RESPUESTAS

El papá de Vanina sigue insistiendo: “Cuando la fiscal me citó me hizo ver pruebas que ellos creen que están bien, pero no pienso así porque desde el día que falleció mi hija no salieron a dar explicaciones. Me encontré la noche que murió con policías custodiando a los enfermeros, nunca me dieron respuestas”.

“Hicimos una marcha también en el Hospital y la directora nos recibió, nos dijo que la muerte había sido producto del accidente que tuvo con la moto, cuando salió bien de la operación e iba mejorando cada día”, recordó.

FISCAL ACORRALADA

Para Garay, “la causa judicial está empezada, con el abogado Albanese arrancamos y a la semana llamaron a declarar a una pacientes que estaban al lado de mi hija, que salieron a decir que los médicos estaban encima de ella. También declaró mi sobrina, quien era la que la cuidaba el día que murió, con abuso de poder de la fiscal Lisazo, que preguntaba cosas que no tenían nada que ver con esto”.

“Después de este primer abogado, que dio un paso al costado, tenemos otro desde hace quince días y recién ahora podrá ver las pruebas reunidas”, detalló.

Su nuevo representante cree que “el bebé pudo llegar a estar vivo, que deberían haberlo entregado junto al cuerpo de mi hija. Solo vi fotos, nada más. La doctora Lisazo dice que me hicieron ver el cuerpo de Vanina cuando estaban sacando el bebé, pero es toda mentira, sale a responder porque se ve que la apretaron y puede perder su puesto de trabajo”.

“A nosotros nunca nos llamaron para hacerle un ADN a mi nieto, sé que ella salió a hablar porque está acorralada”, agregó.

Duras palabras en medio de una novela intrincada, que tiene dos protagonistas exclusivos que ya no están: Vanina y su bebé. Su familia no abandonará la lucha hasta saber qué pasó.

Lisazo rompió el silencio

La fiscal decidió dar explicaciones a través de la comodidad de micrófonos amigos, que le permitieron contar su versión sin cuestionamientos ni repreguntas.

La fiscal asegura que si la familia reclama el cuerpo del bebé, deberían hacer las gestiones para inscribirlo en el Registro Civil y darle un nombre, el que su madre había pensado para él, y luego enterrarlo. O sea: no se trató de un embarazo inviable, como dice en alguna parte de sus declaraciones, porque fue un bebé que nació muerto. Pero que sigue estando en un frasco, en el laboratorio del Hospital.

“No entiendo qué buscan o sí entiendo y no me gusta”, dijo Lisazo sobre la familia Garay, a quienes dicen “representar” en cuanto a compartir las mismas intenciones de llegar a la verdad. En forma innecesaria, la profesional esparció dudas sobre la familia de Vanina, que busca justicia y quiere conocer a ciencia cierto lo que realmente pasó: el dolor de no tener más a su hija y nieto, son un castigo ya más que suficiente.

Para Carlos Garay, la fiscal salió a hablar “porque está acorralada”. ¿Cuáles son los intereses tan importantes que se mueven detrás de esta causa? Lisazo se encargó de sembrar dudas sobre esta familia humilde y se pintó a sí misma como una gran servidora pública. A continuación, su monólogo radial.

Los hechos

“El 25 de enero estaba de turno y Vanina Garay tuvo un accidente, determinado porque ya se hizo la pericia, fue una caída en la que no intervino otro vehículo. Sufrió un fuerte golpe en la cabeza, fue internada en el HIGA con una traqueotomía y respiración asistida.

En ese momento, Vanina estaba embarazada y la familia no lo sabía, porque no quería a su pareja así que no se atrevía a contar esta circunstancia, según me dijo su propio padre”, recordó la fiscal Lisazo.

“Aparentemente, por cuestiones que tienen que ver con la traqueotomía, el 14 de marzo Vanina falleció y a partir de allí, desdoblamos las causas: por un lado el accidente y por otro, una supuesta mala praxis, denunciada por la propia familia”, indicó.

En este marco, también aclaró que “en estos días me llamaron para preguntarme por qué no entregaba la moto a la familia: quiero aclarar que antes del reclamo público que hicieron, jamás la habían venido a buscar ni la habían pedido.

Esas declaraciones televisivas fueron un lunes o martes, y sólo teníamos desde el viernes una presentación del tercer abogado que puso la familia en este periplo, pero no me dio ni tiempo a proveerlo.

Al padre lo atendí personalmente, nunca estuvieron cerradas las puertas”, resaltó.

El bebé

Además de la muerte de Vanina, el tema de la suerte de su niño es crucial en esta historia: “En un primer momento, los planteos del padre de Vanina fue que el nieto había alcanzado a nacer, que se lo habían sacado a su hija y entregado a una familia.

Hablamos de un embarazo de entre 18 y 20 semanas, establecido anatomo-patológicamente, o sea entre 4 y 5 meses de embarazo, totalmente inviable, así que cuando falleció Vanina, falleció Salvador”, dijo la fiscal. Le dice Salvador a quien se hubiese llamado Santino, en realidad.

“Con todo el dolor del mundo, le pregunté al padre si quería ver las fotos de su hija cuerpo entero, con la pancita, y delante de mí vio las fotografías de toda la operación autopsia. Ahí se ve el cuerpo entero, lo van abriendo, salió Salvador (sic) de la panza y se lo pesó: fueron 400 gramos, con alrededor de 21 centímetros.

Él quería el ADN igualmente, se lo hicimos de hecho, pero al ser tan chiquito debíamos hacer una minioperación de autopsia, porque había que sacar alguna parte.

El padre me dijo que hiciera lo que correspondía. Pero después de todo esto, nunca vinieron a pedir los restos de Salvador (sic), no hay una presentación realizada”, culpó.

Además, Lisazo refirió que “el tercer abogado que está constituido como particular damnificado desde el 19 de mayo, nunca pidió todavía a Salvador (sic), que está en un frasco dentro del laboratorio. Si lo piden, lo podemos hacer después del trámite correspondiente de inscribirlo en el Registro Civil con el nombre que le hubieran dado, con trámites en la cochería para enterrarlo, porque no se puede dar como un kilo de carne”.

Si bien la fiscal le da entidad de persona, en el plano legal, lo cierto es que permanece en el Hospital a la espera de que su familia, ignota en temas legales, cumpla los pasos necesarios para reclamar su cuerpito.

Acompañamiento

“No hay falta de respuesta por ningún motivo, además porque desde un primer momento la familia fue acompañada por el Centro de Asistencia a la Víctima de la Municipalidad y de la Fiscalía, yo los atendí personalmente en dos oportunidades... así que no entiendo qué buscan o sí entiendo y no me gusta.

Por eso, quiero que de alguna manera le lleguen explicaciones a la gente, que en su buena fe se pregunta por qué la Justicia no entrega la moto o a Salvador (sic). Yo no estoy en la vereda contraria, porque yo represento a la familia y todos buscamos la verdad, no sé si su interés es otro”.

Así sembró las dudas la fiscal sobre las intenciones de una familia que llora a su hija muerta y pregunta por el nieto.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 26 DE MAYO 2018 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA