viernes 26 de abril de 2024

LOCALES | 20 jul 2018

CON LAS PUERTAS BLINDADAS

Buscando contar con la urgente necesidad de tener un verdadero líder de este tiempo

La ciudad de Junín es un punto de referencia de una vasta región que involucra a diversos distritos también importantes pero con menor cantidad de habitantes e infraestructura.


Por: Redacción Semanario de Junín

Aquí convergen miles de alumnos que cursan en la UNNOBA, abogados que litigan en el Departamento Judicial, vecinos bonaerenses que llevan a cabo trámites varios en dependencias regionales con asiento en la ciudad. Docentes, empleados públicos, chacareros, empresarios, industriales, trabajadores, pacientes. También hay privados de la libertad que cuentan.

Casi 100 mil almas son las que a diario amanecen para encarar la cotidianeidad y otras miles llegan a esta ciudad que debiera ser ejemplo regional, aunque sin embargo la gente se ha quedado sin esperanzas.

El envión motivacional de la alianza de los globos se ha desinflado, todo al mismo tiempo.

En una entrevista con SEMANARIO, el rector de la UNNOBA, Guillermo Tamarit señaló hace un tiempo atrás que Junín debía “dejar de llorar por lo que fue y pensar en lo que quiere ser”.

Pero hoy la ciudad está incomunicada como colectivo social, ha primado el partido político antes que el partido como distrito y la andanada de chicaneos entre jóvenes políticos 2.0 que manejan mejor el IPhone7 que el pensamiento crítico, nos empantana a todos.

Mal que les pese, todos aquellos que eligieron formar parte de una boleta comicial y fueron elegidos, tienen por delante una responsabilidad y es la de dar respuestas a sus representados.

Hoy como nunca se ha perdido el sentido de pertenencia por la ciudad y mucho más por el distrito que involucra a pueblos olvidados, relegados a ser el centro de atención durante alguna fiesta anual y que permitirá llegarnos hasta allí para comernos una empanada o compartir un locro, como si el destino de esos poblados pudiera encuadrarse en semejante discriminación y ninguneo.

¿Qué podemos esperar de una alianza en la que uno de sus socios políticos como es la UCR se ve obligada a poner pasacalles en distintos lugares de Junín haciéndose notar, para que el Intendente los reciba, luego de estar un mes sin atenderles el teléfono?

¿Qué pueden esperar los productores agropecuarios y quienes viven en áreas campesinas respecto a la mejora de los caminos, si un ex presidente de la sociedad rural es integrante de la “mesa chica” de Cambiemos y aún no pudo lograr que siquiera lo tengan en cuenta?

Al fin y al cabo, ¿qué pueden esperar aquellos que escucharon a un candidato a conducir los destinos de la ciudad prometer obras históricas y que como Jefe comunal termine inaugurando un semáforo?

Y todo eso nos ha pasado en Junín en estos dos años y siete meses. Y sí, seguramente hemos tenido peores, pero es que algún día debemos hacer una “evaluación” de la gestión municipal y no una “comparación” porque de ese modo estaremos cayendo cada vez más bajo como sociedad, llegando a este estado de cosas de hoy en día.

Y se necesita con urgencia un líder, alguien que además de carisma y trolls, tenga ideas, empatía y sea buena gente.

Para quien primero estén los juninenses y que su religión sea mejorar el distrito involucrando a todos, sin olvidar a nadie.

Alguien que convoque, no que divida. Que administre como si fuera la economía de su casa y no que se olvide de gestionar para ocuparse de refaccionar su hogar.

A quien sea representante del partido de Junín, antes que el partido o la alianza que lo sentó al sillón.

Alguien que patee los barrios sin camarógrafos detrás y que pregunte ¿qué necesitás? y no que diga “te trajimos esto”. Porque los funcionarios están para atender las necesidades; para enseñar están los docentes y para educar, la familia.

Napoleón Bonaparte decía que “la masa busca al líder, no porque lo estime sino por interés; y el líder acepta a la masa por vanidad o por necesidad”.

Por ese mismo motivo, hoy Junín busca casi desesperadamente a un líder y lo busca por interés. La gente está interesada en que le brinden apoyo.

Que primero le rebajen las tarifas antes de darle descuentos. Que haya orden, seguridad, que no se cierren escuelas, ni se despida gente en lo público ni en lo privado.

La gente busca un líder porque confía que habrá alguien que se ponga de su lado siempre y no sólo cuando salen a timbrear.

La gente necesita un líder para hacer de esta ciudad y sus pueblos una comunidad donde valga la pena vivir y no padecer.

Y se requiere –como decía Napoleón- un líder con necesidad. Que necesite darle a la gente su sapiencia, capacidad y nobleza.

Es que cuando lo hacen por vanidad, al poco tiempo terminan defraudando.

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